Año nuevo

60 2 0
                                    

Mientras Stolas se inclinaba sobre Blitz, sintiendo cómo su corazón se rompía, Stella, disfrutando del caos que había provocado, lanzó una última mirada de satisfacción antes de cubrirse con una niebla oscura. “Adiós, Stolas. Quédate con tu miseria,” susurró, desapareciendo completamente de la escena.

“¡No! ¡Detente!” gritó Stolas, intentando atraparla, pero sus manos solo atravesaron el aire vacío. El sonido de la risa maliciosa de Stella aún resonaba en sus oídos, mientras él volvía su atención hacia Blitz, quien yacía gravemente herido en el suelo.

Stolas, desesperado, apretó la herida de Blitz, tratando de detener la hemorragia. “¡Blitz! ¡No te vayas! ¡Por favor, aguanta!” gritó, lágrimas cayendo de sus ojos. La visión de Blitz palideciendo ante él era insoportable.

Millie y Moxxie llegaron corriendo, horrorizados por la escena. Millie, con la voz temblorosa, gritó: “¡Moxxie, rápido, necesitamos ayuda! ¡Blitz está gravemente herido!”

Moxxie, sacando su teléfono con manos temblorosas, marcó de inmediato. “¡Necesitamos una ambulancia! Es urgente. ¡Nuestro jefe está gravemente herido! ¡Rápido!” Su voz era frenética, apenas conteniendo el pánico.

Stolas permanecía junto a Blitz, sus manos cubiertas de sangre mientras intentaba hacer todo lo posible por salvar a su amado. “Aguanta… por favor, aguanta,” murmuraba, sin apartar los ojos de Blitz, cuya respiración era cada vez más débil.

Millie se arrodilló al lado de Stolas, intentando ayudar. “¡Moxxie, ya viene la ambulancia! ¡Haz algo para presionar la herida!”

Moxxie se lanzó hacia Blitz, ayudando a Stolas a mantener presión sobre la herida, mientras los segundos se alargaban en una eternidad. El ambiente estaba cargado de angustia, el sonido de las sirenas en la distancia apenas llegaba a sus oídos.

“¡Tienen que llegar pronto!” gritó Millie, con los ojos fijos en Blitz. “¡No podemos perderlo, Stolas! ¡No ahora!”

Stolas, con las manos temblando, miró a Blitz. Su rostro estaba lleno de dolor y amor. “No te irás, Blitz. No lo permitiré,” susurró, acercando su rostro al de Blitz, rogando en silencio por un milagro.

Dos horas después, el hospital estaba inmerso en un silencio inquietante, roto solo por el zumbido de las máquinas y el suave murmullo de las enfermeras. En una sala privada, Blitz yacía en una cama, su cuerpo conectado a varios monitores, su respiración regular pero controlada por las máquinas. La luz tenue hacía que todo se sintiera irreal.

Stolas, Millie y Moxxie estaban en la sala de espera, sus rostros marcados por la preocupación y el agotamiento. Las emociones eran abrumadoras, y la espera se había vuelto insoportable. Finalmente, las puertas se abrieron, y el doctor, un demonio de aspecto serio y cansado, entró en la habitación con una expresión grave.

Stolas se levantó de inmediato, su corazón acelerado. "¿Cómo está? ¿Qué ha pasado?" preguntó con la voz quebrada por la ansiedad.

El doctor suspiró, mirando a cada uno de ellos con compasión antes de hablar. “Blitz sufrió heridas muy graves. La daga que lo hirió estaba imbuida con magia angelical, lo que complica mucho su recuperación.”

Moxxie tomó la mano de Millie, su expresión llena de miedo mientras el doctor continuaba. “Hicimos todo lo que pudimos, pero las heridas causadas por armas angelicales son extremadamente peligrosas, incluso para demonios fuertes como Blitz. Entró en un estado de coma profundo. Su cuerpo está luchando, pero no sabemos cuándo o si despertará.”

Stolas se tambaleó hacia atrás, como si el mundo a su alrededor se desmoronara. "¿C-coma? ¿Cuánto tiempo... cuánto tiempo puede estar así?" preguntó, casi incapaz de procesar lo que estaba escuchando.

Nuestro Futuro Perfecto/STOLITZ 💕/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora