La Profesora Sustituta (Adaptacion SwanQueen)

CAPÍTULO ONCE

Emma saltó de un pie a otro, tratando de expulsar su energía nerviosa antes del final del tercer bloque. Sus alumnos trabajaban intensamente y no parecían necesitar mucho de ella, lo que en circunstancias normales era un sueño hecho realidad. Hoy, sin embargo, necesitaba la distracción de los niños que necesitaban su atención.

La comunicación del sábado por la noche le había hecho sentir que Regina necesitaba alguien con quien hablar. Se arriesgó un poco y envió un mensaje de texto con un sencillo registro el domingo por la mañana. Regina había respondido de inmediato y habían estado yendo y viniendo un par de veces, sin hablar de trabajo, pero tampoco nada de sustancia increíble. Emma todavía no sabía nada más sobre esa difícil conversación que la otra mujer tuvo con alguien, y tal vez no era asunto suyo: ¿eran ella y Regina siquiera amigas? Emma pensaba que sí, pero con Regina Mills y sus imponentes paredes heladas, no podía estar segura. Oh Dios. Ella es Elsa. Resopló ante su broma privada, esperando que sus alumnos estuvieran demasiado involucrados en su trabajo como para darse cuenta.

Echó un vistazo al reloj. En apenas quince minutos, entraría al salón de clases de con ella y terminarían la planificación de la unidad. Todavía no se habían visto hoy, y los nervios de Emma se agitaron ante la idea de que la morena actuara como si nada hubiera cambiado entre ellas. Fueron sólo once mensajes de texto de ida y vuelta, pero algo en ese intercambio había cambiado su relación. Si bien sintió y agradeció el cambio, no estaba segura de lo que estaba sucediendo por parte de esta intrigante mujer. En cierto modo, sentía que nunca sabría lo que estaba pasando dentro de esa bonita cabeza.

"Emmm." La mano de Grace se agitaba en el aire y la expresión de su rostro sugería que había estado tratando de llamar la atención de Emma durante algún tiempo.

Saliendo de su ensoñación sobre Regina, se apresuró a ir al fondo del salón para ayudar a Grace y su compañero con su tarea. Estaban estancados en la creación de una tesis original utilizando la lente crítica de género/feminista para Las Brujas de Salem. Le sugirió que observaran más de cerca el contraste entre el comportamiento de Abigail y el de las mujeres mayores casadas de la obra.

Una vez que Grace y su compañero comenzaron a desarrollar una nueva idea, se comunicó con los otros grupos pequeños. Su atención fue captada por una discusión de actualidad que tenía lugar en el grupo de Hailey. La estudiante había elegido, como notó que hacía a menudo, trabajar con un par de compañeros de clase populares y, como era de esperar, engreídos y perezosos. No habían pasado ni dos meses completos de escuela, pero para Emma era obvio que los niños eligieron a Hailey porque ella hacía el noventa por ciento del trabajo y ellos podían completar el diez por ciento restante. Además, Hailey era una joven extremadamente bonita y atlética. Toda la situación era tan de escuela secundaria que Emma la encontró divertida y deprimente.

Actualmente, el grupo estaba trabajando con la lente psicoanalítica y dos de los niños solo estaban interesados en señalar símbolos fálicos dentro del texto de Miller. Hailey estaba visiblemente frustrada; la rubia se preguntó por qué no se liberó de estos pequeños imbéciles y encontró un estudiante igualmente agradable e inteligente con quien trabajar.

"Tenemos que utilizar el machete de Proctor como ejemplo. Es tan fálico". Esto vino de Brice Bradford, quizás el chico de dieciséis años más estereotipadamente privilegiado que Emma haya conocido jamás.

"No es un machete, imbécil. Es una guadaña."

"El léxico" dijo la profesora en voz baja pero severa desde su lugar detrás de la silla del orador ofensivo.

Blaine Hughes giró la cabeza. No parecía avergonzado, pero no miró a la docente a los ojos antes de darse la vuelta para hundirse más en su asiento.