Para Emma Swan, la vida después del divorcio ha sido un ejercicio de volver a conocerse a sí misma. Encontrar el amor es lo último en lo que piensa. Desecha la idea de salir con alguien porque tiene todo lo que necesita: un bonito departamento nuevo...
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Mientras cruzaba el estacionamiento hacia su auto, Emma se felicitó mentalmente por haber salido a correr temprano esa mañana. Ahora estaba libre y despejada un viernes por la tarde y podía tomar una copa que tanto necesitaba con Dorothy y August antes de regresar a casa para repetir ese horrible intercambio de clase.
Ella se detuvo a un par de metros de su auto. Había estado tan absorta en ensoñaciones con vodka con tónica que no se había dado cuenta de que Regina caminaba varios pasos delante de ella. La ira avergonzada aumentó una vez más y aceleró el paso.
"Oye", llamó ella. Regina siguió caminando. "¡EY!"
Como si fuera el movimiento más doloroso del mundo, como si su cuerpo se desmoronara si completara la revolución, Regina se giró lentamente en dirección a Emma. Mantuvo sus ojos enfocados en algún lugar cerca de los pies de Emma y no dijo una palabra.
"¿Recuerdas que dijiste que te di el don de la franqueza? ¿Hay alguna posibilidad de que puedas hacer lo mismo por mí ahora mismo y explicarme qué está pasando?"
Ella esperó, observando a la morena mientras cerraba los ojos y exhalaba un pequeño suspiro con los labios. Se subió el bolso al hombro y se lo pasó por el pecho como barrera para separarlas aún más. Después de varios momentos tensos, habló.
"No creo que esto", señaló el espacio entre ellas, "sea una buena idea".
"Tendrás que ser más específica, Regina. En caso de que lo hayas olvidado, esto tiene un par de capas."
Regina respiró hondo y miró por encima del hombro de la rubia.
"No precisamente. Te dije que estoy saliendo con alguien. Lamento si de alguna manera malinterpretaste eso, pero esa fue mi manera de decir que tú y yo seremos amigas, y eso es todo."
"Si así es como tratas a tus amigos, no es de extrañar que nadie se quede después de la secundaria" cerró los ojos. "Está bien, eso salió un poco..."
"¿Duro?"
Emma tragó lo que parecieron cuatro vasos de fragmentos. Pero ese momento en un estacionamiento diferente la semana pasada había hablado más fuerte que las palabras reales y ellas no podían dejarlo pasar, por mas que quisieran dejarlo bajo la alfombra.
"Entiendo que estás involucrada con alguien. No sé qué tan seria es tu relación y no quiero interferir con eso, pero me estás dando señales contradictorias, Mills."
"No es mi intención. Eso no es... yo no hago eso. Mira, Emma". Se apretó aún más el bolso sobre el pecho y siguió evitando el contacto visual. "Podemos ser amigas. Pero ahí es donde termina la línea."
"Pero Regina, dijiste que te... Pensé... no lo sé, realmente parece que hay más en esto que solo amistad" se mordió el labio ante la oleada de arrepentimiento que inundó sus palabras. Era cierto, pero debería haberlo guardado en su cabeza o habérselo contado a otra persona.
