Capítulo 4: Sangre de vampiro

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Atacar Mooncrest fue complejo, pero los lobos sintieron una gran satisfacción al ver la sangre de vampiro recorrer las calles y empapar sus pelajes. El rey Kim se sumergió en un sentimiento de triunfo al observar a los quirópteros  correr despavoridos ante el ataque sorpresa de los cambiaformas. Sus gritos de auxilio eran música para las orejas de su lobo resentido. Su instinto animal, la depresión y la ansiedad de perder el lazo, nublaban su perfecto y correcto juicio.

Sufran, malditos monstruos, deben pagar por lo que le hicieron a nuestra In-ah, pensó el humano interior mientras la bestia en la que se había convertido gruñía con fuerza. Los cuerpos a su alrededor se retorcían en dolor ante las mordidas que recibían. Para finalizar con sus vidas, una daga era incrustada en sus corazones.

Seokjin iba detrás de su padre, su lobo azabache escondía su cola entre las patas, la escena frente a él logrando horrorizarlo. Un pequeño quiróptero sostenía el cuerpo masacrado de lo que parecía ser una mujer, lloraba desconsoladamente mientras su padre se acercaba en una posición de ataque.

—¡Padre!— gritó por el lazo que los conectaba. El niño gritó ante el sonido de un lobo enorme detrás de él. —Déjamelo a mí, yo me encargo de él.— Su lobo tratando de mostrar seguridad ante su líder. Intentando engañar al líder.
Los ojos carmín conectaron con los suyos, después de un breve análisis la bestia pareció aceptar.

—Acaba con él.— comunicó el líder con un rugido. —O abstente a las consecuencias.— Asustado, el pequeño lobo azabache asintió, ¿Así sería su padre de ahora en adelante?

Evitando una mordida del mayor, observó cómo se iba exhalando llamas, en busca de más presas. El príncipe regresó su mirada al asustado chico, sigilosamente echó un vistazo a los lados, notando que la manda parecía más ocupada en otros asuntos agarró del brazo a su presa.

Escuchaba como sus compañeros al ver las ligeras gotas de sangre que recorrían del brazo lo felicitaban entre aullidos. Incitando a acabar con él de la forma más dolorosa, su lobo solo podía asentir, comunicando por el lazo de la manada que quería acabar con él en un lugar más alejado.

—¡Suéltame, por favor, suéltame!—
El pequeño retorcía su cuerpo, lastimando más su brazo con los colmillos de su captor. —¡Quiero vivir, por favor!—

Una vez alejado de la masacre el lobo lo soltó sobre las raíces de un árbol gigante. Cuando el niño trató de correr un sonido de advertencia salió de su garganta. La orden era clara, quédate quieto.
Ante esto, decidió no mover un músculo, escuchando como los huesos del lobo crujían para que, en cuestión de unos minutos, un hermoso chico se mostrará ante él.
—Por favor, déjame vivir.— suplicó nuevamente al sentir la pesada mirada. Su voz chillona haciéndose mucho más fuerte. 
—No planeo matarte niño, calma.— vigilando nuevamente los alrededores, notó el leve temblor de su cuerpo. —Dime tu nombre—

—M-me llamo J-Jung Hoseok— entre tartamudeos nerviosos decidió comenzar a jugar con sus deditos.

—¿Qué edad tienes?— notando su rostro infantil, esperaba que el pequeño no haya vivido esto tan joven.

—Tengo 6 a-años s-señor..— parecía ser que sus pensamientos no fueron escuchados, el vampiro era demasiado joven.

—Desde ahora te quedarás conmigo.— escuchando un grito a la distancia atrajo al chico a su lado, tapando sus oídos. —No morirás, por lo menos hoy no.—

El niño solo pudo asentir.

Las casas de la primera aldea que atacaron ardieron en llamas, iluminando la noche con un resplandor infernal

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Las casas de la primera aldea que atacaron ardieron en llamas, iluminando la noche con un resplandor infernal. Los lobos aullaban victoriosos, llamando a los demás y anunciando el regreso a Lighthaven. Seokjin conectó miradas con el niño, Hoseok, quien lo seguía con ojos grandes y asustados.

—Tú vienes a Lighthaven conmigo —dijo Seokjin con firmeza—. Seguirás a la manada desde lejos, ¿entendido? Inventaré una excusa para ir al final de la hilera.

Hoseok asintió, su mirada mostraba una mezcla de temor y confusión. Seokjin se ubicó en cuatro puntos, e invocó a su lobo interior. Tirando una mirada severa al vampiro, comenzó a correr hacia el final de la manada, dejando atrás la destrucción y la muerte.

El aroma de Hoseok seguía presente, el niño se ocultaba entre árboles o arbustos, siguiendo a la manada de cerca pero manteniendo una distancia segura. Seokjin lo observaba de reojo, sintiendo un fuerte deseo de protegerlo y cuidarlo. Aunque la guerra los había unido de una manera inesperada, Seokjin estaba determinado a asegurarse de que Hoseok tuviera la oportunidad de vivir, él sabía que su madre se hubiera negado ante la muerte de un pequeño.

Sumido en sus pensamiento mientras corría, Seokjin no pudo evitar sentir una profunda tristeza y vacío en su interior. Recordó a su propia infancia, cuando la tragedia y la violencia habían llegado a su vida, como su madre también se había ido. Ahora, tener a Hoseok a su lado le recordaba lo sucedido en su hogar, las tragedias parecían aumentar y las respuesta nunca llegaban. Al igual que su padre pensó que ese día le otorgaría satisfacción pero el terror se llevó todo ese sentimiento.
El futuro era incierto y la guerra a penas daba inicio, Seokjin amaba lighthaven y sabía que debía tener un pensamiento diferente, debía apoyar las decisiones que el consejo había tomado pero era tan complejo para él. No debió de haber rescatado a ese pequeño vampiro pero ahí estaba, yendo a casa con alguien y con un pensamiento que seguro generará problemas en el futuro.

Este no me convence pero es lo que salió, por favor díganme si les gusta 😭

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⏰ Última actualización: Apr 05 ⏰

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