Capitulo 2: Ansiedad

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En la mañana, me levanto más temprano de lo habitual debido al frío que hace -sí, aquí en Madrid estamos en invierno-. Aún me faltaban 3 horas para ir a la universidad, así que me di una ducha relajante.

Al salir, me cambio a mis pantalones negros gastados, una camiseta gris y mis tenis blancos. Todavía me faltaban 2 horas para salir, así que bajé a desayunar. El comedor estaba en silencio ya que mis padres aún no se habían levantado.

Preparé un café con leche y unas tostadas y comencé a desayunar mientras revisaba mis redes sociales y veía el noticiero -sí, hago dos cosas a la vez-. Mientras veía el noticiero, me puse a pensar: ¿tendrá el chico de ojos azules una cuenta de Instagram? Me quedé con esa duda, pero lo malo es que no había visto su nombre, así que me decepcioné un poco.

Luego, entré a WhatsApp y tenía un mensaje de Sara que decía:
Sara: No voy a la facultad estos días, me resfrié. Después, ¿me podrías pasar los apuntes?
Yo: Claro, después te los paso.

También tenía un mensaje de Maia que decía:
Maia: wey, te olvidaste de darme más detalles de tu chico misterioso.
Yo: Es cierto, cuando vuelva te contaré todo... o quizás no.

Les respondí a ambas y salí de WhatsApp. No me atreví a contarles a ninguna de las dos que tenía esa duda sobre el Instagram del chico de ojos azules. Suelo ser muy reservada y me da vergüenza hablar constantemente sobre alguien que me gusta, porque pienso que muchos dirán "¿quién le va a hacer caso a esta?" o "es una loca que se enamora de personas inalcanzables". Por eso me avergüenzo y no hablo mucho. Siempre que me gusta alguien, me lo guardo para mí y solo cuento algunos detalles.

Recuerdo un día en el autobús, un compañero de la universidad llamó mi atención. Cuando bajé, agarré el pasamanos y él hizo lo mismo. En un momento, nuestras manos se tocaron por accidente, ninguno de los dos soltaba la mano hasta que reaccioné y me bajé rápidamente sin mirar atrás. No le conté a nadie esos detalles que sentí, me da vergüenza contar con exactitud las cosas que me pasan.

Después de sacar esos pensamientos de mi mente, terminé de desayunar y comencé a preparar mis cosas para la universidad, cuando de repente se me encendió una idea en la mente: "puedo volver a ver la novela y ahí me daré cuenta del nombre de mis ojitos azules y seguirlo".

Me puse contenta porque podía saber su nombre, así que, feliz como estaba, terminé de alistarme.

Para el momento de irme a la universidad, tenía una sonrisa en el rostro que no se me borraba con nada, pero tuve que disimularla porque las personas podrían pensar que estaba loca.

Llegué a la universidad puntual, como siempre. Hoy tenía la clase de física por la mañana y por la tarde análisis matemático C, así que era un día pesado y no podía desconcentrarme con nada, aunque me costara dejar de pensar en mi chico de ojos azules.

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Terminé mi última clase y mi cabeza estaba llena de velocidades y gráficas. Solo pensaba en llegar a casa para tomar un café caliente, ya que hacía mucho frío afuera. Al subir al autobús, saqué mi celular, me puse los auriculares y puse una canción aleatoria: "Dolor de cabeza" de CNCO. Cada vez que escucho esa canción, me dan ganas de bailar en medio del autobús, pero trato de disimularlo. Como mencioné antes, la música me inspira, así que mientras sonaba la canción, imaginaba una historia romántica en mi mente para escribir en mi cuaderno.

Al llegar a casa, lo primero que hice fue quitarme la mochila y las zapatillas, y ponerme mis pantuflas, ya que me encanta estar cómoda en casa. Me preparé una taza de café caliente y me hice un sándwich de jamón y queso que tenía en la nevera. Encendí la televisión para ver qué estaban transmitiendo y dejé la novela para verla mientras comía algo. Estaba viendo la televisión cuando recibí una notificación de WhatsApp, y por el sonido que le puse, supe que era un mensaje de Maia. Abrí la aplicación y leí el mensaje:

Amor en HD (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora