Mileva Marić fue una destacada matemática y, al mismo tiempo, fue la primera esposa del famoso Einstein. De hecho, existe un debate histórico-científico de una muy posible coautoría de ciertas investigaciones atribuidas únicamente a Einstein, como la Teoría de la relatividad. Por lo que analizaremos ambas posiciones, a favor y en contra, de esta cuestión. No obstante, sea verdad o no, lo que es seguro es que Mileva Marić fue una de las mejores matemáticas de su época, superándole a Einstein en muchas de sus clases juntos en la Escuela Politécnica de Zúrich, donde Mileva era la única mujer.
5.1 Un matrimonio con reglasMileva Marić nació el 19 de diciembre de 1875 en Titel, en la región de Voivodina, que por aquel entonces formaba parte del Imperio austrohúngaro. Ella era la hija de Marja Ruzić y Milos Marić, los cuales tuvieron otros dos hijos varones. Su padre se dio cuenta del potencial de Mileva y le brindó una educación muy superior a las de las mujeres en aquella época. Le apuntó al colegio para niñas de Novi Sad con 10 años y, en muy poco tiempo, destacó en las matemáticas. En su libro biográfico titulado "A la sombra de Albert Einstein, la trágica vida de Mileva Einstein Marić", la escritora, Desanka Trbuhovic-Gjuric, describe a Mileva como:
"Una pequeña niña coja de grandes ojos negros que destacaba entre todas las de su edad por su viva fantasía, su sed de conocimiento y su capacidad de observación".
También indica que tenía una cojera, como resultado de haber nacido con una cadera desplazada, que la aislaba de sus compañeros.
En 1892, su padre entró a formar parte del Tribunal Superior de Justicia de Zagreb, en Croacia, donde matriculó a su hija en el décimo curso de la Real Escuela Superior. Durante los próximos dos años, según los archivos Estatales de Zagreb, obtuvo calificaciones notables en la mayoría de las asignaturas, menos en matemáticas y en físicas, en los que sacaba sobresaliente. Además, su padre también le consiguió un pase del ministro de Educación para que ella pudiese ir a conferencias científicas, sobre todo de matemáticas y física, en las que únicamente asistían hombres.
Cuatro años después, durante la primavera, aprobó el Matura, el examen de acceso a la Escuela Politécnica de Zúrich, una de las pocas universidades europeas que aceptaban a mujeres, y ese mismo verano asistió a un curso en la Facultad de Medicina de la Universidad, por lo que puede que hubiese considerado esa carrera. Aunque, por suerte, se decantó por el curso VIA para futuros profesores de secundaria en matemáticas y física, sobresaliendo en cada una de sus clases.
En Zúrich, conoció a Albert Einstein, dado que era uno de sus 6 compañeros de clase, y, desde el primer momento, se quedó fascinado con su excelencia en las matemáticas. Gracias a la correspondencia entre ellos en otoño de 1897, sabemos que en el transcurso de un año entablaron una fuerte amistad.
"Cuando tenía que hablar en clase, lo hacía con sinceridad y firmeza, y con la seguridad que le daba estar profundamente convencida de lo que decía", explica Desanka Trbuhovic-Gjuric en su libro.
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Matemáticas inspiradoras
No Ficción¿Qué opinarías si alguien te dice que no puedes ser lo que más quieres en el mundo simplemente por ser mujer? ¿Cómo te sentirías si tu esfuerzo hubiese sido ignorado? Matemáticas inspiradoras trata sobre mujeres matemáticas que, pese a ser brillante...