Light of my life

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Narración: Tercera persona.

Tiempo: Presente.

—▪ 📄 ⁞◦▪•↷.

La OMS había terminado de revisar y hacer algunos exámenes de la pequeña bebé.

—Y bien, señor OMS ¿está bien? ¿Comprueba que sea mi hija? —preguntó Ecuador verdaderamente intrigada por la última cuestión.

—Los exámenes no mienten, es positivo. Es tu hija, Ecuador.

La ecuatoriana volteó en dirección donde se situaba su pequeña hija. Sus manos se situaban cubriendo su boca y ello era la muestra de lo incrédula que estaba por la noticia.

—Increíble. Panamá ahora tiene una hermana más. —reaccionó Colombia mientras que con una de sus manos sostenía el documento que comprobaba la situación.

—También me parece increíble. —dijo OMS, esta vez quitando el documento de las manos de la colombiana y guardándolo juntos a las pruebas de salud y demás—. Ambas pruebas salen positivas, no debe haber error. —le anunció a Colombia que era la que se encontraba al lado revisando la positividad de cada documento.

Ecuador se acercó a su hija y le dio un suave beso en su pequeña frente, demostrándole cariño.

Colombia volteó y sonrió suavemente al ver la escena al igual que la organización de la salud.

—Ay Ecuador, ya te encariñaste muy pronto con ella. —dijo la colombiana dando una risita por lo visto.

Ecuador observó siguiéndole el juego a su hermana. Poco después, la OMS le entregó la carpeta de los documentos.

—Con respecto a si tiene algún malestar, no. Tu hija está completamente sana.

—Que bueno. Y gracias OMS, te lo agradezco mucho.

—No te preocupes, ese es mi trabajo. —la organización dio una pequeña sonrisa transmitiendo confianza al pequeño país y sujetó su hombro—. Pero quiero hacerte una pregunta, Ecuador.

—Si, dígame. —respondió Ecuador teniendo prontas sospechas de lo que podía preguntar la organización.

—¿Sucede algo con Estados Unidos? Me parece extraño que no se presentara contigo.

La ecuatoriana, se sorprendió por aquella pregunta dudando en qué respuesta darle y que no lo hiciera sospechar, o por lo menos por ahora ya que, tarde temprano se enterarían de la ruptura de su relación.

—Esto me sucedió recientemente, tengo planeado decírselo después.

—Entiendo. Me preocupé por un instante, ya que, mayormente en estos casos vienen las parejas. Tú me entiendes. —dijo la OMS en un intento de explicar su comentario anterior.

—Si, entiendo.

—Y Ecuador ¿que nombre le pondrías a tu bebe? —preguntó la colombiana introduciéndose en la conversación.

—Eh, déjame pensar, . . . ¿Galápagos?

—Suena hermoso. Yo creo que sí sería un buen nombre.

—Igualmente. —dijo la OMS que levantó a la pequeña y se la entregó a Ecuador.

—De nuevo, gracias por todo OMS.

—No es nada.

—Ya es hora de regresar Ecuador, son las siete. —interfirió Colombia hablándole a su hermana menor.

—Está bien. Adiós señor OMS. —se despidió Ecuador amablemente. La OMS también lo hizo.

Colombia de igual manera que su hermana, se despidió de la organización.

Cuando las hermanas salieron encontraron a Venezuela que estaba al lado de Panamá que estaba dormida y las chamarra de el venezolano la utilizaba como cobija.

—Hasta que por fin salen. —anunció el venezolano que hace un minuto estaba viendo TikTok en su teléfono celular.

—¿Y qué haces aquí,Venezuela? —preguntó Colombia que no esperaba que él estuviera esperandolas.

—Estaba aquí porque quería una consulta, pero creo que lo dejaré para mañana.

—Bueno, eso es entendible. —respondió esta vez Ecuador—. ¿Pero ya nos podemos ir?

—Si. —respondieron Colombia y Venezuela.

Venezuela por su parte, se levantó y cargó a su sobrina. Los hermanos una vez fuera del enorme edificio, subieron al auto de Venezuela y se fueron a su respectivo departamento.

—Ñaña, ¿y qué harás con el auto azul?

—Mañana lo traigo, es que me da pereza.

Una vez las chicas tuvieron su conversación, Venezuela se dirigió hacia una farmacia para que Ecuador compre algunas cosas para Galápagos.

—Ya vuelvo, tenla hasta que llegue. —dijo Ecu entregando su hija a Colombia. Después entró a dicha farmacia.

—¿No es adorable Venezuela? —preguntó la amante del café a su hermano mientras jugaba con las adorables mejillas de Galápagos.

—Es una bebé, obviamente lo es. —respondió evitando contacto visual con la pequeña y así evitar que a él también le de un ataque de ternura.

En el copiloto, estaba Panamá profundamente dormida.

Venezuela golpeaba su cabeza contra el volante del auto, aburrido de esperar y casi muerto de hambre.

La colombiana jugó mucho con la pequeña que al final terminó dormida al igual que su hija.

Después de unos cinco minutos Ecu regresó con unas bolsas. Se percató que el único que estaba despierto era Venezuela y le pidió que le ayudara a guardar las cosas en el capó del auto.

Venezuela aburrido y con algo de sueño salió del coche y dejó guardando las cosas mientras que Ecu entraba al auto.

—¿Y por qué tardaste Ecu? —preguntó el venezolano una vez regresó al coche.

—Me encontré con un man. Nada más. —respondió la menor y después se dignó a dormir.

Venezuela condujo hasta el departamento y de ahí bajó las cosas del capó del auto. Despertó a las chicas; que aun con sueño bajaron del auto.

Una vez dentro del departamento. Panamá con más sueño que un ser normal se lanzó al sofá y se durmió ahí mismo.

—Y eso que no hizo nada. —argumentó la colombiana y después se fue a su cuarto a dormir.

Venezuela también se fue a dormir.

Y así, la única que se quedó despierta fue Ecuador para darle biberón a Galápagos. Una vez Galápagos comió, se durmió. Ecuador con su pequeña fue a su respectivo cuarto, dispuesta a dormir con Galápagos a su lado.

— Mi adorada Galápagos, va a ser difícil cuidarte. —dijo y finalmente se durmió.

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⏰ Última actualización: Sep 03 ⏰

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