SHUT DOWN | JENLISA

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jennie

Realmente soy un ser humano tan hermoso. Mi confianza en mí mismo y en mi valor surgió de años de autoafirmaciones, amor propio y elogios. Soy hermosa. Me lo merezco. Soy fuerte. Soy valiente.

Mirándome al espejo, realmente supe por qué tanto hombres como mujeres me deseaban. No me faltaba nada. Mi cabello estaba sedoso y brillante, y esta vez lo dejé sin alisar. Quería que estuviera en su estado natural de ondas y frizz descontrolado.

Dejé mi cara sin maquillaje después de la ducha y decidí que así sería como saludaría a Lisa. Una mujer no tenía que disfrazarse y hacer todo lo posible por otra persona si no quería. No invité a Lisa aquí para seducirla.

No, no esta vez. La traje aquí porque disfruté hablar con ella. Era raro que encontrara a alguien interesante, pero Lisa me intrigaba. Ella es diferente a las demás, y no sé si es la determinación que llevaba en sus ojos o cómo me miraba como si me viera de la misma manera que yo la veía a ella.

Especial. Persistente. Tenaz. Lisa no era como las otras personas con las que me había acostado. Nunca nadie había sido posesivo conmigo desde el principio, y era en lo único en lo que había estado pensando constantemente. Ella también era del tipo celoso.

La mayoría de ellos querrían compartirte con sus amigos o hacerte bailar para que todos te presuman, pero con Lisa era todo lo contrario. Era como si quisiera esconderme, para que nadie me viera así. Casi sentí como si quisiera joder el recuerdo de cada persona con la que había estado y reemplazarlo todo con recuerdos de ella. El sexo fue alucinante y loco, lo que me hizo sentir extrañamente tranquilo inmediatamente después.

En nuestro primer encuentro, quería distraerla sentándome desnudo, pero esta vez quería ver cómo actuaría si yo apareciera vestido. ¿Intentaría llevarme a la cama de inmediato? ¿O elegiría sentarse y complacerme con una conversación?

Estos fueron cruciales para saber qué tipo de persona era realmente Lisa. Su verificación de antecedentes resultó vacía y aburrida, pero no confié en ella. Ciertamente no era una electricista aburrida. No, esta persona era mucho, mucho más, y lo demostraría.

Me puse mis pantalones de pijama de seda con una camisa abotonada a juego. Bajé las escaleras y caminé hacia la cocina. Beth estaba cocinando y cantando en el estéreo mientras mis perros comían. Me acerqué a ellos, les froté la espalda y les acaricié la cabeza.

"¿Cómo va la cena?" Pregunté, apoyándome en la encimera mientras Beth cocinaba.

Bajó el volumen y giró con una cuchara de madera en la mano. "Prueba la salsa". Ella me lo ofreció. Lamí la cremosa salsa para pasta y le di el visto bueno.

"Fantástico. De hecho, me estoy muriendo de hambre".

"Hice pasta, una rica y fresca ensalada de la huerta, y cocinaré pan de ajo cuando llegue tu cita".

Hice una mueca visiblemente. "Ella no es mi cita, Beth. Es alguien con quien estoy teniendo sexo".

"Entonces, ¿amigos con beneficios?"

Me reí. "¿Cómo sabes qué son los amigos con beneficios?"

"Mis nietas me lo cuentan todo". Ella dijo.

Me senté en el suelo junto a Eros y el perro rápidamente dejó su comida y apoyó la cabeza en mi regazo. "Son sólo beneficios. Ella no es mi amiga, Beth".

Ella no respondió a mis palabras y no tenía por qué hacerlo. Beth es dulce y amable conmigo, y no conocía lo suficiente la vida que llevaba como para odiarme o pensar lo peor de mí. Ella me respetaba y yo la respetaba. La confianza era rara hoy en día, pero confiaba en Beth con mis perros, mi casa y mi cocina.