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Mientras iba en el tren estaba pensando en que tuve que traer algo para taparme. Estaba con la ropa del Colegio, y como iba a privada estaba con el uniforme otra vez. Ya me habían visto raro la otra vez que vine con esta ropa.

Pero ya estaba yendo así que no me quedaba de otra que ir vestida así.




No me percate de que el viaje fue bastante corto, ya había llegado y me tenía que bajar.

Salí del tren y empeze a caminar hacia la misma dirección que me había dicho el señor la anterior vez.

Volví a llegar al mismo lugar que la otra vez. Donde estaban esos edificios desgastados y viejo.

Me adentre a la villa viendo para todos lados, prestándole atención a cada cosa como si fuera la primera vez que iba.

Mientras iba caminado tenía muchas miradas arriba mio.

Dios, por que no traje algo, soy una tarada.

Yo intente ignorar esas miradas metiendome por pasillos o cosas así, pero era imposible. Veía como la gente murmuraba cosas mientras yo pasaba.


Después de estar un rato caminado por ahí me acerque a preguntar a un kiosko que estaba por ahí.

—hola buenas —hable.

—hola, ¿que necesitabas?

—¿me pueden decir la hora?

—si, son las 8:30 —respondio amablemente.

—okay, gracias

—de nada linda —hizo una leve sonrisa.

Yo diriji mi mirada hacia su panza, notando que estaba embarazada.

—¿de cuánto meses estas? —pregunte intrigada.

—de cinco —dijo tocándose la panza.

—Aw, ¿ya saben que va ser?

—no, todavía no

—uh, y ¿que quien que sea?

—una nena —hablo el señor. Supongo el marido.

—ay que lindo, ojalá que si

—esperemos —rio ella. —bueno, ¿no querias nada más?

—emm... —Mire las cosas que tenía para ver si había algo que me gustara. —si, dame un pancito nomas

—¿un pancito? , bueno —asintió.

Ella agarro un pan y me lo dio.

—¿cuanto sería? —pregunte.

—cinco, linda

—toma —dije dándole la plata. —y quédense con el vuelto

—ay gracias, sos muy amable

—no gracias a ustedes, chau

—chau —saludo con la mano. Y también saludo el marido.

Sonreí y me di la vuelta para seguir caminado.

Todavía era muy temprano asi que podía seguir ahí explorando algo más.

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Seguí caminado hasta que se lo lejos pude divisar una figura familiar. Era aquel chico que había visto la lo otra vez, al que le compre la mierda que me pidió mi tío.

 𝐶ℎ𝑒𝑡𝑎 𝑒𝑛 𝑏𝑎𝑟𝑟𝑖𝑜||Danilo Sánchez||ᴀᴘᴀᴄʜᴇ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora