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Caminamos por un buen rato. Él me mostro algunos lados de ahí. También me contó una que otra cosa del barrio, de sus amigos, sobre la tía, entre otras cosas.

También compramos algo para comer mientras seguíamos caminando.

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Después de andar un rato caminado por el barrio se hicieron las 11. Yo ya me tenía que ir por que se me hacia tarde.

Mamá no estaba en casa, pero igual tenía cosa de que alguien me vea volver más tarde de lo normal.

Siempre que iba y volvía del colegio me cruzaba a una viejita. Era como una rutina. Y si no me veía volver siempre le preguntaba a mi mamá, así que tenía que tener cuidado con ella.

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Giovanni me acompaño hasta la estación y cuando el tren llegó hablo.

—bueno Paulita, nos vemos —dijo y chocanmos cachetes.

—chau tío

—ya sabes, si necesitas algo, acá estoy

—si ya se

—bueno, mira que prometiste algo eh —me apuntó.

—sisi —asinti con al cabeza.

—dale, chau —acarició mi cabeza despeinandome un poco.

—chau —tire un beso acercandome al tren.

Subi a este y me senté alado de la ventana para saludar una vez más con la mano a mi tío.

El tren arrancó y me fui.


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Llegue a mi casa y me acosté cansada de tanto caminar.

Me había encantado el estar con mi tío, el que me cuente cosas de él, del barrio y toda esa onda. Me gustaba pasar tiempo hablando sobre esas cosas. Me interesaba ese tema. Pero sobre todo el estar con él.

Él era muy buena onda.

Yo no lo conocía mucho, casi nunca lo veía por que a mí mamá no le gustaba que este con él. No le caía tan bien que digamos.

Pero a pesar de esto yo lo re quería.


Las ganas de volver una vez más al fuerte se hicieron presentes, pero había prometido algo, no quería desobedecer a mi tío, le había dado mi palabra y tenía que cumplir. Aunque las ganas me estaban matando.

¿Y si volvía una vez más?

Esta vez más cuidadosa para que nadie se de cuenta y pasar desapercibida. Con ropa más vieja y con el pelo suelto capaz.

Yo siempre me hacia algo en la cabeza, y las dos veces que fui tenía algo, así que si capaz iba con el pelo suelto no en reconocían tanto.

Encima con la ropa desgastada y vieja que tenía me podía ayudar bastante.

Pero no, era peligroso de todas formas. Queria, pero no podía.

No por ahora. Tenía que esperar unos días. Y este finde podía ayudar.

Era finde largo, así que hasta el martes no iba al colegio, pero ya no podía ratearme más, era peligroso, las profes podían sospechar y le podrían decir a mi vieja.

 𝐶ℎ𝑒𝑡𝑎 𝑒𝑛 𝑏𝑎𝑟𝑟𝑖𝑜||Danilo Sánchez||ᴀᴘᴀᴄʜᴇ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora