Cucurucho asomó su cabeza por la puerta del tren viendo absolutamente nada.
La oscuridad total invadía el lugar y lo único que se escuchaba era su respiración contra su máscara, lo cuál debía admitir era algo inquietante.
Dió unos pasos entrando al lugar, llegando a ver papeles en el suelo una ves que su vista se adaptó a la oscuridad. Sillas y mesas se encontraban también entre los papeles, y las ventanas estaban empañadas con dibujos tachados por todos lados.
Se acercó a una mesa en la cuál había una vela convenientemente acompañada de un paquete de fósforos. Prendió la vela sosteniendola con un plato aleatorio del lugar y continúo caminando por el lugar. La vela no funcionaba como linterna, pero su rango de visión había subido de forma aceptable.
(Matenme)
Luego de unos pasos, entro en una nueva habitación la cuál parecía ser la cocina, ya que en el suelo se encontraban diversas comidas y bebidas en el suelo. La comida parecía resiente. Muffins con crema y vasos de jugo estaban esparcidos por el lugar como si un terremoto hubiera tirado todo, y la fruta se veía tan fresca como si estuvieran recién congeladas.
Dió unos pasos más evitando pisar la comida, llegando a una nueva habitación cerrada.
Mierda.
Decidido a entrar en la habitación, Cucurucho comenzó a buscar por toda la zona una llave que encajara en la cerradura. Luego de unos minutos buscando, Cucurucho encontró una llave dorada que encajaba perfectamente.
Al poner la llave en la cerradura, la puerta se quedo entre abierta, dando paso a un hilo de luz que salia de adentro iluminando una parte de la habitación dónde Cucurucho estaba.
Dando un paso al lugar Cucurucho se encontró con un cuarto con dos camas, mesas de luz e incluso una tele. Las paredes con un diseño de campo de flores, y las esquinas de cada objeto cubiertas con almohadones para que no sea posible lastimarse.
Sorprendentemente, en comparación a la cocina el lugar estaba totalmente organizado. No había ni un solo objeto fuera de lugar, y mucho menos algo sucio.
En un momento, la televisión del lugar empezó a mostrar estática e hizo que a Cucurucho le dieran escalofríos. Cucurucho decidió que era momento de dejar de investigar, no quería ser secuestrado hoy.
Salió de la habitación y paso como pudo por los objetos tirados en la cocina, llegando a la puerta y cerrandola con llave una ves que salió
Una ves afuera todo estaba oscuro y la luna marcando el cielo era la única luz que llegaba al lugar. En las oficinas de la estación no se encontraba nadie, y se podía escuchar cómo los bichos volaban por el descampado.
Cucurucho suspiró y pasó las llaves por debajo de la puerta para que al día siguiente sus compañeras pudieran tomarlas.
Cuánto tiempo pasé ahí?
Se preguntó tomando en cuenta la diferencia horaria del momento en el que entró y cuando salió. No sabía exactamente la hora, pero apostaría que era mas tarde de las diez de la noche.
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