Anti quidditch//Perciver

10

-Yo le avisaré a tu madre que te quedas por el fin de semana, ustedes pueden subir a bañarse- sonrie Dairine antes de salir por la chimenea.

-Usen condón, los hombres mágicos se pueden embarazar- señala Mufidy comiendo helado del pote- y hay más posibilidades si son ambos sangre pura, como es su caso.

Ambos lo miran incómodos.

-Papá yo me bañaré en tu baño- responde Oliver rojo- no nos bañaremos juntos.

-Ah, okey. Pero para dejar en claro no hay drama si tienen sexo, mientras usen condon y hechizo silenciador está todo más que bien.

-¿Okey?

Percy está rojo y el agua caliente de la ducha no lo ayuda.

Se baña sintiendo la adrenalina de por fin salir de casa, de por fin elegirse, de dejar a su madre atrás.

De intentar ser feliz.

-Percy cariño, tu mamá me dio ropa para ti, te la dejo en la cama.

-Gracias señora Wood.

-Ay, llamame Dairine- responde dulcemente desde detrás de la puerta antes de irse,

-Claro, señora.

Percy se seca el cabello, odia su color de cabello; odia sus pecas, odia su cuerpo.

-Lindo- llama Oliver tocando la puerta.

-¿Sí?

-Te dejo una de mis remeras para pijama ¿quieres?

-Sí- responde. Aunque tenga su propia ropa, le gusta la idea de usar la de Oliver.

-Bien, te espero abajo ¿si? 

-Claro, gracias.

-Un placer.

Percy abre la puerta minutos después y espía a ver si no hay nadie para salir en toalla.

Se cambia rápidamente y baja las escaleras.

Está todo oscuro menos una lampara y la luz de la cocina.

Oliver repasa su gráfico de quidditch sentado en un sillón (debajo de la luz de la lampara)

-Sácame de eso- pide sentándose a su lado- no quiero jugar.

-Lo sé, cariño, nunca te dejaría hacer algo que no te gusta.

-¿Nunca me agregaste? ¿no confias en mi?

-Lo hago, pero sé cuanto sufres y cuanto te cuesta siquiera elevarte ¿por qué te haría eso? en el campo somos muy rudos, tu eres más tranquilo.

-¿Me dices débil?

-No Percy, tu debes ser el ser más fuerte del mundo, alguien débil no aguantaría todo lo que tu aguantas.

-Te refieres a mi madre.

-Y a la salud mental yo no podría soportar todo lo que soportas tu, todos tus pensamientos negativos- toma su mano suavemente y besa sus nudillos- eres increíblemente fuerte y capaz, pero no quiero que sigas sufriendo; a partir de hoy harás solo lo que quieras porque es tu vida y tu decisión.