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-¿Oliver?- pregunta Percy despertando, luego de otra larga cirugía de hechizos para sanar sus hemorragias internas.

Ya pasó una semana desde que su madre lo postró en esa cama, esta es la primera vez que despierta.

La cabeza de Wood descansa sobre su mano, la cual también sostiene. 

Oliver parece delgado, muy delgado.

-¡Oliver!- vuelve a llamarlo luego de caer en cuenta de donde está.

Wood abre los ojos y lo mira sorprendido.

-¡Despertaste, mi amor!- exclama entusiasmado besando su mejilla.

-No grites por favor- pide- me duele la cabeza.

-Claro, lo siento.

-¿Qué pasó?

-Tu madre...

-Oh, cierto. Lo siento.

-¿Por qué?

-Estás aquí... a mi lado.

-Es un placer para mi.

-Hueles horrible.

-Tenme piedad, llevo una semana sentado acá.

-¿No fuiste a dormir?

-Dormí acá.

-No te dejan, ¿qué con las reglas?

-Las reglas no me interesan si se trata de ti, yo estoy acá si quiero y voy a seguir a tu lado para siempre.

-Eres muy dulce, pero si no quieres que termine contigo debes bañarte- pide divertido.

-Lo haré cuando el doctor me confirme que seguirás bien.

-Llámalo ¿qué esperamos?

[...]

Sus hermanos lo visitan.

-¿Y Oliver?- pregunta Ron.

-Lo mandé a casa, a bañarse y dormir.

-No creo que duerma sin ti- menciona George- lleva una semana sin comer prácticamente.

-¿Qué?

-No dejan comer acá y él no te despegó el ojo de encima.

-Solo iba a hacer sus necesidades cuando el doctor venía, ni siquiera si estábamos nosotros.

-Que chico tonto- suspira, le preocupa su salud- mi chico tonto- sonrie ampliamente.

-Que lindo es el amor- chilla Ginny emocionada.

-Abriré la ventana, hay olor a Oliver sin bañarse- sonrie Fred divertido.

Anti quidditch//PerciverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora