1: 𝑬𝒔𝒆 𝒄𝒉𝒊𝒄𝒐...

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HIKARU

Ese chico... Es tan... ¿Cómo lo describo? Ni siquiera lo sé. De algún modo siento que lo conozco y al mismo tiempo es como si fuese la primera vez que lo veo. Él y su hermano son amigos de mis hermanos, por lo tanto ya lo he visto múltiples veces en casa, sin embargo, este sentimiento raro de haberlo conocido antes es inexplicable y frustrante. Sin mencionar que él es demasiado insoportable, su personalidad es tan... Agh, de tan solo pensarlo por un segundo me estreso demasiado. Siempre va con cualquier chica tan fácilmente, al parecer todas en este colegio caen estúpidamente a sus pies, no lo niego, es bellísimo; su tez blanca va perfecta en combinación con sus ojos violeta, su mandíbula tan definida, la cual se tensa cuando esta concentrado. Su cabello negro con rubio amarrado con trenzas lo hace ver tan... Y su sonrisa, es perfecta, mierda, parece tallado por los mismo ángeles. A él sí lo hicieron con ganas y yo parezco una idiota mirando a la ventana en media clase de matemática en vez de estar prestando atención. No entiendo porqué se me hace tan molesto, bueno, talvez que sea un mujeriego, su actitud burlesca, que se crea superior a todos y que crea que todo lo puede conseguir fácil. Para ser sincera, nunca le he hablado, solo es mi opinión de vista, tampoco me interesa hablarle, se ve tan odioso que me da pereza tan solo verlo.

—¿Ah?—Solté un pequeño ruido confundida, por estar perdida en mis pensamientos no había notado que el profesor me estaba hablando, sentí las miradas de todos sobre mi.

—¿Todo bien señorita Kobayashi? Le he hablado tres veces.

—Sí, todo bien, lo siento.

—Le decía que pase a la pizarra a resolver esta formula y luego esta ecuación.

—Oh, claro—Dije levantándome y yendo a la pizarra.

Analicé un momento aquellos dos ejercicios, hice un rápido y pequeño procedimiento en mi mente, luego comencé, hice primero la fórmula y luego seguí con la ecuación. La verdad es que las matemáticas no son algo que se me dificulte, si soy sincera, siempre he sido una nerd. Unos momentos después terminé ambos ejercicios, le entregué la tiza al profesor y me volví a sentar.

—Perfecto, ahí lo tienen, el procedimiento de ambas, gracias señorita Kobayashi—Dijo el profesor y asentí—¿Quién quiere pasar a la pizarra ahora a resolver estos dos últimos ejercicios?—Preguntó el profesor.

Por un momento nadie contestó ni respondió nada, yo ya los había hecho, eran realmente fáciles, quería ir a hacerlo yo pero sabía que el profesor no me dejaría responder aquellos problemas una segunda vez y también me daba un poco de pereza hacer el procedimiento nuevamente. Me sorprendí un poco cuando vi a aquél chico levantándose y dirigiéndose a la pizarra, Ran Haitani, al parecer todos estaban aún más sorprendidos que yo; sabía que era un cerebrito pero nunca participaba en clase a menos que se lo pidieran. Es misterioso, talvez aparente ser ese chico odioso y popular como en las películas de secundaria, pero en realidad fue sorprendente cuán rápido resolvió aquellos dos ejercicios y por la expresión de orgullo del profesor, supe que estaban bien. Mientras hacía aquellos ejercicios no pude evitar que mi mirada se desviara a sus brazos, en uno de ellos se notaba el diseño de un tatuaje, las venas de su brazo se resaltaban y lo alto que es lo hace ver aún más jodidamente lindo. No, no me gusta ni nada de eso, lo detesto, pero no puedo negar que es hermoso. Cuando se sentó nuevamente tuvimos un microsegundos de contactos visual, estaba sentado adelante mío. El aire estaba lleno de su perfume embriagador, todo en él era tan... No sé ni cómo describirlo.

«Mierda, tengo que dejar de estar pensando en este tipo de estupideces» Pensé para mí misma mientras suspiraba con fastidio.

—¡Hikaru!—Murmuró Ericka moviéndome bruscamente.

𝑶𝒅𝒊𝒂𝒓 𝒂𝒎𝒂𝒓𝒕𝒆... || Ran Haitani. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora