⋆Eleven⋆

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-Nuvia se llevó mi auto- le informé -¿Me llevas?- pregunté sonriente.

-No queda de otra- contestó de mala gana y comenzó a caminar. Cerré mi casillero y camine detrás de ella hasta que la alcancé.

-Abril- me habló Victoria que caminaba hacia nosotras, le di una dura sonrisa sin dejar de caminar como lo había hecho ella. -Has visto a Millaray?- preguntó tímida.

-Estacionamiento- contesté sin ponerle mucha atención.

-Así que no tienes amigas- preguntó mientras caminábamos por el estacionamiento hacia su auto.

-No las necesito- contesté segura.

-Según lo que veo Nuvia es la única que tiene 'acceso' a ti ¿cierto?

-Si- contesté y reí -¿Y desde cuando te interesa saber de mí?

-Simple curiosidad, la forma en la que trataste a esa chica me confirma que eres la persona más engreída que conozco- solté una carcajada.

-Mira que coincidencia, tu eres la persona más engreída que conozco.- dije pero me arrepentí -No... Sarah lo es- reí -Tú eres la persona más antipática y amargada que conozco- sonreí hipócritamente.

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-¿Por qué no me dejaste platicar con tu hermana?- le pregunté cuando íbamos en el auto.

-No me interesa que se relacione contigo- contestó fríamente -Así que no te le acerques mucho- dijo mientras comenzaba a estacionarse.

Entramos a la casa y todo parecía tranquilo hasta que de pronto un castaño bajó corriendo las escaleras, traía a la pequeña Sol en su espalda.

-Osvaldo, te he dicho que no corras en las escaleras y menos si traes a Sol- le dijo acercándose a él para tomar a la pequeña en sus brazos.

-¡Mira Samy!- dijo la pequeña con suma emoción mientras le mostraba un papel con una princesa en uno de los lados.

-Gracias Valdo- se dirigió al chico previamente regañado.

-No es nada- sonrió antes de salir por la puerta.

-¡Mira!- repitió la niña -¿Puedo ir? Me dejas ir?¡Por favor!- decía con una voz que si se estuviera dirigiéndose a mí, hubiera sido imposible decirle no.

-A ver ¿Qué es?- la bajó y tomó el papel para leerlo. Me mataba la curiosidad que causaba tanta emoción en la pequeña. Me acerqué y por encima del hombro de Samantha leí el papel rosa que tenía en sus manos. Era una invitación a una fiesta de cumpleaños.

-¡Ay que lindo!- dije con emoción -¿Qué lindo vestido usarás?- le pregunté sin siquiera esperar la respuesta de Samantha.

-Hey Hey Hey- dijo tranquilizándonos a ambas, ya que Sol saltaba de la emoción. -Aún no he dicho que si- dijo seria, lo que no entendía era ¿Por qué ella autorizaba o denegaba la salida de la pequeña? ¿Y sus padres?

-Por favor Samy- dijo la pequeña con sus hermosos ojos color miel.

-Oh vamos Samantha déjala- agregué.

Después de nuestras insistentes plegarias y miradas de cachorros abandonados, Samantha accedió a que la pequeña fuera a su primera fiesta sola.

-¿Y qué te pondrás?- La mayor rodó los ojos.

-Tiene seis años Abril, no es superficial como tú- se sentó en uno de los sillones de la sala.

-No importa que tenga seis años, es una niña ya todas les gusta verse lindas- le contesté y regresé mi mirada a la pequeña.

-Yo no tengo vestidos lindos como los tuyos- dijo mientras tocaba mi vestido, volteé indignada con Samantha.

-¿No tienes vestidos?- pregunté para asegurarme de haber escuchado bien, y la pequeña asintió con la cabeza.

-Sí tienes Sol- le contestó Samantha -Hace poco vi tu closet.

-No me quedan más- dijo elevando los hombros.

-No tiene vestidos?- susurré matando con la mirada a Samantha -Trae tus zapatos- le dije con una sonrisa a la pequeña.

-¿Para qué?- preguntó sin entender.

-Iremos de compras- le dije y una enorme sonrisa apareció en su tierno rostro.

-Hey hey hey- se puso de pie Samantha.

-Solo nosotras dos- la señalé -Y no me importa que no quieras- Sol subió corriendo las escaleras -Es una niña ¿y no tiene vestidos?- le reclamé.

-Si los tiene- contesto -Solo que no sabía que le gustaban tanto.

-¿Si sabías que tienes una HER MA NA?- separé en silabas -¿Si notas el cambio en la última silaba? HER-MA-NA- volvía repetir -No hermano, HER-MA-NA.

-Sí, si ya entendí- dijo con fastidio.

-Es que es increíble eso Samantha- seguía indignada.

-No necesito que la lleves, yo la llevare es mi HER MA NA, mi responsabilidad- no era responsabilidad suya, era de sus padres. Los cuales hasta ahora no he conocido.

-¿Qué?- solté una carcajada -¿Para que Sol regrese con bolsas llenas de chaquetas de cuero y tennis negros?-levanté una de mis delgadas cejas -No lo creo.

-Creí que había sido clara, No te quiero en mi vida y mucho menos en la de ella- se refería a su hermana.

-Demasiado tarde- le dije caminando hacia las escaleras ya que Sol bajaba por estas.

Cambiaría ese short de mezclilla y blusa celeste, por un hermoso vestido. -¿Lista?- le pregunté sonriente.

-¡SI!- alargó emocionada.

Abrí mi bolsa para buscar mis llaves pero recordé que Nuvia se halbía quedado con mi auto. Volteé a ver a Samantha quien me miraba divertida ya que sabía que no traía mi auto.

-Dame tus llaves- le dije, más bien ordené y soltó una carcajada.

-¿Estás loca?

-No- sonreí hipócritamente -Dame las llaves- repetí pero ella no se movía en lo absoluto.

-No te daré nada- se cruzó de brazos -O yo las llevo yo o no van.

-Sol- llamé con voz tierna -Espérame en el auto ¿sí?- le dije y la pequeña asintió con la cabeza para después salir por la puerta hacia el auto de su hermana.

-¿Segura que no me las darás?- me acerqué lentamente hacia donde estaba ella.

-¿Qué no me escuchas?- preguntó de mala forma mientras que yo seguía aproximándome hacia ella.

-Si te escuche- afirme -Pero sé que cambiarás de opinión- sonreí mostrando mi dentadura.

-Tú no sabes nada- no término la oración ya que la tomé de la nuca, atrayéndola firmemente hacia mis labios, sus labios comenzaron a mezclarse con los míos. Pero en cuestión de segundos corrió su rostro.

-¿Qué?- soltó una amarga carcajada -¿Crees que con un beso logras lo que quieras?

-No lo sé- sonreí mientras me acercaba a su cuello -Dime tu- le dije mientras comenzaba a depositar pequeños besos sobre los lunares esparcidos en esa zona de su piel.

-Eres patética- rió -Sabes- no la dejé terminar cuando ya había sacado las llaves de su bolsillo.

Se quedó estática mientras yo me alejaba de ella prácticamente corriendo.

-¿C-Como hiciste eso?-no alcancé a llegar a la puerta ya que me había tomado del brazo obstruyendo mi huida.

-Soy más lista de lo que crees- di un fugaz beso en sus labios haciéndola fruncir el ceño, me libré de su agarre y salí corriendo lo más rápido que mis tacones permitían.

𝙼𝚎, 𝙼𝚢 𝚜𝚎𝚕𝚏 𝚊𝚗𝚍 𝙸 《Rivari》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora