⋆Thirty six⋆

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Mientras seguía parada al lado de Nuvia, me di la media vuelta y vi a Samantha. Recordé lo bien que la habiamos pasado el viernes, sábado y domingo. Así es, había salido todo el fn de semana con ella.

El sábado nuevamente me invitó a cenar y ésta vez se vengó diciendo que no me conocía lo suficiente para besarme y el domingo estuvimos en su casa, así que nos la pasamos con Sol.

-No Nuvia, no puedo seguir jugando con ella- me giré rápido y de inmediato llevé mi mano a mi boca.

-Mierda Nuvia- casi grito reclamándole por no avisarme que Victoria estaba ahí.

-Perdón, pensé que ya no dirías nada- dijo con los ojos abiertos a tope.

-Yo, yo lo siento- balbuceó Victoria nerviosa -No era mi intención escuchar- cubrí mi rostro con  desespero y una vez más me giré para caminar hacia mi casillero ignorando los llamados de Victoria.

-¿Mala mañana?- me encantaba sentir su aliento en mi oído.

-Pésima- contesté largando un suspiro.

-¿Te ha molestado alguien?- preguntó seria.

-No- reí -Un problema con Nuvia, nada más- saqué el ultimo libro que necesitaría para las clases de hoy.

-¿Segura?

-Completamente.

-Bien- el timbre nos indicó que era hora de entrar a clase. Física, nos tocaba juntas.

-Hey, ¿a dónde vas?

-A mi lugar- contesté obvia y negó con la cabeza, la ladeó hacia la izquierda indicándome que la siguiera.

-¿De verdad?- pregunté con los ojos abiertos a tope, queria que me sentara con ella.

-De verdad- afirmó y sin pensarlo dos veces la seguí.

-Muévete- le ordenó a un sujeto que la verdad ni sabía que estuviera en el salón.

-Pero ahí hay dos lugares- señaló intimidado los dos sitios de adelante.

-Muévete- repitió y yo estaba por decirle a Samantha que nos sentáramnos en los de adelante, cuando el sujeto tímidamente se puso de pie dejando libre el lugar.

-Eres una bravucona Samantha- le dije riendo.

-Siéntate- me dijo cediéndome el asiento de atrás. La clase comenzó, era primera hora y yo ya quería salir corriendo. Bueno, todos queríamos salir corriendo. El profesor explicaba el procedimiento para la resolución de unos problemas y no dejaba de escribir. El marcador azul rechinaba al ser presionado contra el blanco pizarrón.

Samantha con fastidio echó la cabeza hacia atrás, por lo que no dudé ni por un segundo divertirme con sus hermosos mechones rubios.

-Me encanta tu cabello- Confesé en un susurro, volteó a verme y sonrió.

Levantó su cabeza volteando nuevamente hacia el pizarrón, puso su cabello hacia un costado, dejando al descubierto un poco de piel en la parte baja de la nuca. Con la punta de mis dedos hacia pequeñas caricias provocando que se estremeciera.

-Basta- Susurró.

-¿No te gusta?

-Sí, pero...- volvió a estremecerse.

-¿Se encuentra bien Srta. Rivera- todos voltearon hacia Samantha quien solo asintió con la cabeza. Todos regresaron su mirada al frente excepto Nuvia y Victoria, quienes seguían observándonos. Las aniquilé con la mirada a ambas, estaba realmente enojada. Nuvia seguramente ya le contó sobre la apuesta, lo cual se convertía en un enorme problema.

Dejé de molestar a Samantha para anotar todo lo que estaba en el pizarrón, aunque era difícil saber por dónde empezar, estaba lleno. Dos fuertes golpes en la puerta hicieron que todos voltearan a la puerta con la esperanza de que fuera alguien que le quitara tiempo al profesor y asi lograr perder clases. La puerta se abrió dejando ver la anatomía de mi ex novia.

-Me permite a las jugadoras del equipo- dijo con esa hermosa voz.

-Ya las porristas- agregó Sarah con su voz de silbato.

-Ve, tú eres porrista- me dijo Samantha señalando la puerta con la barbilla.

-Ve, tú eres jugadora- le dije igual y rió.

-Ya no más- mentía.

-Yo tampoco entonces- sonreí -Ya no tengo a quien animar- Negó con el cabeza risueña y se puso de pie y también lo hice.

-Este miércoles hay juego, así que vengan con el uniforme- nos indicó Sarah.

-¿Y para esto nos haces salir de clases?- escuchó la voz de Samantha -¿No pudiste esperar una hora y hacerlo en el receso?- volteamos y logré ver que se lo decía a Denisse. Tenía razón, era una total pérdida de tiempo.

-Por favor- dijo Denisse igual con tono agresivo -Si de verdad te interesara la escuela no estarías atrasada- Samantha ya debería haber salido.

-Cállate idiota, a menos que quieras que te parta la cara- dijo a punto de lanzarse encima de ella pero entre las otras jugadoras la detuvieron.

Me di la vuelta rápido para ir hacia Samantha.

-Abril no he terminado- me reclamó Sarah, pero solo hice un ademán para que se callara y seguido de eso escuché un 'yo le digo después' de Victoria.

-Samantha- me abrí paso entre las otras -Vámonos- le dije casi suplicando. No quería que se metiera en problemas, estaba segura de que Denisse no cerraría la boca -No vale la pena- Samantha pasó su brazo por mis hombros.

-Eso no es lo que decías antes- ¿Qué rayos quería? ¿Que de verdad le rompieran la cara? Sola se lo había ganado.

-Ahora sí imbécil- todo fue tan rápido que en menos de tres segundos Denisse había sido embestida por Samantha en pleno pasillo, al frente de la puerta del salón.

-¡Samantha!- grité con frustración. No debía hacerlo, no aquí o se metería en problemas. Pero ni siquiera entre las cinco jugadoras podían detenerlas.

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Ahora estábamos las ocho sentadas en las bancas esperando a que el director nos atendiera.

-¿Ahora qué pasó?- preguntó el director dando un gran suspiro dirigiéndose a Samantha. Todas comenzaron a hablar al mismo tiempo, Samantha comenzó a discutir con Denisse una vez más.

Ambas se pusieron de pie dispuestas a convertir la oficina del director en un cuadrilátero de peleas, y nuevamente todas intervinieron ya que ni el mismo director lograba poner orden -¡Basta!- gritó haciendo que todas se sobresaltaran, incluyéndome -¡La próxima que diga una palabra altisonante se irá suspendida y vendrá a detención por dos meses!- todas guardaron silencio y me miró sorprendido. -No me explico que hace usted liada con estas incivilizadas- dijo negando con la cabeza.

-Ella no está liada' con nadie- me defendió Samantha -Lo que pasa es que esta- pensó antes de seguir hablando.

-Esta ¿qué? A ver ¿qué?- una vez más Denisse  se puso de pie retándola -¿No que muy mala? Anda, dilo y así te largas- comenzó a tronar los dedos, una vez más Samantha se le abalanzó.

La mirada de Samantha se encontró con la mía y el puño derecho de Denisse se estrelló contra su mandíbula. Cerré los ojos y me volteé, estaba molesta. ¿No podía ignorarla para acabar con el problema y ya?

-¡Basta ya!- gritó una vez más -¿Qué les pasa? ¡Si no se controlan ambas se irán expulsadas! ¡No permitiré estas 'riñas' en mi campus!- estaba rojo del enojo -¡Ustedes fuera!- todas salieron y Samantha se puso de pie, dejando a Denisse tirada y se sentó de nuevo a mi lado. El rabioso director se volteó a vernos. Un poco más y estoy segura que le saldría humo por las orejas y fuego por la boca.

𝙼𝚎, 𝙼𝚢 𝚜𝚎𝚕𝚏 𝚊𝚗𝚍 𝙸 《Rivari》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora