Embarazo no planeado | HYUNLIX

Capitulo 18

Regreso a clases.

Lunes.

Miró a sus dos omegas contemplándolo con detenimiento, él terminaba de ponerse las zapatillas en la entrada  mientras su novio, que cargaba al gordito bebé de los dos, estaba de pie mirándolo con un brillo de tristeza en sus castaños ojos.

Por otro lado, Jeongin lo miraba con curiosidad, sin entender lo que sucedía, mientras movía el chupetito que tenía en su pequeña boquita.

Felix puchereó.

Con una sonrisa se incorporó.

– No pucherees, omega. – alargó una de sus manos para tomar el fino mentón del castaño, dándole caricias con su pulgar. — Volveré apenas terminen las clases, y lo sabes, siempre volveré a ustedes.

– Lo sé. — su voz tembló. — Pero no quiero que vayas, te extrañaremos mucho, alfa.

– También los extrañaré. — le besó los labios. —Cualquier cosa me llamas, o llamas a mis padres, ellos están cerca, ¿sí?

– Sí, alfa. — miró a su hijo, que apuntaba con uno de sus diminutos índices la puerta de entrada. - Despídete de papá, mi amor. – Jeongin giró su cabecita, mirando a su mamá entretanto movía el chupetito.

Tomando las esponjosas mejillas de su cachorro le besó la frente y la diminuta nariz, marcándolo con sus feromonas, soltándolo para tomar a su novio de la nuca y besarle los labios con parsimonia, dejándolo también marcado con su olor a bosque silvestre.

– Los amo. – les sonrió.

–Te amamos, alfa. — tomó una de las pequeñas manos de su hijo para agitarla como si se estuviese despidiendo. — Ve con cuidado.

– Sí. — tomó su mochila, colocando una de las astas en su hombro abrió la puerta, mirando por última vez a sus dos amores. — Nos vemos.

– Nos vemos... — susurró apenas viendo como la puerta de entrada se cerraba.
Fue en ese momento que Jeongin notó que algo raro pasaba, moviendo su cabecita con insistencia y apuntando con su diminuto dedo índice a todos lados, buscaba a su papá, que hacía pocos segundos había salido por la puerta del departamento rumbo a la universidad.

Suspirando giró en su eje y caminó por el corredor de entrada hasta la sala, tomando rumbo después al dormitorio principal, sintiendo a través del lazo madre-hijo como su pequeño comenzaba a agitarse, buscando con desesperación a su papá.
Al entrar al dormitorio Jeongin lo buscó por todos lados, pidiéndole a su mamá que lo bajará para comenzar a gatear por todo el dormitorio, sentándose frente al guardarropas para pedirle con la mirada a su mamá que lo abriese, porque papá podría estar escondido ahí.

Con pena abrió las puertas del closet, viendo como su hijo miraba adentro con sus grandes y brillantes ojos. Al no encontrar nada negó, volviendo a gatear por el dormitorio, metiéndose debajo de la cama para buscar a su papá.

Después de diez minutos recorriendo todo el departamento, por su propia cuenta, se sentó sobre su abultado traserito, puchereando.

– Da, da. — le tembló la voz, comenzando a llorar de pena al no encontrar a su papá.
El fuerte y triste llanto de Jeongin se oyó en todo el apartamento, siendo tomado al instante por Felix que apoyó la cabecita de su hijo en su hombro, paseándose por todo el dormitorio mientras le acariciaba la diminuta espalda con su mano.