Capitulo 23

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Todos miraban a la joven pareja compartir de mimos, incluyendo a su cariñoso hijo, que pedía mimos entretanto restregaba su pequeña naricita en el torso de su papá, olfateando su aroma a bosque silvestre.

En una de sus manos Hyunjin tenía el librito, cuidando de no soltarlo, porque era uno de los mejores obsequios que ha tenido hasta el momento.

Rompiendo el abrazo besó la frente de los dos omegas, sintiendo después uno de los pulgares de su novio acariciar su mejilla, retirando de paso las lágrimas que caían por ella, con su mano desocupada retiró el resto de lágrimas, sonriéndole al menor para calmarlo.

— Gracias. — mostró el librito. — Está hermoso. — suspiró. — Pero me gustaría colocar la fotografía en la pared de nuestro dormitorio, o en el de Jeongin. — mostró la página.

— El librito se puede desarmar. — habló con suavidad el más bajo. — Lo armé con esa facilidad, mañana separaré esa hoja y la pondremos en donde quieras. — La enmarcaré, con la hoja incluida. — vio los deditos de su hijo plasmados en ella. — y colocarla en su dormitorio.

— Está bien. — asintió de acuerdo, viendo como su hijo apuntaba al librito con su pequeño dedo índice.

Los abuelos del bebé observaban la escena maravillados de la hermosa relación que tenían los jóvenes padres, siempre demostrándose amor y corriendo en ayuda del otro, con tal de hacer todo más fácil.

Si bien, la pareja tenía discusiones, siempre lograban solucionarlo, ya sea por su cuenta, o por ayuda externa, que intervenía dándoles consejos de cómo solucionar las cosas, pero nunca las peleas terminaban como en el pasado, ya no se decían palabras hirientes, siempre tenían el cuidado de no dañar emocionalmente al otro, conscientes de cómo los afectó su pasada relación.

Seungmin miraba la escena con una ceja alzada, pareciéndole curioso el cómo había evolucionado la relación de los dos, después de apreciar con sus propios ojos algunas discusiones que tuvieron en la preparatoria, las cuales siempre fueron fuertes, pero jamás imaginando el que los dos fuesen destinados o que estuviesen en una relación.

Ahora todo se veía bien entre ellos, y los envidiaba de cierta forma, porque su relación se ha visto estancada, marchitándose cada día más por la presencia de los niños, los cuales siempre exigían atención, quitándoles el tiempo para mimarse o tener un momento a solas, además, todavía no lograba conectarse con ellos, y sabía que ya no sucedería, porque cada vez los mellizos estaban más cerca de los seis meses de nacidos.

Miró otra vez a la pareja, que conversaban ahora con sus respectivos padres, mostrándoles al regalo que el pequeño bebé había hecho con ayuda de su mamá.
Enarcó una ceja curioso, ¿Felix  no le había regalado nada al alfa?

— Felix. — el nombrado lo miró.

— ¿Sí, Seungmin hyung?

— ¿Y tú regalo? No he visto que le hayas dado tu regalo a Jinnie.

— Oh. — lo vio nervioso, desviando levemente la mirada.

Pero vaya sorpresa se llevaría ahora, porque Minho no se quedaría callado, oh, claro que no.

— Hyunjin hyung ya recibió su regalo anoche. — movió las cejas con sugerencia. — Por lo que ya se encuentra pagado.

Un largo, y abrupto silencio se formó en el apartamento, oyéndose sólo los balbuceos de Jeongin y algunos soniditos que emitían los mellizos.

A Felix le temblaba un párpado.

Entregándole al cachorro a su novio, se acercó hasta uno de los sofás, recogiendo de él un cojín, el cual tiró sin ceremonia previa al pelicobrizo, cosa que éste no vio venir, por lo que terminó con todo el cojin en su rostro, perdiendo levemente el equilibrio.

El castaño chilló.

— ¡ERES UN HIJO DE PUTA! — recogió otro cojín, tirándoselo, viéndolo caer otra vez en el rostro del más alto, que no lograba reponerse, recibiendo otro acolchado golpe en su rostro. — ¡NUNCA MÁS TE CONTARÉ SOBRE MI VIDA SEXUAL, MAL AMIGO! — tomó otro cojín, acercándose ahora al aturdido alfa, atacándolo con éste a golpes, botando al más alto al piso, para continuar golpeándolo con éste. — ¡TE ODIO, TE ODIO, TE ODIO!

Los gritos y chillidos de Felix era lo único que se oía en el apartamento, impresionando a Jeongin, que miraba a su mamá golpetear a su tío favorito con un cojín, curioso apuntó con su dedito la escena, balbuceándole a su papá que él también quería hacer eso, pero no siendo entendido por el alfa.

— ¿¡POR QUÉ MIERDA CONFÍO EN TI!? ¿¡POR QUÉ!? — siguió golpeteando, con sus mejillas sonrojadas de la vergüenza, sintiendo la mirada de su novio a sus espaldas.

— ¡ERES DE LO PEOR! ¡YA NO TE CONSIDERARÉ MI MEJOR AMIGO, Y MUCHOS MENOS EL TÍO DE JEONGIN! — siguió golpeando, viendo como Minho se reponía y comenzaba a poner sus manos para protegerse, logrando en un momento tomar el cojín y quitárselo. — ¡TE ODIO! — chilló.

— Oh vamos, no vas a enojarte por eso. — se encogió de hombros, sentándose en el suelo para mirar hacia arriba a su amigo. — Es un buen regalo el que recibió, Hyunjin hyung.

Un ensordecedor chillido salió de Felix, que pisoteando fuerte se encaminó a la cocina, abriendo una gaveta con fuerzas sacó de su interior un largo cuchillo carnicero, el cual su novio utilizaba para cortar carne cruda, por lo que siempre se hallaba filosa.

Volviendo a la sala vio a su mejor amigo mirarlo con pánico, levantando las manos trató de poner una barrera entre él y el pequeño cuerpo del enfurecido omega.

— Lix, Felix, piensa en lo que haces. — esquivó un cuchillazo. — Después te vas a arrepentir, en especial cuando termines en prisión y sin la posibilidad de ver a Innie. — esquivó otro intento de cuchillazo.

— ¡MUERE, BASTARDO! ¡MUERE! — volvió a intentar apuñalar al pelicobrizo, siendo otra vez esquivado por él. —¡ERES DE LO PEOR! — chilló.

— ¡Debes controlar tus ataques de irá! — se salvó de los pelos de recibir una puñalada. — Oh dios, nunca te había hecho enfadar tanto. — evitó un nuevo golpe del omega.

— ¡Felix, detente!

— ¡NUNCA MÁS VOLVERÁS A PONER UN PIE EN ESTE APARTAMENTO! — acuchilló nuevamente, viendo al más alto rehuir de él con éxito.

Hyunjin miraba todo con la boca abierta, siendo testigo por primera vez de un ataque de irá supremo del menor, quien sin dudar trataba de apuñalar a quien todos consideraban como su mejor amigo, con quien compartió durante tres años dormitorio en Yonsei, además de ser su mayor confidente y compañía.

Demoró en salir del estupor, entregándole a sus suegros al curioso bebé se acercó al omega, tomando la mano con la cual sostenía el cuchillo más filoso de la vivienda, deteniendo así el intento de homicidio del menor.

— Respira profundo. — sabía que tenía que ser dulce, en esos momentos Felix debería estar viendo todo rojo por la rabia. — Inhala y exhala conmigo.

Realizó aquellos ejercicios, viendo al castaño responder a ellos, imitándolo al poco rato, soltando por fin el cuchillo que tenía en su mano, cayendo éste al suelo en un sordo golpe.

— Eso es. — le acarició con su otra mano el lacio cabello. — Sigue respirando conmigo. — miró de reojo a Minho, viéndolo respirar alterado por lo ocurrido, le frunció el ceño, viéndolo sonreír con diversión. — Oh dios. — suspiró más tranquilo, apreciando como los músculos de su novio se relajaban. — Te salvé de los pelos. — miró a Minho, viéndolo asentir.

— Maldición, sí. — se pasó las manos por el cabello. — Nunca había hecho enfadar tanto a Felix, todo siempre se solucionaba con mimos o comprándole algo, pero creo que ahora me excedí. — suspiró. — Debe tratarse los ataques de irá.

— Y tú deberías dejar de provocarlo de aquella forma, mira que confió bastante en ti como para contarte de nuestra vida sexual.

— Tampoco es como que sepa mucho sobre ella, sé algunas cosas a grandes rasgos. — bufó, viendo a su mejor amigo que todavía mantenía el ceño fruncido. — Felix jamás me ha contado a detalle la vida sexual de los dos, tengo más conocimiento del pasado sexual que tenían, pero de la actual a grandes rasgos.

— Oh, entonces no sabes lo que pasó anoche. — Hyunjin se veía más tranquilo.

— No, no sé nada, sólo sé el por qué está usando un beetle, nada más. — ladeó la boca. — De hecho, ese pequeño. — apuntó al ido omega. — Sabe mucho más sobre mi vida sexual, de lo que yo sé de la suya.

Todos miraron a Felix, viéndolo parpadear un par de ocasiones hasta que logró enfocar la mirada, se mostraba más tranquilo y su ceño se había relajado.

— ¿Cuál vida sexual, Minho? — picó el más bajo. — No puedes considerar a la autosatisfacción. — movió su mano libre haciendo referencia a las masturbaciones. — Como vida sexual.

Hyunjin se mordió el labio inferior para evitar romper en risas, viendo la cara de fastidio del pelicobrizo que observaba al de menor estatura con molestia. A los pocos segundos Soobin y Seungmin rompieron en carcajadas, sintiendo real pena por la situación del de mayor estatura.

— Oh, verdad que Jisung es virgen. — río Soobin a carcajadas, aferrándose a su abultado vientre.

— ¿Eh? — Minho parpadeó anonado, mirando hacía el embarazado y después a su mejor amigo, enarcando las cejas en pregunta.

— Oh. — se encogió de hombros Felix. — Yo no dije nada, ellos por su cuenta supieron, dijeron que fue por la forma en que se miraban.

— Demonios. — masculló  Minho masajeándose la frente. — La familia Jisung no estará feliz de que más personas sepan. — bufó.

— ¿Eh? ¿Por qué, si es tu destinado? - cuestionó Seungmin.

— Los padres y abuelos de  Jisung son sobreprotectores, por lo que le tienen prohibido que nos veamos mientras él siga en preparatoria, y nadie puede enterarse que él tiene un destinado entretanto no sea aprobado como alfa digno, y no nos permitirán enlazarnos hasta que termine el cortejo, y ellos no aceptarán cualquier finalización, quieren algo grande y digno. — ladeó la boca. — No soy una persona de altos recursos como ellos para darle un enorme y costoso obsequio para finalizar el cortejo, por lo que tengo bastante tiempo para volver a tener relaciones sexuales.

— Sabes. — murmuró Felix mirando al más alto. — Odio a Jisung, no lo soporto, pero encuentro injusto que no te permitan estar con tu omega, digo, el destino los enlazó. — ladeó la cabeza. — Ellos no pueden ir en contra de lo que el destino dictaminó, ¿no?

— Opino lo mismo. — apoyó Hyunjin a su novio.

— Igual. — levantó la mano Soobin.

Los otros cinco presentes levantaron la mano encontrándole la razón al pelicobrizo, que suspiro agradecido al sentir que no era el único en creer que la sobreprotección de la familia Jisung era exagerada, él quería estar con su pareja, pero mientras no saliera del instituto y no se revelara a su familia, tendría que seguir esperando, el problema es que él estaba cansado, y el moreno no lo entendía.

— Da. — levantó la manito Jeongin imitando al resto, sacando risas a los adultos que miraban con ternura al gordito bebé, que sonrió mostrando sus dos pequeños incisivos inferiores.

— Aw. — Felix se acercó a su hijo, apoyando sus manos en las gorditas mejillas del bebé. — A mi bebé le encanta participar. — unió las pequeñas narices de ambos, acariciándolas con suavidad. — A mi Jeonginnie no le gusta quedar excluido. — dejó un casto beso en la pequeña naricita del bebé, viéndolo sonreír con mayor fuerza. — Mamá calentará la papilla, sé que pronto te dará hambre. — acarició la gordita barriga de Jeongin, obteniendo un fuerte chillido de éste y risas. — Y después te haré dormir, ya es tarde y bebé de mamá debe cumplir con sus rutinas.

— Da, da.

— Sí, mi amor, será la misma papilla que comiste al medio día, aquella que tanto te gustó. — dio un pequeño golpecito en la naricita de Jeongin con su dedo índice.

Jeongin rebotó en brazos de su abuelo, chillando de la emoción, aun cuando no entendiera lo que su mamá le había dicho sobre la cena, él solo era feliz con aquella forma tan dulce en que su mamá lo trataba.

¡Amaba que fuesen dulce con él!

Riendo Felix se encaminó a la cocina, siendo seguido de cerca por su novio que cargaba con el cuchillo que él había sacado para apuñalar a Minho.

— Jamás te vi capaz de tratar de matar a alguien. — comentó Hyunjin mirando de reojo a su omega entretanto guardaba el elemento de cocina en su gaveta.

— Nunca terminas de conocerme. — sonrió con ligereza, viendo al alfa bufar.

— Por favor. — negó con una sonrisa. — Como vuelvas a hacerlo, yo te llevaré a terapia, no quiero que Jeongin te vea haciendo eso otra vez.

— Está bien. — rezongó mientras encendía el fuego, colocando una olla con agua y el frasquito de papilla en su interior. — Pero la culpa la tiene Minho.

— ¿Y yo por qué!? — gritó el nombrado desde la sala, jugando con su sobrino. — Yo sólo dije que Hyunjin hyung ya había recibido tu regalo, no jodas, Felix.

— ¿Tengo que recordarte el cómo lo dijiste? ¡Dejaste saber a todos que Hyun y yo tuvimos intimidad! — miró al más alto, viéndolo sentado en el suelo con Jeongin en su regazo, que jugaba con su cubo juega y aprende de Fisher Price, regalo del pelicobrizo.

— Nimiedades. — agitó una mano Minho, quitándole importancia a lo dicho por su amigo.

— ¿Nimiedades? ¡Nunca más te confío mi vida sexual! No si vas a ir por la vida diciéndoles a todos cuando Hyunjin y yo follamos.

— ¡Qué delicado! — bufó Minho. — Mira que yo te cuento hasta cuándo fue la última vez que usé mi mano.

— Sí, el martes. — Minho abrió la boca indignado. — Pero de ahora en adelante si te llego a contar qué pasa en mí relación, no quiero que le vayas diciendo a los demás, porque por lo que sé, Hyun no le ha dicho a ninguno de sus amigos lo que nosotros hacemos.

— ¿¡Me vas a pagar con la misma moneda, Felix!? — bufó el más alto. — Nunca te contaré lo que haga con mi omega cuando tengamos intimidad.

— Y no quiero saber, gracias. — se burló Felix. — No me quiero imaginar a Jisung teniendo sexo contigo, además, yo no te cuento a detalle, por lo que tampoco sabes qué diablos hacemos en la cama.

— Por favor. — hizo una mueca Minho. — Dime que no tuvieron sexo con Jeongin durmiendo a su lado.

— ¡Eso nunca! — intervino Hyunjin mirando al mejor amigo de su novio. — No somos, ni seremos esa clase de padres. — se apretó el puente de la nariz con sus dedos índice y pulgar. — Nosotros buscaremos otros lugares para tener intimidad, pero en el nido con Jeongin allí jamás, además, Felix y yo somos creyentes de que mantener intimidad con un bebé durmiendo a nuestro lado le puede causar sobreexcitación y ansiedad, hemos leído artículos sobre eso, y creemos que es posible, y no queremos afectar el dormir de Jeongin y su futuro.

— ¡Gracias a dios! — suspiró tranquilo Minho, agachándose un poco para besar una de las rechonchas mejillas de Jeongin. — Este pequeño debe ser inocente la mayor cantidad de tiempo posible.

— Y Hyun se encargará de eso. — apuntó al rubio cenizo, entretanto revolvía la papilla en la olla. — Es un papá celoso, no permitirá que Jeongin se case.

— Sí

Él no sería capaz de romperle las ilusiones al alfa, pero tenía la sensación de que pronto Jeongin conocería a su destinado, por lo que Hyunjin debería dejarlo ir.

Apagando el fuego tomó un paño de cocina, el cual utilizó para tomar el frasquito con papilla ya listo.

Revolviendo con una cucharita sacó un poco, llevándoselo a la boca para probar su temperatura, asintiendo al sentirlo perfecto para el bebé.

Observó a su pareja, viéndolo terminar de moler la fruta del postre.

— Minho. — miró a su mejor amigo. — Colócale el babero a Jeongin, su cena está lista.

— ¡Sí! — miró a su entretenido sobrino. — Pequeño, te toca comer. — se incorporó del suelo con Jeongin en brazos, viéndolo quejarse al ver como su juguete terminaba en el suelo, moviendo sus manitos pedía seguir jugando, pero sólo vio como lo alejaban.

— Da. — puchereó, viendo después como se acercaba a su sillita para comer, chillando movió con entusiasmo sus gorditas piernas, sabiendo que comería la exquisita comida que su mamá cocinó ese día para él.

Sumiso se dejó poner el babero, y que lo sentarán en la silla, mirando feliz como su mamá se acercaba con su platito, gritó emocionado, golpeteando la estructura plástica con sus manitas y moviendo con fuerzas sus piecitos, obteniendo con ello la atención de todos en el apartamento.

Felix río al ver lo entusiasmado que estaba su hijo por comer papilla, sentándose frente a él dejó el platito con la comida en la mesita de la sillita.

— Eres un pequeño glotón, mira lo feliz que estás por comer. — tomó la cucharita, sacando un poco del contenido, soplando un poco para reducir la temperatura acercándolo después a la boquita de Jeongin, que ya esperaba con ella abierta. — Ay, está muy rico, ¿no?

Jeongin movía su boquita, saboreando la papilla que mamá había preparado ese día para él, sintiendo todos los sabores mezclándose en su paladar.

— Le gusta el pescado. — miró Hyunjin a su hijo, viéndolo con fascinación comer su alimento. — Es sorprendente.

— Pensé que no le iba a gustar, el pescado tiene un sabor fuerte para un bebé, pero lo aceptó muy bien. — miró brevemente al más alto antes de observar a su hijo. — Me alegra que no seas alérgico al pescado, sino papá y mamá hubiesen tenido que dejar de comerlo por ti.

— Y mierda que deseo comer camarones, pero sería contraproducente que comas si lo estás amamantando.

— Podemos comer, mientras no coma lo suficiente para que Jeongin se enferme de la barriguita. — murmuró en respuesta. — Por cierto, hoy prepararé yo la cena. — miró a su novio. — Así que tienes prohibido meterte en la cocina mientras esté cocinando.

— Bueno. — levantó las manos Hyunjin. — Pero como quemes algo no me pidas ayuda.

— ¡No quemaré nada! — puchereó.

Riendo el alfa observó a su novio alimentar a Jeongin, que abría grande su boquita cuando una nueva cucharita de papilla se acercaba a su boquita, rebotando de felicidad al sentir el sabor de la comida en su boca.

Esa noche les tocaría cambiar un pañal hediondo, de eso estaba seguro.

El postre se lo dio Minho, que le solicitó a los dos padres que lo dejasen alimentar a su sobrino, sonriendo feliz cuando le entregaron el platito con la fruta molida, Jeongin feliz permitió que su tío le diese el postre, comiéndoselo casi todo.

Cuando terminó de cenar su mamá lo tomó en brazos, permitiéndole despedirse de sus abuelitos y las visitas, bostezando del cansancio por lo mucho que jugó esa tarde.

Recostado en el hombro del omega castaño se dirigieron los dos al dormitorio principal, quedando Hyunjin ordenando los juguetes esparcidos del cachorro, guardándolos en las dos cajitas plásticas que habían sido sacadas del cuarto del bebé, agradeciendo que no hayan sido las tres cajitas que ahora tenía Hyunjin, o sino nunca terminaría de guardar los miles de juguetes que tenía su hijo.

— ¿Jeongin es alérgico a los camarones?

El rubio cenizo miró al embarazado omega, que jugueteaba con un afelpado sonajero del rechoncho bebé.

Asintió.

— Sí, lo descubrimos cuando cumplió seis meses, fue algo tarde la verdad, con Lix comimos varias veces camarones, y al amamantarlo terminó enfermándolo, tuvo varias diarreas complicadas, y no entendíamos, pensamos que era normal, pero cuando el pediatra pidió un examen médico para ver sus alergias entendimos qué pasaba, además Jeongin es alérgico a los tomates, cosa que comíamos seguido. — suspiró, recogiendo otro juguete y guardándolo en una de las cajitas plásticas. — Su pediatra nos recomendó que Lix redujera el consumo de aquellos alimentos, para evitar que Jeongin enfermase de la barriguita, pero nosotros decidimos suspenderlas casi por completo, pocas veces nos damos el lujo de comer comidas con los productos a los cuales Jeongin es alérgico.

Minho comenzó a recoger juguetes, ayudando de esa forma al padre de su hermoso sobrino, sonriendo cuando veía algún juguete al cual Jeongin estuvo obsesionado un tiempo, y el cuánto jugó con él, hasta poner su atención en un nuevo objeto.

Jeongin siempre tenía juguetes favoritos, olvidándose un tiempo de los otros que tenía, para después volver a jugar con ellos, como su colección de sonajeros, Jeongin tenía muchos, y cada cierto tiempo se olvidaba de ellos, volviendo a recordarlos y hacerlos sonar con fuerzas.

Debido a eso Felix y Hyunjin no han podido tirar ningún juguete, o regalarlo, porque su hijo no los dejaba, y ellos permitían que el bebé decidiera por ellos.

— Minho.

El nombrado levantó la mirada, fijándola en el novio de su mejor amigo, que lo observaba con seriedad.

Supo que sería regañado.

— Me gusta que Lix y tú tengan una gran amistad y él te confíe cosas, pero por favor, no vayas por ahí diciéndoles al resto que tenemos intimidad, será gratificante para nosotros, pero el resto no debe saber.

— Oh, vamos. — agitó su cabello, suspirando. — Si los dos fuesen de las personas que no demostrasen sentimientos de satisfacción, me quedaría callado, pero creo que hablo por todos cuando digo que se les nota que han tenido intimidad, porque a ambos se les ve más felices y relajados, antes estaban tensos.

— Minho dice la verdad. — apuntó Namjoon riendo. — El mes pasado también te veías radiante, y en los últimos días estuviste muy tenso, y hoy todo tu cuerpo se ve relajado, supe apenas te vi que algo bueno pasó con Felix.

— No mienten. — aportó ahora Soobin. — Ustedes dos son de las parejas que físicamente demuestran cuando están satisfechos, de hecho, nunca me detuve a analizar su comportamiento en el instituto, pero puedo asegurar que eran iguales a ahora.

— Jinnie siempre demostraba satisfacción en Yonsei, suspiraba feliz cuando sus necesidades carnales se habían visto saciadas, y Felix también lo hacía, se veía más relajado, aunque siempre costaba verlo, pero ahora es distinto, demuestran sin problema que han saciado sus necesidades sexuales.

— Hwang. — picó Taehyun. — Son obvios, no jodas, todo tu destila un aire de saciedad total.

— Ah. — suspiró el rubio cenizo. — Demonios.

Minho río, observando la frustración en el rostro del rubio cenizo, miró de reojo a los padres de los jóvenes padres, viéndolos reír en silencio por aquello, ellos también debieron de haber notado eso de sus hijos.

— ¿Felix te contó algo durante la semana sobre anoche? Porque creo que sabías de antes. — siguió recogiendo juguetes, guardándolos en orden dentro de las cajas, o sino después no cerrarían, era un verdadero juego de Tetris el hacer calzar todo en aquellas cajas.

— Sí, el jueves me dijo que de regalo le daría a usted una placentera experiencia. — río. — Tenía parte de todo planeado, pero lo faltaba más, así que le di la idea de hacerle un estriptis, pero no lo dejó terminar.

— ¿Era un estriptis? — Hyunjin quedó con la boca abierta. — Maldición. — se llevó las manos al cabello, agitándolo con fuerzas para después bufar resignado. — Fui un desesperado, pensé que era un baile como siempre.

— No. — negó. — Era un estriptis, cuando Jeongin dormía la siesta me contó de que solía bailarle a usted en la preparatoria, pero ahora era distinto, él se desnudaría, pero Hyunjin hyung es un ansioso y se perdió toda la entretención.

El frustrado alfa gruñó, mirando al techo por lo molesto que estaba, se había perdido un estriptis de su pareja, el primer estriptis que le hacía, no fue capaz de quedarse tranquilo observando a su novio bailarle y sacarse la ropa, no, claro que no, él fue y rompió las bragas, rompiendo después la camisa.

Suspiró.

— Sé que tomará un tiempo para que vuelva a hacerme un estriptis, por lo que tendré que resignarme y soñar el cómo pudo haber terminado todo.

Taehyun río, divirtiéndose con el hecho de que el rubio cenizo se perdió la mejor parte de lo planeado por el castaño omega.

Felix tardó treinta minutos en salir del dormitorio, caminando con parsimonia a la sala, viendo que los juguetes de su hijo se encontraban ya guardados en las cajas plásticas, sonriendo miró a su novio, viéndolo enfadado sentado en el suelo.

Dudoso miró al resto, que reía a carcajadas.

¿Qué había pasado?

— ¿Por qué Hyun está enojado? — puchereó.

— Yo te contesto eso. — río Minho. — Le conté a Hyunjin hyung que lo de anoche no era un baile como siempre, sino que un estriptis, y ahora está enojado porque no te dejó terminar.

— Oh. — sonrió con pena. — Sí, era un estriptis, pensé que te habías dado cuenta, si en ocasiones me subía la camisa, sería algo lento y sensual.

— No, no me di cuenta. — bufó Hyunjin. — Y estoy frustrado por eso. — gruñó llevándose las manos al rostro, suspirando después para incorporarse del piso. — Iré a despedirme de Jeongin.

— Esta bien.

Vio al más alto adentrarse al corredor, mirando después al resto que rompió en carcajadas, divertidos de la desgracia de su novio, sonriendo negó, cruzándose de brazos para mirar a su mejor amigo, que se regocijaba de la risa.

— Son crueles con Hyun, miren que tal vez no vuelva a hacerle uno hasta san Valentín.

— Ese día ponte una erótica ropa interior roja. — señaló Minho.

— No. — negó. — A Hyun no le calientan las bragas rojas, les gustan las negras, y todo por culpa de Seungmin hyung

— ¿Por qué mi culpa? —  miró anonado al de baja estatura, viéndolo sonreír con burla.

— Hyun en preparatoria me contó que usted se paseaba por el dormitorio de ambos vistiendo bragas rojas, y debido a eso cuando yo usaba para seducirlo él las ignoraba, siendo que eran bastante bonitas y eróticas, pero ocurría totalmente lo contrario con las negras, él se descontrola. — río. — Lo traumatizó ver a su mejor amigo utilizar bragas rojas la mayor parte del tiempo, por supuesto no se excitaría si yo utilizaba, le recordaban a usted. — se encogió de hombros.

Embarazo no planeado | HYUNLIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora