LA ENTRADA SECRETA

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Unas horas después una llamada telefónica en el móvil de Jon los despertó, Jon salió de la habitación para responder y no despertarla.
—¡Sí!
—Señor, el trabajo está listo, ya tenemos su dinero lo llevamos a su bodega como pidió, amarramos a los hombres sólo herimos a unos diez, dos de ellos están mal heridos posiblemente no pasen la noche con vida, llamamos una ambulancia y a la policía como ordeno y toda la mercancía la dejamos allí donde la policía la pueda ver, a estas horas ya deben estar todos arrestados y su jefe sin uñas en los dedos por los nervios.
—Bien, te avisaré para nuevas órdenes. —Jon terminó la llamada con una sonrisa en su rostro, siente que su venganza por la muerte de su hermano ya ha comenzado, está satisfecho. Jon proviene de una humilde familia, creció solo con su hermano menor y su madre la que murió por una terrible enfermedad cuando eran muy jóvenes, a su padre nunca lo conocieron porque su madre nunca quiso hablar de él, cuando lo mencionaban delante de ella sus ojos se ponían triste así que decidieron no volverlo a mencionar, Jon y su hermano Ander estudiaban y desde muy jóvenes trabajaban en lo que encontraban para ayudar con los gastos de la casa y los medicamentos de su madre, después de Jon terminar la escuela consigo un trabajo de Medio tiempo en el que le pagaban muy bien y en poco tiempo empezó la universidad, poco tiempo después su madre murió deja solos solos y muy tristes, Jon siguió en sus estudios sin mirar a nadie, solo enfocado en lograr lo que su madre una vez soñó con ver en ellos, luego se lanzó como emprendedor poniendo su propio negocio con los pocos ahorros que tenía, con el tiempo a su favor le iba muy bien llevando su pequeño negocio a ser una de las mejores empresas reconocidas en Estados Unidos mientras que su hermano después de la muerte de su madre solo terminó la escuela secundaria y no quiso seguir, era más perezoso para eso, le gustaba lo más fácil, ya Jon estaba acostumbrado a ver qué desaparecía y solo volvia unas semanas y aveces meses después a pedirle dinero o un lugar para dormir porque se andaba escondiendo de Alguien, un día Jon sentado en su oficina recordó algo que hicieron juntos cuando eran niños y de repente pensó en su hermano, le llamó a su móvil infinidad de veces y este nunca respondió, al pasar las horas llamó a su asistente, su mano derecha en la empresa a investigar dónde está su hermano, claro que él siempre sabía dónde y en qué andaba su hermano siempre, porque le vigilaba los pasos y más cuando tenía tantos días sin verlo, pero siempre que le llamaba él le respondía la llamada o se la devolvía más tarde. Dos días después le informaron que su hermano estaba haciendo negocios con un pequeño jefe de la mafia de la ciudad de San Pedro, que había ido a una supuesta misión de negocio y que su socio lo engañó y lo mató quedándose con todo, poco después se le informo el nombre y toda la información necesaria de aquel hombre que mató a su hermano, ese hombre es Mario y por él está aquí.

Los días han avanzado, una mañana muy temprano Ana se levantó para ir al baño, al bajar de la cama sintió un fuerte dolor en su vientre, y de momento brotaba sangre de su entrepierna y su grito despertó a Jon quién estaba dormido, la tomó, la llevó a la cama y llamó al doctor, en pocas horas se les notificó de que Ana está embarazada de dos meses y medio, que debe guardar reposo si querían al bebé porque tenía amenazas de aborto, pero gracias a Dios no había mucho peligro, está noticia fue algo inesperada para Jon, vino a vengar la muerte de su hermano y se enamoro de esta mujer y ahora tiene un bebé en camino, es algo riesgoso ya que si no tiene familia ni a nadie puede hacer lo que sea y luego desaparecer sin ser encontrado, tampoco sus enemigos podrán buscar venganza con sus seres queridos porque no tiene a nadie, pero ahora las cosas han cambiado, ahora tiene a esta mujer que le robó el corazón y pronto tendrá un hijo con ella, no sabe si reír o llorar, pero la idea de tener un hijo le llena la cabeza y su alegría es notoria, así que le encanta la idea aunque eso signifique triplicar la seguridad para su mujer y su hijo.

Los meses han pasado, ya Ana tiene 9 meses de embarazo en espera del día para tener a su niña, una madrugada un fuerte dolor la despertó esto ya lo esperaba ya sabía que su bebé venía.

—Jon, llama al doctor ya viene nuestra hija, ya viene.  —Jon en seguida llamó al médico y vino seguido, así Ana parió a su hija en su casa y en su cama y con la ayuda de la chica que la cuidaba se recuperó pronto.
Cuando la niña tenía tres meses de nacida Jon salió a los Estados Unidos, le dijo a Ana que su empresa lo necesitaba y que solo estaría ausenté por cinco días, ella tranquila lo tomó con calma, sabe que él tiene otras responsabilidades a parte de ella y de su bebé, él aumentó la vigilancia de la casa poniendo más hombres armados allí para poder irse más tranquilo, en la mañana del tercer día de Jon irse Ana se levantó nerviosa, no sabía porqué pero así pasó el día, al empezar la tarde Ana le dijo a Dora la chica que Jon contrato para que esté con ella que quería dar un paseó, la chica se lo encontró extraño pero rápido fue a la habitación a preparar algunas cosas de la niña para salir.
Después de salir de la casa, Ana camino directo al pequeño puente que cruza el lago que lleva al río, sólo había ido allí dos veces con Jon, recuerda algo que le llamó la atención y se acercó más alejándose de la casa.
—Señora, es mejor que volvamos, estamos retiradas de la casa y de la vigilancia de los hombres, no creo que sea bueno, tengo un mal presentimiento.
—Tranquila Dora, ya volvemos yo también me siento nerviosa por salir de la casa sin Jon aquí pero me siento nerviosa como si algo malo está por suceder.  —diciendo esto Ana caminaba cada vez más lejos como si buscará algo.
—Señora, ¿Está buscando algo?  —preguntó Dora con la bebé en brazos.
—Sí, una noche estuve cerca de aquí con Jon y vi algo, algo como una entrada secreta,  le pregunté y me dijo que es un atajo a la carretera, sirve para evitar el largo camino de llegar aquí en una emergencia o algo parecido.
—Ay señora, ya vámonos, si les pasa algo el señor me va a matar y además ya la bebé se durmió.
—Bueno, vamos a casa, tienes razón no quiero que pierdas tu trabajo. —así dijo Ana deteniendo sus pasos. Cuando empezaron a caminar para volver a la casa, antes de llegar al puente vieron tres autos negros frenar de repente frente a la entrada.
—Señora, ese no es el auto del señor Jon.
—No Dora, debemos irnos de aquí, si nos encuentran nos matarán esos son los hombres de mario. —Segundos después se escuchó un disparo que provenía de los autos dejando al hombre que cubría la entrada muerto, ese fue el momento perfecto para Ana quitar la niña de los brazos de Dora y empezar a correr por toda la orilla del lago con Dora detrás de ella con la esperanza de encontrar esa entrada que sirve de atajo ya que esta era su única salida, después de correr por un par de minutos escuchando el fuerte tiroteo que se había desatado a sus espaldas encontraron un estrecho callejón lleno de bejucos y mala yerba, al parecer por aquí no caminaba nadie durante siglos, Ana sin pensarlo se metió allí y seguían corriendo, más adelante había un pequeño portón que para su suerte no tenía candado, abrió la puerta y siguieron corriendo llegando a una pequeña parte del bosque donde habían muchos árboles grandes pero más adelante se podía ver la carretera.

Al llegar a la orilla de la carretera, decidieron pedir aventón a ver si encontraban a alguien de buen corazón.
—Señora ¿Por qué no llama al señor Jon y le dice lo que ha pasado?
—Deje mi teléfono en la casa Dora, no sabía que saldríamos y no íbamos a volver, ¿Trajiste lo que te pedí de la niña?
—Solo dos pañales y toallitas húmedas, no creí que esto pasaría, señora lo siento.
—Tranquila, no es tu culpa, ahora debo pensar qué hacemos y a dónde iremos mientras Jon nos encuentra, no tengo teléfono ni dinero, Dora, quiero que te vayas, no pueden verte conmigo o tú también estarás en peligro por mi culpa.
—No señora, tengo un lugar donde puedo esconderla al menos hasta que el señor vuelva. –por suerte para ellas, un señor que conduce un camión y se dirige a un pequeño pueblo se detuvo para darles un aventón, tenía olor a cigarrillos pero el señor era agradable, se subieron al camión y sin saber a dónde iban, al llegar a la entrada al pequeño pueblo Dora ya sabía dónde estaban y se alegró ya que aquí tiene familiares y podrían quedarse aquí por unos días sin problemas. Pasaron aquí la noche pero Ana no se sentía tranquila aquí, sabía que los hombres de Mario vendrían en cualquier momento y no quería que estas personas corren peligro por su culpa, al otro día en la mañana muy temprano empezando a amanecer cuando todos aún dormían, Ana tomó a su niña en brazos y se subió al mismo camión que la trajo aquí, ya había hablado con el señor que lo conduce sin que Dora se diera cuenta, pidiéndole de favor que la lleve con la excusa de que alguien la estaba esperando para recoger la, de camino a la carretera no hablaron mucho y pronto llegaron a otro pueblo un poco retirado de allí, Ana bajó del camión agradeciendo al señor y pronto desapareció de su vista.

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