EN PROBLEMAS

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Dos horas después, Susana llegó a un pequeño pueblo donde vive su hermano José con su esposa Rosa, ellos son recién mudados aquí, es un pueblo más pobre que San Pedro que es de dónde vienen, pero aquí están estables, el acaba de conseguir un buen trabajo como minero en la mina de Francisco, mejor conocido como (Don Lolo) el  hombre más rico del pueblo, que es prácticamente el dueño de casi todo aquí y en sus momentos la gente hace lo que él dice, su esposa Rosa trabaja como maestra en la única escuela que hay aquí, compraron una pequeña casita de madera cerca del bosque pero no sé sienten tan solos aquí ya que tienen buenos vecinos a unos metros de ellos y por el momento todo va bien excepto porque no pueden tener hijos.
Cuando Susana llegó a la casa de su hermano, era muy temprano aún, era sábado en la mañana por lo que Rosa no tenía que ir a la escuela pero su esposo sí tenía turno de trabajo en la mina, juntos en la cocina desayunando ven el auto que se detiene en su puerta, fácilmente imaginaron quién es porque no tienen más familiares ni a nadie que los visite.
Cuando salieron a recibir a Susana, la ven cargar un bebé en brazos y con una pequeña maleta para bebés de color rosa, los dos quedaron completamente sorprendidos al verla y no dudaron en invadir la con preguntas

—Hola José, hola Rosa, tiempo sin vernos.
—Hola hermana, pues sí, hace un tiempo que no nos vemos, ¿Qué haces aquí tan temprano y con una bebé? ¿De quién es esta niña? — empezó José a preguntar mientras tomaba la pequeña maleta en sus manos y se dirigían a dentro de la casa. Después de entrar, Rosa le sirvió desayuno a Susana y empezaron a meterse en una larga charla.
—Hermano, cuñada, necesito su ayuda, necesito que me ayuden a cuidar de esta bebé. —habló Susana en tono muy serio.
—Pero, ¿de quién es esta niña, de dónde la has sacado? —José la interrumpe y le hace más preguntas.
—Shh, cariño, déjala hablar, esto parece muy serio. —intervino Rosa.
—Está bebé es hija de un gran jefe de la mafia, pero no puede ser encontrada por él ni por nadie más, su nombre es Yissel, su madre la dejó frente a mí puerta hace dos noches, ya esta muerta lo ví en las noticias y la vida de esta bebé corre peligro si me quedo con ella en la ciudad.
—Pero hermana, ¿en que te has metido?
—No lo sé, pero ví este angelito frente a mi puerta, alguien tocó y la dejó allí, no podía dejarla allí así, la tomé y ahora necesito que por favor me ayuden a cuidarla, no se preocupen por sus gastos, yo les ayudaré, también voy a cuidar de ella y siempre que pueda vendré a verla.
—Susana, ¿Sabes lo delicado que es este asunto? Nos meterás en grandes problemas. —José se levantó bruscamente con las manos en la cabeza.
—Lo sé, por eso necesito su ayuda, su madre me dejó una nota y sé que no es gran cosa pero me pidió ayuda para cuidar de su bebé, no quiere que su padre ni nadie la encuentre, al ver las noticias ví su foto con su nombre y está muerta, éste fue su último deseo y hermano, cómo sé y he sido testigo de la condición de salud de mi cuñada para tener hijos, pensé que ustedes son las personas perfectas para cuidarla como hija suya.
—Perfecto Susana, entonces ¿te aprovechas de nuestra desgracia para burlarte de nosotros? Vienes a echarme en cara que mi mujer no puede darme un hijo y me traes uno entonces.
—No, no, por favor no lo veas así, no es eso, es que en mi casa no la puedo tener, estará en peligro y es posible que yo también, pero ustedes acaban de llegar aquí, nadie sabrá, y además de eso, creo que te vas a encariñar con la niña, dale una oportunidad por favor. —Susana está parada detrás de José y él se da la vuelta con el rostro ensombrecido pero luego se le bajó la amargura cuando vio detrás de ellos a su amada esposa con la bebé cargada calmando la porque había empezado a llorar, su rostro se suavizó, y su boca dibujó una sonrisa, Susana se volteó a ver lo que veía su hermano y entendió que este hombre con cara de amargado ya se dejó llevar al ver a su mujer con la bebé, de saber eso se la da a cargar desde el inicio y así se evita el mucho hablar.
—Cariño, podemos hacerlo, mira que bonita es, su nariz es muy fina y sus ojos tienen muchas pestañas, la niña empezó a reír al ver a Rosa hablando cerca de ella, el ambiente cambió por completo y José terminó acercándose a la bebé para pasar su mano por su pequeña carita, luego por su manita hasta que al final la tomó en sus brazos con mucho cuidado aunque no sabía cómo hacerlo, solo había cargado un bebé en su vida y ese era su sobrino el que se fue al extranjero hace unos años que es hijo de Susana.
—Está bien, vamos a quedarnos con la bebé, pero debemos ir a comprar muchas cosas para ella, aquí no hay nada para un bebé, y debemos decorar y limpiar la otra habitación, además de que debemos comprar su alimentación, hay mucho por hacer.
—Lo sé hermano y ya me he encargado de todo, ya les dije que yo me ocupo de ayudarles con los gastos y ya pedí todo lo que necesitan a esta dirección mientras venía de camino, también ya pagué con mi tarjeta especial.
—¿Tarjeta especial? —preguntó Rosa.
—Sí, es una tarjeta que me dió mi hijo Richard la última vez que vino, me dijo que la utilice en todo lo que necesite, pero nunca la había usado hasta hoy. —Pronto llegó un camión y se detuvo frente a la casa, preguntaron por Susana y le dieron una carpeta de entrega de mercancías a firmar, los hombres empezaron a bajar todas las cosas nuevas para la bebé del camión y José les ayudaba, Rosa estaba muy contenta con esta bebé que aunque no la ha parido, sabe que es de ella y está dispuesta a cuidarla como su propia hija, cómo esa hija que siempre quiso pero que nunca pudo tener por su enfermedad de cáncer con el que lleva peleando desde hace un par de años, José la ve y le gusta ver a su mujer animada, por fin tendrá una familia completa aunque no se sabe hasta cuándo será, eso piensa él en silencio, pero como su esposa está feliz, por ella el hace lo que sea.  El mediodía llegó y ya era la hora de la comida, José trabaja en el turno de la noche hasta el amanecer por lo que tendrán mucho tiempo para arreglar algunas cosas más, ya han avanzado mucho en preparar el cuarto para la bebé, y como Susana no se irá tan pronto, se quedará por un par de días, piensa aprovechar al máximo su ayuda para cuidar de la bebé y terminar todo, en cuanto a la documentación de la niña, Susana se hará cargo, ya que en su trabajo hay una oficina de registro y se pueden declarar a los niños de las mujeres que dan a luz en ese lugar, utilizará este medio para que la niña tenga el apellido de su hermano y de su mujer.

Después de comer se sentaron junto a la bebé, Rosa no deja de mirarla y acariciarla, se ha enamorado de la niña y José la consciente, Susana sabe que ha hecho bien en traer a la niña aquí, los ha hecho felices pero han decidido dejarle a la niña el mismo nombre de Yissel. La casa no es muy grande, pero está bien para tres, se siente amor en el aire y un hijo es todo lo que está hermosa pareja siempre le ha pedido a Dios, hoy les llegó de esta manera y no la dejarán ir.
La tarde llego y ya han terminado de organizar y pintar, la pequeña Yissel está dormida y ellos ríen y toman café con felicidad mientras josé se levanta para irse a trabajar rogando a Dios que llegue rápido el siguiente día para volver a casa con su familia, ya se siente completo con esta bebe en casa es como la parte de felicidad que le faltaba a sus vidas.

Los días avanzan y Susana se va de regreso a San Pedro su ciudad, a seguir con sus labores, dejando a su hermano y cuñada con el regalo que la vida no les había dado antes, esta hermosa bebé a la que llamarán ahora hija, esta niña llamada Yissel.















YISSEL Donde viven las historias. Descúbrelo ahora