EL ENCUENTRO

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En un bar en las calles medias oscuras de londres, altas horas de la noche ya, todos ya se fueron, solo están sentados de frente Mario y Jon en una mesa, quien los ve piensa que son grandes amigos o buenos socios, pero no saben el secreto que esconden de rivalidad y el odio que se cargan por el otro, Mario sangra en su ceja izquierda y Jon sangra en la comisura de sus labios en el lado derecho y se está pasando su dedo por allí, en este encuentro acaban de tener una batalla cuerpo a cuerpo sin interrupciones donde se golpearon sin piedad demostrando parte de su ira, Jon detuvo la batalla porque aún necesita encontrar a su hija y si mata a Mario y este la tiene no la podrá encontrar, es la única razón por la que lo deja con vida por el momento, el lugar está destrozado, todo está hecho pedazos, la luz tenues y los hombres de cada uno armados, alertas a sus espaldas, un solo movimiento, una señal de cualquiera de los dos y todos mueren aquí.  Una botella de whisky está puesta sobre la mesa, la trajo el mesero del bar quien está a cargo del lugar, este bar es de Jon y el mesero se siente un poco asustado porque nunca había visto a su jefe en una escena como esta, conoce historias de la mafia y es testigo de muchos negocios que se cierran aquí por los que recibe buena propina por atención y servicio, pero ver algo de esta magnitud es algo de otro nivel, dos tipos que primero se matan a golpes y luego se sientan en la misma mesa a beber whisky como buenos amigos es algo que no pasa todos los días, es emocionante y aterrador a la vez.   Los dos se sirven y beben, se miran con miradas frías, están normales, es como que los golpes que se acaban de dar no les duelen y como que el whisky no tiene efecto en ellos con su alto grado de alcohol, Mario sonríe y Jon le observa atentamente, piensa que Mario tiene a su hija y cualquier pista le puede servir para llegar a ella, ya le cobró en parte por la muerte de Ana haciéndole perder millones de pesos en los negocios donde Jon es mayor socio, haciéndole perder mercancía y clientes donde su interés de ganancia a bajado en un gran número, pero esto no es suficiente para Jon, quiere acabar con su vida después de que encuentre a su hija, ya quiere hacerlo pagar por la muerte de su hermano y ahora de su mujer y si toca a su hija Yissel sería el punto límite de su paciencia, por su parte Mario esta ansioso, se siente en un hilo y sabe que la unica razón por la que sigue vivo aquí es por la hija de Jon por lo que está en continuación de su  plan de hacerle creer a Jon que el tiene a la bebé en su poder, de lo contrario esta perdido, no dejará de buscar a la niña ya que esta es su única salvación, al igual que Jon esta ofreciendo buena plata a quien la encuentre o sepa de ella, esta niña es un arma que no puede dejar perder para tener a su mayor enemigo en sus manos, los dos estan que mueven cielo y tierra para encontrar a la pequeña Yissel, pero ¿Dónde esta esta niña?

Con un movimiento, Jon se da un último trago, pone el vaso sobre la mesa de manera activa y se pone de pie echando su silla a un lado, tomó el saco de su traje sobre su hombro sujetándolo con dos dedo, empezó a caminar hacia la salida sabe que Mario no le dirá ahora donde está su hija y si quiere encontrarla debe seguir buscando o si de verdad él la tiene debe jugar a su juego por el momento aunque esto signifique desesperación para él, sus hombres activos con sus manos sobre sus armas caminan atentos tras él, al llegar a la puerta, se queda de pie y mira hacia atrás, Mario sigue sentado como que aquí no ha pasado nada y escucha a Jon hablarle una última vez.

—Dale una buena propina, debe tener esto impecable para mañana. —dijo Jon de manera sarcástica.

—Lo haré. —respondió Mario con una sonrisa en su cara, el mesero allí se quedó atónito, no sabía cómo su jefe se fue y lo dejó aquí abandonado en manos de este tipo y de sus hombres, se siente asustado y permanece detrás de la barra. Los hombres de mario y de Jon se miran confundidos pero ninguno dice nada por miedo a cruzar los límites, Jon sigue su camino y con él sus hombres, Mario mira al chico parado detrás de la barra que casi se orina del miedo, se pone de pie, mete la mano en su saco lentamente y el chico automáticamente levanta sus dos manos temblorosas al aire, Mario sacó de su traje un pañuelo y lo lleva a su herida en su frente pero al ver al chico con las manos arriba en señal de que se rinde, no pudo aguantar y estalló en una carcajada malvada, su risa resonaba en todo el lugar, sus hombres se miran y no saben si reír o sentir pena por el pobre chico, ya piensan que su jefe está borracho, Mario camina hacia el chicho, le deja unos billetes sobre la mesa y le dice caminando a la salida.

—Me agradas chico ja,ja,ja. sus hombres le siguen y el chico se queda solo allí, se siente como que por fin puede respirar, ya las tres de la mañana y quiere irse a casa, pero sabe que debe arreglar el lugar para antes de media mañana, antes era raro ver al señor Jon por aquí en San Pedro pero ahora se ha trasladado aquí, tomando este bar que es de su propiedad como su oficina de negocios desde la muerte de Ana, si su mujer murió aquí, es el lugar perfecto para estar y encontrar a su hija, algo le dice que está cerca y piensa encontrarla, por tal razón este chico sabe que si se va a casa y deja este desorden se quedará sin cabeza, a su jefe no le gustan los lugares sucios y desordenados, así que se puso manos a la obra, empezó a organizar como pudo y a llamar a algunos amigos para las reparaciones de lo dañado con gran afán. 








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