Exitum

Capítulo 1

AÑO 2555

Las mañanas en las madrigueras siempre eran iguales, despertar con el sol, inspección y escaneo de rutina, comprobación de funciones y luego la comida; cada madriguera estaba compuesta por un total de entre 6 y 14 Exitium, variando de acuerdo con la extensión de territorio que estuviesen destinados a patrullar, algo estándar al menos eso suponían todos.

Los Exitum, él último gran logro de los patriarcas, la perfecta fuerza del orden, todos y cada uno de ellos más letal que el anterior, sus rostros siempre cubiertos por las oscurecidas lunas de sus cascos hacían prácticamente imposible reconocerlos; luego de su aparición para controlar el problema Tueri los rumores no se hicieron esperar, la teoría más popular era que se trataba de robots destinados a protegerlos y los cascos en realidad eran sus "rostros".

Poco después de su aparición los incidentes con los Tueri y Venatores estaban casi olvidados; el temor seguía ardiendo como una ligera braza en el pecho de la población, la menor sospecha desataba incendios casi imposibles de acabar. Hace apenas unos meses en una pequeña comunidad del Clan Oceánico una familia entera había sido masacrada por sus propios vecinos antes de que los exitium pudiese llegar cuando uno de los niños había "visto" a la hija adolescente de la misma "hacer magia"... una simple broma había terminado con la masacre de una familia cuyo único pecado había sido tener una hija curiosa y mucho tiempo libre.

Los patriarcas aún trataban de limpiar aquel desastre, mantener el control era fundamental, siempre debían tener el control, siempre debía estar en...

– ¿Está escuchándome?... Tal vez usted creo que por ser responsable de este... de este lugar está por sobre la ordenes pero todos sabemos que un mal reporte y lo siguiente que sabrá es que se le desactivara – el hombre frente a ella: el Sargento Jones, un ser humano común y corriente, un ser repulsivo que se encontraba en sus 40, parcialmente calvo y siempre con el ceño fruncido, nunca se preocupó por ocultar su desagrado por los exitum, ni tampoco se preocupaba por ocultar su lujuria hacia los activos femeninos, un ser repulsivo, un ser repulsivo ante el que tenía que responder – Uno nuevo llegara en un par de días, asegúrese de tener todo preparado para la llegada del nuevo juguete, ya sabe que deberá asegurase de que se encuentre totalmente operativa a la brevedad posible, ahora... largo de aquí, verla no es en absoluto agradable.

La razón de los cascos la saludaba cada mañana al verse al espejo, al igual que a todos, muchos de ellos se encontraban cubiertos de ligeras líneas casi blancas marcando sus cuerpos, trazando su totalidad como los límites de un rompecabezas sobre la mesa; en su caso, sus ojos se unían al juego, azules... no... no eran del todo azules, una mirada casi vacía, el color del hielo, bastante apropiado teniendo en cuenta su nombre.

– ¡Kione!... ¿El viejo volvió a convocarte?... es la tercera vez esta semana – La cantarina voz de la morena frente a ella la obligó a rodar los ojos, Carmilia se encontraba frente a ella con su ropa de entrenamiento cubierta de sudor – ¿Qué fue esta vez?... ¿Acaso Fobos estuvo jodiendo con su cabeza otra vez?... Debería mantener las manos quietas si quiere evitar las pesadillas...

Fobos, su segundo al mando, tenía la mala costumbre de joder con la cabeza del sargento cada vez que descubría que había estado "cariñoso" con algún activo femenino; la extraña dinámica desarrollada entre los jóvenes no era algo que había pasado desapercibido para los patriarcas pero al ser el equipo alfa todo estaba dentro de las predicciones, entre ellos se encontraban los Exitum de mayor edad, todos ellos eran la primera "camada" creada, desde entonces las cosas habían cambiado, el proceso era cada vez más mejorado pero ellos seguían siendo los mejores en lo que hacían, su madriguera era una de las más grandes y sus resultados eran perfectos; algún tipo de comportamiento "anormal" era permitido para ellos, se lo habían ganado.