VIV

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Éxito para unos, derrota para otros.

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Desde su escondite en la ventana con vista a la cocina, Santiago observaba atentamente los movimientos de Chase, pues este tenía el día libre en la comisaría.

Mantuvo la respiración tranquila, asegurándose de no hacer ruido mientras escuchaba la conversación telefónica del líder del equipo de rescate canino.

─ No podemos dejar que esto continúe, tenemos que encontrarlos ─decía Chase con urgencia por teléfono, mientras su mirada reflejaba determinación.

El pelirrojo frunció el ceño, captando la seriedad en las palabras de Chase. Sus ojos se estrecharon, enfocados en cada gesto y expresión del alemán. La tensión en el aire era palpable mientras intentaba descifrar las intenciones del alemán.

El moreno subió a la parte superior del cuartel, dejando libre la cocina y la ventana de esta abierta.

El de ojos marrones recordó la grabadora de voz que tenía en sus bolsillos, la sacó.

Entró con sigilo a la cocina de esta torre, para seguir a Chase y grabar todo aquello que fuera importante para su jefe.

El mexicano se deslizó por los pasillos del cuartel, su mente llena de intriga y determinación. Sabía que debía recopilar información valiosa para la mafia, pero también era consciente del riesgo que implicaba ser descubierto por sus propios compañeros.

Subió las escaleras con mucho cuidado sin hacer ruido.

Con cautela, se acercó a la sala de control, donde el pastor aleman estaba. Desde la distancia, el pelirrojo escuchaba y grababa fragmentos de la conversación.

Con habilidad, buscó lugares estratégicos para espiar sin ser detectado, aprovechando cada sombra y cada rincón para ocultarse de la del policía. Sus sentidos estaban alerta, listos para actuar ante cualquier señal de peligro, pues siempre tenía una daga guardada.

Mientras observaba, escuchaba y grababa, Santiago trazaba mentalmente su próximo movimiento. Sabía que cada palabra pronunciada por Chase podría ser crucial para sus planes con la mafia, y estaba decidido a aprovechar al máximo esta oportunidad para obtener información vital.

─ Sé que no tenemos pruebas suficientes, pero ya tenemos el logo de la mafia ─continuaba diciendo mientras prendía la pantalla y empezaba a buscar información con la tarjeta encontrada en una de las cajas.

El mexicano tomó foto a todo lo que el alemán buscara.

─ Sabemos que son de Colombia, que seguramente son demasiado sigilosos ya que nunca arrestaron a ninguno de ellos ya que no encuentro nada de información sobre eso. Solo aparece la tarjeta, pero no el nombre, o así.

El pelirrojo se intentó acercar, cuando sin querer movió uno de los jarrones, no se cayó, pero sonó, creando que el instinto de Chase se encienda, este vió a través del reflejo de la pantalla. No vió nada, asi que pensó que sería alucinaciones de él.

─ Si encuentro nuevas noticias te llamo, gracias por tu advertencia, Williams ─finalizó la llamada.

Santiago esta vez no se dió cuenta de que el jarrón estaba ahora al borde de la mesa.

Se movió.

Movió el jarrón.

Se cayó.

Chase lo vió.

Enseguida el pelirrojo se cubrió el rostro con la bufanda que traía, empezó a darle vueltas al elevador, mientras el policía lo perseguía.

Santiago dejó de correr alrededor del elevador y empezó a tirar los almohadones que estaban en los puf y sofá, intentando retener el camino y la persecución del alemán.

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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𝐷𝑒𝑠𝑒𝑛𝑡𝑒𝑟𝑟𝑎𝑟 𝑙𝑜 𝑒𝑛𝑡𝑒𝑟𝑟𝑎𝑑𝑜  ── ¡! Paw Patrol Human ¡!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora