VIII

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"Número".

El colombiano se quedó mirando al más alto por un rato.

─ Nada, nada, olvídalo ─dijo para después salir por donde entró.

El mestizo estaba abrumado por la duda, «"Actúa raro..."», pensaba, «"¿Qué me habrá querido decir?"», «"¿Por qué cambió tan rápido de parecer?"».

El peligris se quedó parado un momento, tratando de procesar lo ocurrido. Decidió que no podía simplemente dejarlo así, así que rápidamente se dirigió hacia donde había salido el latino.

Al llegar al pasillo, notó que estaba vacío. ¿Dónde había ido tan rápido? Las preguntas seguían rondando en su mente mientras se preguntaba si debería perseguir al moreno o simplemente dejarlo ir.

Decidió que dejarlo ir sería una buena y mejor idea, aun que se quedaría con la duda, luego le preguntaría, además tenía cosas para hacer, así que siguió en ellas.

Rocky, aun frustrado por la falta de respuestas, decidió seguir con sus asuntos pendientes. Sin embargo, la inquietud seguía presente en su mente mientras realizaba sus tareas. No podía sacarse de la cabeza al ojiverde.

Hospital abandonado

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Hospital abandonado.
11:38 A.M

─ ¿Pudieron escuchar algo?... ─dijo una voz misteriosa.

─ N-no s-señor... N-no e-e-escuchamos n-na-nada... ─contestó uno de los dos adolescentes presentes tartamudeando.

─ ¡¿Cómo pueden ser tan inútiles?! ─gritó de espaldas golpeando la mesa que estaba en frente, haciendo que los dos jóvenes agachen la cabeza de inmediato.

─ L-lo... L-la-lamentamos, jefe... ─se disculpó el otro.

El superior se quedó pensando con sus brazos cruzados un rato, «"¿Que hago con estos imbéciles?"», «"¿Los vuelvo a mandar?"», pensaba hasta que tomó una decisión.

─ ¿Saben que van a hacer ahora? ─habló dándose la vuelta.

Era un adulto alto, se podría decir que medía 1.85 y tal vez unos... ¿35 años?, sus ojos verdes perforaban el alma de los dos jóvenes que aún que tenían su mirada y cabeza al suelo, podían sentir esa mirada acompañada de la piel morena del superior.

─ ¿Qué ha-haremos?... ─preguntó con miedo el más alto de los adolescentes.

─ Tomás ─llamó al preguntador haciendo que este eleve levemente su cabeza y mirada─, vas a ir a la playa e intentarás conseguir el número telefónico de mi... ─pausó.

─ ¿De su qué, señor?...

─ D-del... Labrador...

─ Como usted mande, jefe ─dijo agachando nuevamente su cabeza.

𝐷𝑒𝑠𝑒𝑛𝑡𝑒𝑟𝑟𝑎𝑟 𝑙𝑜 𝑒𝑛𝑡𝑒𝑟𝑟𝑎𝑑𝑜  ── ¡! Paw Patrol Human ¡!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora