✩ 𝚝 𝚠 𝚘 .ᐟ

1K 115 26
                                    

El ánimo de Satoru había cambiado con la llegada de _____, fue imposible el no dejar de pensar en ella y los recuerdos que su llegada había traído.

En su juventud Gojo creía que el mundo era suyo y que podía hacer cualquier cosa sin consecuencias que pagar, pues claro, después de todo él era el más fuerte. Lo tenía todo, fuerza, belleza, carisma, un título importante. Obviamente iba a aprovecharse de todo aquello con lo que fue bendecido para escusar su inmadurez y forma de ser.

Amaba ser amado e idolatrado, quería alimentar su ego consiente o inconscientemente.

Pero con la llegada de _____ las cosas habían cambiado. Él ya no era el centro de atención de sus compañeros, extrañamente preferían a la jovencita de baja estatura antes que a alguien como él ¿Cómo tan siquiera podían comparar su compañía a la de él? Era ridículo.

Si bien no lo dejaban de lado, el hecho de que alguien nuevo llegara llamó la atención de todos, peor fue aún cuando demostró sus habilidades las cuales eran simplemente perfectas, solo que la jóven era un diamante sin pulir, contaba con cero experiencia y cierta ingenuidad lo cual no iban bien con su potencial y a Satoru le molestaba lo tonta que podía llegar a ser con respecto a eso.

Por otro lado Geto y Shoko amaban incluirla en sus planes, querían que el albino viera mucho más allá de su ignorancia y pueda tener una buena relación con _____ a pesar de su obvia incomodidad con ella o su presencia ¿Por qué insistían tanto en que ambos se llevaran bien?

La respuesta la obtuvo una tarde de primavera; caminaba por los pasillos de la escuela en busca de Suguru hasta que oyó la característica risa escandalosa de Shoko en algún lugar cercano, suspuso que tal vez estarían juntos. Dió con el último salón de clases y  se asomó dispuesto a saludarlos con ánimo, sin embargo se echó para atrás al encontrase efectivamente con Shoko, pero siendo acompañada por _____. Estaba a punto de dar media vuelta e irse por dónde vino pero logró oír su nombre entre tantas otras palabras por lo que su curiosidad salió a flote y decidió averiguar a qué venía él a tema de conversación.

— Entonces era eso... — Enunció Ieri con una voz calma. — Seré sincera contigo, tal vez fuiste muy obvia.

— ¿Q-qué? ¿A qué te refieres? — Preguntó exaltada, su cara estaba completamente roja.

— Geto y yo teníamos una leve sospecha de que te gustaba Satoru.

— Pero... ¿Cómo? ¿En serio soy tan obvia? — El albino oía una leve desesperación en su tono mientras que la otra jóven volvía a reír.

— Es imposible no ignorar tus mejillas rojas cuando estás cerca de él y el como lo ves. — La mirada dulce de Shoko se sentí cálida sobre _____.

— Oh... — Susurró apenada. — ¡Soy una idiota! ¿Y si él también se dió cuenta?

Del otro lado el hechicero sintió su cuerpo tensarse ¿Cómo era posible que ella sintiera tal cosa por él? Lo rodeó un sentimiento de fastidio que nunca antes había experimentado. Estaba acostumbrado a rechazar a quienes no llamaran su atención, pero ésta vez era diferente. Sentía la necesidad de salir corriendo al ver que tan personal se habia vuelto esa conversación pero su curiosidad lo obligó a quedarse plantado allí.

— Vamos _____, estamos hablando de Satoru ¿Qué podemos esperar de alguien cómo él? — El silencio se presentó por unos segundos.

— ¿Tú crees que algún día corresponda mis sentimientos? — El jóven sintió un nudo en su estómago.

— Pienso que harían una muy linda pareja. — Y finalmente huyó de allí.

Ese fue el detonante para que Satoru quisiera evitar por completo cualquier interacción con ella y tal parece que también fue el causante de que sus amigos insistan tanto en que pasen tiempo juntos, pero el albino evitaría que hicieran el papel de cupido tratando de unir una pareja la cual sería imposible.

Con el pasar del tiempo _____ parecía estar más y más dispuesta formar una relación cercana con él, Gojo debía reconocerle el hecho de que ya no tartamudeaba o temblaba en su presencia, o por lo menos no en la mayoría de veces. Frecuentaba estar junto al trío de amigos, sentía que su cercanía con el albino avanzaba con rapidez lo cual la llenaba de alegría, disfrutaba tanto la compañía de Satoru que sus sentimientos aumentaban con el pasar del tiempo haciendo casi imposible olvidarlos o mínimamente dejarlos de lado, lastimosamente se había enamorado de una manera tal que era difícil de explicar, un sentimiento nuevo que nunca antes había notado con otras personas apareció, sin saber que eso podría haber sido su error más grande.

Porque al jóven albino le hartaba tener que fingir que todo estaba bien ¿Por qué ella debía estar en todos los planes que realizaba con sus amigos? ¿Por qué debía soportar su desagradable mirada fija en su nuca? ¿Cómo alguien de su nivel tenía la desfachatez de estar allí sin una pizca de vergüenza? No importa dónde ni cuando, parecía que no podía librarse fácilmente.

• • •

— ¿Qué? ¿En serio tengo que ir? — Se quejó caminando junto a Suguru.

— Vamos amigo, solo es una fiesta. — Suspiró con gracia.

— Sí pero... Ya no estoy de humor para ir. — El contrario lanzó una risa irónica.

— Generalmente eres el primero en prepararse para una fiesta.

— Solo acepté porque Shoko me lo pidió.

— ¿Y por qué te quejas ahora? — Geto le dió una mirada filosa de reojo.

— Porque no sabía que era una fiesta de despedida para _____. — Susurró entre dientes.

— ¿No crees que se lo debes? Recuerda que para tu fiesta de cumpleaños horneó un pastel especialmente para tí. — Satoru sintió como si una flecha invisible se incrustara en su pecho. — También la vez que te regaló el videojuego que querías tanto y estaba agotado. — Nuevamente el mismo sentimiento. — Y realmente se preocupa por tí cuando tenemos una misión peligrosa.

— Sí, sí. Ya entendí. — Rodeó sus ojos. Siguieron su camino en silencio unos minutos pero una vez que llegaron a la puerta del lugar Satoru decidió hablar. — Creo que tienes una visión egoísta sobre este asunto.

Suguru paró en seco.

— ¿A qué te refieres? — El albino dió media vuelta para verlo a los ojos, podía notar como poco a poco se oscurecían de rabia.

— Para tí es tan fácil, tú no tienes una pequeña rara que parece estar obsesionada contigo. Es solo una chica débil que ni siquiera tiene el valor de confesarme sus sentimientos por el temor al obvio rechazó, parece que lo único que puede hacer es admirarme en silencio, que patético. — El puño de Geto se abalanzó hacía su rostro pero en un movimiento rápido logró esquivarlo.

— El único que actúa como un egoísta eres tú. — Reclamó volviendo en sí, en su voz se hacía presencia la rabia que lo invadía. No podía creer lo idiota que estaba siendo su amigo. — No te estamos obligando a corresponder los sentimientos de nadie, solo queríamos que logres ver más allá de tu vanidad. Ella no es “la chica que está detrás de Satoru Gojo”, solamente tú la ves de ese modo. Tienes un grave complejo de superioridad y crees que todas sus buenas acciones son porque “esta loca por tí” cuándo solo está siendo agradable como lo hace con cualquier otro de nosotros ¿Alguna vez has visto más allá de lo que ella ha hecho por tí? No busca nada a cambio más que el bienestar de nosotros, de quienes quiere.

Suspiró con pesadez pasando una mano por su cabello, harto de la actitud del contrario.

— Entraré solo. Vete si quieres. — Sin darle tiempo a su amigo se adentró en la casa de Shoko desapareciendo de la vista de Satoru.

Pero una vez dentro se encontró con la figura de _____ del otro lado de la puerta, estática en su lugar con sus ojos húmedos de lágrimas, apretaba los puños ocultando su malestar con todas sus fuerzas pero de nada sirvió debido a que no pudo contenerse mucho tiempo hasta que liberó el agua prisionera de sus ojos, una sonrisa forzada se formó en sus labios y de forma entrecortada saludó a Suguru.

— Gracias por venir, l-lo agradezco mucho. — Geto sintió como su corazón se rompía al verla tan vulnerable, había oído todo.

𝘏𝘰𝘸 𝘵𝘰 𝘣𝘦 𝘢 𝘩𝘦𝘢𝘳𝘵𝘣𝘳𝘦𝘢𝘬𝘦𝘳 || 𝐆𝐨𝐣𝐨 𝐒𝐚𝐭𝐨𝐫𝐮.ᐟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora