8.- Te quiero.

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El leve sonido de una respiración que no era mía me despertó. El cuarto estaba totalmente a oscuras y se sentía algo frío alrededor, intenté levantarme pero unos fuertes brazos me lo impidieron, fue entonces que caí en cuenta de que no estaba en mi habitación y que tampoco estaba sola.

Flashbacks de lo que había acontecido más temprano me bombardearon la memoria, trayéndome con ello a mi actual realidad: yo totalmente desnuda en la cama de la profesora Manobal. Me moví un poco con el afán de intentar encontrar mi celular y poder ver la hora, era un hecho que era ya de noche pero quería saber con exactitud que tanto pues no vivía sola y Jisoo probablemente estaba preocupada.

—¿Por qué tan inquieta princesa?— murmuró la mujer a lado mío. No podía verla directo a los ojos porque no me lo permitía la oscuridad, solo alcanzaba a ver su silueta.

—¿Qué hora es profesora? Debo volver a casa— respondí somnolienta y ella aflojó su agarre en mi cintura. Sentí su cuerpo moverse en la cama y después una luz ser prendida a lado de la cama.

—Son las 8:10 Rosie— dijo como si nada para volver a recostarse donde estaba antes. Mis ojos se abrieron sorprendidos y no por la hora, sino porque la hermosa profesora estaba casi sentada en su respaldo, con el torso desnudo y sus firmes pechos al aire. Una escena sumamente caliente si me preguntaban.

Era increíble el cuerpo tan hermoso que tenía.

— ¿Quieres otro round o por qué me ves así preciosa?— preguntó burlona. Una sonrisa ladina me dejaba ver que estaba de muy buen humor.

—Es que se ve muy bien Profesora— dije un poco tímida.

—Tu también te ves demasiado bien, me gusta como se ve tu cuerpo justo ahora— murmuró divertida para acercarse poco a poco hacia donde estaba yo. Tomó mi rostro entre su atractiva mano y me dió un beso suave, nuestra piel se encontraba lentamente y su cuerpo empezaba a cernirse sobre mi conforme pasaban los minutos.

—Lisa para— solté agitada. Por más que quisiera volver a ser suya tenía que volver a mi casa, en todo lo que llevaba viviendo con Jisoo jamás me había quedado en otra casa y hoy no seria la excepción. De todos modos no era correcto si le había dicho que apenas y conocería a la persona hoy— Tengo que irme— agregué antes de que sus caricias me terminaran convenciendo a quedarme otro buen rato.

— ¿Sí? ¿Por qué debería dejarte de ir princesa?— preguntó contra la piel sensible de mi cuello.

—Porque le dije a Jisoo que iría a conocer alguien de internet y sino vuelvo pensará que me secuestraron— argumenté no muy convencida ya que mi cuerpo estaba reaccionando a sus suaves toques.

—No suena tan mala idea. Tú, una linda chica totalmente sola y disponible para mí— soltó demasiado seria y por primera vez estando con ella, sentí un poco de miedo ante sus palabras ¿ella sería capaz de hacerlo? ¿De hacer algo conmigo?— Estoy bromeando Rosie, no te pongas tensa— rió fuerte antes de quitarse de mí y levantarse de la cama. Sus descalzas pisadas sonaban en el callado cuarto y mis ojos se cerraron levemente cuando ella prendió la luz.

Mis ojos se abrieron enormemente de nuevo ante la gran imagen frente a mí. La profesora me estaba dando la vista completa de su cuerpo desnudo, su alborotada cabellera castaña caía gentilmente hacia enfrente, cubriendo solo una parte de sus senos y mi mirada inevitablemente bajó por ese tonificado abdomen y pequeña cintura, para terminar en su monte de Venus que estaba totalmente limpio y que daba paso a una largas y fuertes piernas.

La profesora Manobal era tan hermosa que no parecía real.

—¿Qué pasa Rosie? ¿Ya te arrepentiste?— murmuró divertida.

Guilty Consience (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora