Carta.

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Había pasado ya una semana de aquel suceso tan inesperado.
El doctor se había quedado en las instalaciones Nexus junto a su nuevo ahora "jefe" Phobos, aún que ellos tendrían una relación un poco mas cercana por la cooperativa que tenían y este rotundo reencuentro que llevaban ambos.

Doc se encontraba en la cafetería, había salido de su nueva oficina para poder sentir ese aire fresco de las instalaciones otra vez. No le sorprendió mucho, todo seguía casi exactamente como la última vez que estuvo allí, solo que ahora casi todas las caras que pasaban a su lado se les hacía familiares.
Allí, en aquella cafetería tan elegante y un poco desordenada, se encontraba este mismo tomando un café mientras observaba varios papeles que había tenido en uno de los cajones de su oficina.
Se sentía seco, por así decirlo muy solo. Extrañaba a Hank, a veces ese psicópata se le venía a la cabeza como si de un maldito disco rayado se tratara, y por más duro que lo intentase, siempre volvía a atascarse en sus pensamientos y sentimientos tristes por toda la situación. Aún así creía poder seguir su rumbo si trataba de mejorar por su cuenta, pero claro, eso iba a costar lo suyo y no se quejaba en absoluto.

Mientras tanto, el Director Phobos se encontraba en su gran oficina, sentado como es de costumbre.
Su mano apoyada sobre ese escritorio oscuro con detalles dorados en sus puntas, con aquella placa dorada con su nombre en frente.
Su mano izquierda se mantenía posicionada sobre el codo para poder apoyar su cabeza allí, mientras su otra mano hacia un golpeteo con sus dedos de manera constante e inquietante para aquel que llegase a escucharlo.
El Director estaba pensando; ¿Cómo podría conquistar a 2B?. Ya lo había intentado antes, con las flores más brillantes y rojas de toda nevada, acompañadas de los chocolates más costosos y amargos que tanto le gustaban al de baja estatura. No obstante, no había funcionado aquella vez ya que Doc lo había tomado como una seña de gratitud por su gran trabajo como médico principiante y científico.
Está vez quería hacer algo más directo, algo que le dé al Doctor esa pequeña brisa de que Phobos tenía algún tipo de atracción o idea para pasar tiempo con él.

Entonces allí se le ocurrió, ¡Una carta!.
Sería algo un poco básico, pero lo suficientemente bien como para ser tan elegante de su parte, aún que también pensaría en entregársela junto a una rosa, pero está vez sería de algún color un poco más apagado ya que sabía que Doc odiaba los colores fuertes.
En eso tomó un lápiz de su cajón y se dió la vuelta aún sentado en la silla para poder tomar un papel de las estanterías tras su espalda. Se acomodó firme ante el escritorio y sin más comenzó a escribir aquella carta para el de baja estatura.



Pasaron las horas, Phobos estaba satisfecho con su trabajo y al final dejó su firma en la carta. Esta era un poco corta, tenía planeado decirle muchas cosas en algún futuro, pero este no era el momento.
Se levantó de su escritorio, con la carta en sus manos y tomando una rosa negra del pequeño florero que permanecía en la estantería de libros.
A un paso lijero pero cómodo, dirigió su rumbo hacía la oficina de Doc, dónde entró sigilosamente por si él se encontraba allí. Para su suerte no fue así, 2B no se encontraba allí y eso se le hizo completamente extraño, pero a la vez era un punto a su suerte.
Se acercó, dejó la carta delicadamente en el escritorio y la rosa por encima para darle un toque más de elegancia, mientras se retiraba de espaldas para cerrar la puerta cómo estaba y volver a su oficina.

Phobos se sentía impaciente, quería que todo salga a la perfección y ya poder proseguir con lo que quería antes de que 2B sintiera algo por Hank o por alguien más nuevamente. Realmente no quería volver a sufrir ese sentimiento de haberlo dado todo por alguien que no se dió cuenta de que lo amaba demasiado como para dejarlo ir fácilmente.
El Director tomó el "micrófono" que había en su escritorio e hizo resonar su voz sería y demandante por toda la instalación. —Tobias, se necesita su reporte de inmediato en su oficina, por favor y gracias.— El mencionado al escuchar su nombre se levantó rápidamente y fue a su debido paso hacía su oficina nuevamente, estaba asustado a decir verdad, nunca había escuchado esa voz tan bonita y demandante de Phobos, pero a cualquiera le daría miedo y realmente no quería saber por qué se había dirigido de aquella manera hacía él.

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⏰ Última actualización: Apr 02 ⏰

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