Pétalos de primavera | IzukuxMomo

Segundo pétalo

¿Recuerdas el día que usé por primera vez el tren?
No sabía que hacer.

Ese día casi me caigo y te burlaste de mí.

Pero como sea tú te quedaste a mi lado y sujetaste mi mano con fuerza.

Tonto Izuku...

— Privilegios de niña rica.

— Cállate.

— Que mandona... —el chico bufó con una sonrisa en su rostro.

Ambos se encontraban de pie justo debajo de varios letreros que indicaban distintas estaciones del tren. Todo esto era algo extrañamente nuevo para Momo Yaoyorozu.

Momo analizó un poco la situación y nerviosa, suspiró. — ¿I-izquierda? —titubeó, dejando la respuesta a la suerte.

— Dios mío, eres la niña rica con peor sentido de orientación. —Izuku suspiró rendido, tomando camino en dirección contraria.

— ¡Oye! ¡Para tu información soy la cuarta mejor estudiante solo detrás de ti y tus amigos! —Momo refunfuñó ligeramente molesta, observando como Izuku se alejaba de ella. — ¡N-no me abandones que lloro!

Ambos se encontraban en silencio. El sonido del tren moviéndose y de unos cuantos pajaritos era lo único que sus oídos captaban. Ambos se encontraban de pie cara a cara separados por unos cuantos centímetros justo frente a una gigantesca ventana que permitía el acceso total a la luz del sol que se encontraba ocultándose.

El cálido viento golpeó con delicadeza sus rostros. Sentía su cabello largo tapar su vista de vez en cuando gracias a ello. Por lo que optó capturarlo en dos trenzas en cada lado.
El movimiento del tren le hizo perder ligeramente la estabilidad y antes de poder recuperarse por ella misma, la mano del chico frente a sus ojos la tomó con delicadeza.

— Niña rica con poco sentido de orientación y además poca estabilidad. —para Izuku molestar a Momo le resultaba divertido.

— Te voy a clavar unos palillos en los ojos si sigues molestándome. —para Momo no tanto.

Nuevamente el tren hizo un movimiento que tomó por sorpresa a la chica, quien volvió a perder ligeramente el equilibrio.
Izuku se limitó a sonreír con gracia y a reafirmar su mano con la de Momo.

— Sigue con lo tuyo, no te voy a soltar. —al terminar de decir eso, apretó un poco más el agarre.

Momo sintió su corazón latir con fuerza. Su cuerpo pesaba más al verlo sonreírle de esa manera tan especial. Los ojos verdes del chico se centraron en sus ojos negros y él le regaló una última pequeña sonrisa antes de desviar su mirada a la ciudad que se asomaba por las ventanas del tren. Ella lo imitó y ante sus ojos se deslumbró un escenario que jamás había visto.

Aquella ciudad donde había crecido la veía de una manera distinta. Bañada en los rayos del sol de un verano cualquiera. Era una nueva visión para ella y eso la emocionaba de sobremanera.

— (Tengo mucho que aprender). —la chica mencionó en su mente, moviendo su mirada hacia Izuku. — (Esto es nuevo, y me gusta mucho).

Su mirada divagó un poco sobre el suelo antes de chocar en su mano quien aún seguía sujetada por la mano de Izuku.

— No sé por qué. Pero estoy segura de que no me soltaras. —Momo mencionó repentinamente atrayendo la atención de Izuku.

Al observarse fijamente Momo le regaló una cálida y tierna sonrisa a Izuku. Ella dio unos pasos frente a él hasta colocarse a su lado. La chica cerro sus ojos y entrelazó sus dedos con los del chico, disfrutando su regreso a casa de una manera distinta.

Sabía que no me soltarías. Subirme a ese tren fue algo nuevo para mí, puede parecer bobo pero los cambios van de paso en paso, ¿no?

Ese fue mi segundo pétalo. Saber que podía enfrentar al mundo sin importar qué porque sabría que tu mano estaría allí para mí, Izuku Midoriya.