Las flores de Sakurasou tienen usualmente cinco pétalos.
Cinco motivos fueron suficientes para que Momo Yaoyorozu se enamorara de Izuku Midoriya en una primavera cualquiera.
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Historia corta.
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¿Recuerdas nuestro primer beso?
Fue una noche de primavera cualquiera, más fría que las anteriores pero que curiosamente yo no lo notaba. Fue un beso delicado, tierno y torpe. Tu dijiste que tu último beso había sido hace tiempo. Yo por mi parte era el primero que daba.
Me gustaría decir más sobre lo que sentí en ese instante pero no hay palabras que hagan comparación a lo magníficamente feliz que me sentí en ese momento a tu lado. Fue una nueva experiencia.
Tonto Izuku...
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— ¡No-nos van a regañar! —Momo susurró fuertemente tratando de frenar la acción del chico.
— Valdrá la pena. —Izuku estaba decidió a seguir con su acción.
Ambos corrían a pasos delicados entre las salas de los dormitorios de la academia con dirección desconocida guiados por Izuku. Quien puntualmente regresaba su mirada hacia Momo y le sonría de manera cómplice mientras le tomaba con delicadeza la mano. Era noche de luna llena y los tenues destellos que vislumbraban sus siluetas se lo hicieron saber.
Ambos se detuvieron frente a la puerta que daba acceso a la azotea de los dormitorios. Izuku regresó su mirada hacia Momo nuevamente y le sonrió juguetona mente.
— Shh.... —el chico llevó su dedo hacia su labio haciendo un ademán. — A partir de aquí cualquier ruido fuerte nos convierte en héroes muertos. —Izuku rió por lo bajo ante la preocupación de Momo.
Izuku abrió con delicadeza la puerta tratando de evitar todo ruido fuerte solo siendo recibido por unos tenues chirridos de la puerta. Momo cerró los ojos con fuerza tratando de no pensar en toda consecuencia posible si los descubrieran. Al pasar unos segundos una ráfaga de aire fresco rozó con delicadeza su rostro, haciendo mover ligeramente su cabello.
— Ya puedes abrirlos.
El susurro de Izuku la sacó de sus pensamientos. Momo poco a poco fue abriendo sus ojos y al hacerlo por completo fue recibida por una vista deslumbrante a sus ojos. El cielo nocturno fue pintado de un azul tenue que brillaba de sobremanera gracias a las estrellas que se postraban frente a sus ojos. La luna llena fue la firma de la obra de arte que la sorprendían gratamente.
