𝐈𝐈𝐈. Historia de una noche.

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Los fines de semana se alzaban como los días favoritos de Lucy; a pesar de que el sábado trabajaba en el turno de tarde, disfrutaba de unas sosegadas mañanas con un buen libro en el sofá. Una rutina que hacía años que no llevaba a cabo debido a la falta de ánimos, pero últimamente estaba más revitalizada que nunca.

—¡Buenos días! —la blonda fue directa a la cafetera, colocando una de las cápsulas para preparar su café.

—Buenos días —respondieron Rogue y Rufus al unísono sin siquiera observarla.

Lucy arqueó una de sus cejas y siguió las miradas ajenas para hallar al causante que había robado la atención de sus compañeros. La escena no le sorprendió en lo más mínimo.

—¿Qué hace?

Sting se había cubierto con una bolsa de basura de tonalidad oscura, caminando lentamente en cuclillas en dirección al apartamento de los ex estudiantes de Fairy Tail.

—Le dije que no era capaz de robar el correo de los vecinos —mencionó Rogue con una sombra de sonrisa.

—He apostado a favor de tan deprimente espécimen —Rufus se apoyó en el marco de la puerta, pensativo—. Supongo que ya es tarde para cambiar la apuesta.

—¡Me apunto! Apuesto cincuenta Jewels a que le pillan in fraganti.

—La apuesta no se puede cancelar —advirtió Rogue.

Por su parte, Sting había logrado llegar hasta el apartamento de los vecinos con éxito. Extendió los brazos hacia el felpudo de la entrada, sobre el cual había una pequeña caja envuelta con suma delicadeza. El sentimiento de victoria se alzaba con rigor en su interior.

—¡Lo tengo! —giró su anatomía hacia sus compañeros.

—¿Tú crees? —la sombría voz de Gajeel retumbó en los oídos de Sting cual terremoto de máxima magnitud.

Eucliffe buscó apoyo desesperadamente, pero Rufus había cerrado la puerta tan pronto como la figura de Redfox hizo acto de presencia.

— ¡He ganado! ¡Dame mi dinero! —la voz de Lucy reverberó tras la puerta.

Estaba jodido.

***

—Te ha dado una buena —mencionó Rufus entre risas.

Sting permanecía tumbado en el sofá acariciándose las mejillas con un pequeño trozo de hielo envuelto en una servilleta. Las nuevas heridas realizadas por Gajeel se fundían con las proporcionadas por Natsu días anteriores.

—¿Por qué siempre me golpean a mí?

—Porque eres el más tonto —Lucy le tendió una pomada mientras tomaba asiento junto a él—. ¿A quién se le ocurre hacer eso?

𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐀 𝐆𝐈𝐑𝐋 ━━ ; fairy tailDonde viven las historias. Descúbrelo ahora