𝐈𝐕. Decisiones erróneas.

82 12 23
                                    

« 𝐖𝐑𝐎𝐍𝐆 𝐃𝐄𝐂𝐈𝐒𝐈𝐎𝐍𝐒 »

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

« 𝐖𝐑𝐎𝐍𝐆 𝐃𝐄𝐂𝐈𝐒𝐈𝐎𝐍𝐒 »

Las palpitaciones que atacaban las sienes de Lucy incrementaban a medida que avanzaban los segundos. Su anatomía había quedado en estado de shock ante la presencia de tan ansiado sujeto a quien prefería evitar... pero el consumo de alcohol la noche anterior le había imposibilitado cumplir con su cometido. 

Joder, joder, joder. Tengo que hacer algo.

Una vez consiguió mover las articulaciones, se levantó del colchón en completo silencio, avanzando de puntillas hacia el exterior de la habitación. Debía localizar a sus compañeros de piso para explicarles la situación y, con suerte, podrían proporcionarle ayuda. 

Las luces del pasillo y del salón permanecían apagadas, pero su vista lograba vislumbrar las siluetas de varias personas desperdigadas por el suelo de la sala. ¿Cuántas personas habían pasado la noche en su apartamento? Prefería no pensarlo demasiado; sus dudas serían resueltas tras expulsar a su ex pareja. Pateó con delicadeza uno de los cuerpos, abriéndose paso en dirección al sofá que adornaba el centro del salón.

—Tssssss, Rogue —movió al susodicho con cierta brusquedad. Los párpados de Rogue vacilaron durante un breve lapso de tiempo antes de abrirse con pereza.

—Lucy —se llevó la diestra a la cabeza y reprimió un quejido—. ¿Por qué...? Espera, ¿por qué hay tanta gente? ¿Quiénes son estas personas?

—Eso es lo de menos —tiró del brazo ajeno para que abandonase su posición.

Rogue se levantó lentamente, asegurándose de no proferir ningún sonido que pudiera despertar a los individuos de su alrededor. 

—Espera —Cheney amarró la manta que le tapaba momentos previos alrededor de la cintura.

—¿Estás desnudo? No, espera. Lo más importante. ¿Has follado en nuestro putísimo sofá? —la mandíbula de Lucy se desencajó ante tal pensamiento, más aún al recibir un asentimiento avergonzado por parte de su compañero de piso.

Menudo asco. Solía tumbarse junto a Sting para disfrutar de alguna película cutre que les entretenía hasta altas horas de la noche. Una rutina que tendría que cambiar hasta que Rogue se asegurase de limpiar y desinfectar a fondo cada uno de los rincones del mueble. 

—¿Por qué tanta prisa? 

—Necesito que me ayudéis con una cosa —Lucy saltó para esquivar una pierna, aterrizando con agilidad—. Vamos a la habitación de Rufus.

—No creo que sea una buena idea.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Como se nota que no conoces la faceta fiestera de Rufus —su semblante se oscureció de pronto mientras negaba con la testa—. Será mejor que lo veas por ti misma. 

𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐀 𝐆𝐈𝐑𝐋 ━━ ; fairy tailDonde viven las historias. Descúbrelo ahora