Alastor [2p] One-Shorts

🍼• Bebé ya no es un bebé •🍼 [Extra 1/3]

— ¿Ya terminaste de trabajar? —. Preguntaste con desinterés —. ¡Estoy aburrida!
— ¡Ya casi termino!
— Eso dijiste hace 2 horas, ¡Y aún no has terminado! —. Exprésate molesta.

Bien, entremos en contexto.
Has crecido y ahora tienes 12 años. Tus padres estaban ocupados con sus trabajos (Angel Dust con Valentino y Husk con atender el bar pues el hotel se volvió un éxito desde que Sir Pentius y Cherry Bomb se lograron redimir) y te dejaron con Alastor, quien ahora se tenía que encargar de un papeleo importante que le encargó la princesa.

— ⟨Bien...⟩ —. Susurraste para ti misma —. ⟨Si no quieres jugar conmigo, pues me voy del hotel...⟩

Así fue como la albina con mechones rojos salió sin ser vista por nadie en el hotel.

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Caminó un rato hasta que vió un parque el cual estaba en estado de abandono, por lo que se acercó. Al estar ahí, pudo ver cómo los arbustos y árboles estaban secos y marchitos.
Dejaste salir tus alas blanquecinas y tú aureola de ángel y con mucha delicadeza, te sentaste en el centro del parque y colocaste tus manos sobre la tierra infértil. Empezaste a tararear una canción para después empezar a cantarla.

— 🎶Si te cuento un secreto, jura lo guardarás, en tu bolsillo, con candado y a la tumba llevarás...🎶 —. Cerraste tus ojos, mientras al mismo tiempo que se escuchaba tu voz las plantas y césped verde comenzaba a crecer al igual que los árboles recobraban su vida y flores les volvían a salir, así como sus hojas.

— 🎶Si te lo cuento y te lo enseño, sé que no lo dirás, que dos guardan secretos cuando una muerta está...🎶

Al estar tan absorta en tu propio mundo, no te diste cuenta de como un demonio  con aspecto de polilla se acercaba hacía ti. Cuando estaba lo suficientemente cerca de ti, te noqueó, dejándote inconciente.

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Abriste lentamente tus ojos, te dolía la cabeza, sentías como si te fuera a romper en dos.

— Podrían pagar mucho por un ángel como ella... —. Escuchaste una voz cerca de donde te encontrabas —. Tal vez, ¡Incluso podríamos ponerla a trabajar conmigo!
— Deja de decir estupideces, Val —. Escuchaste otra voz, la cual parecía sonar como si saliera de una bocina, así que levantaste tu mirada hacía donde oías las voces —. Además, se parece demasiado a Angel Dust...
— ¡Mamá! —. Gritaste al escuchar el nombre de tu "madre" —. ¡Mami! ¡Ayuda!

El demonio con cara de pantalla te cubrió la boca lo más rápido que pudo.

— No, no, no. Nada de gritos. Son muy molestos —. Siguió cubriendo tu boca.
— Cuida que no se escapé —. Dijo mientras salía por la puerta.

El demonio de nombre Vox te miró, quitó su mano de tu boca y te desamarró

— No intentes escapar, solo te solté porque eres una niña y no deberías estar así —. Apunto a un sillón con televisión enfrente —. Puedes ver la tele si quieres, ahí hay caricaturas humanas.

Seguido de eso, se fue de la habitación, dejándote sola.

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La sombra de Alastor llegó lo más rápido que pudo para avisarle sobre lo que te había pasado.
Cuando terminó de decirle la situación a Alastor, regreso a ser una sombra normal.
— Bueno, tocó hacer una visita a esos dos —. Sonrió de forma grande como si eso fuera motivo de alegría (justo como el Alastor original).
Se levantó y se transformó en sombra para teletransportarse hasta el edificio de los Vees.
Entró como si nada. Todos los demonios que lo vieron entraron en pánico y comenzaron a correr por su vida, ya sabían lo que significa una sonrisa en el Demonio de la Radio. Esta enojado. Y mucho.
Caminó hacia arriba, al último piso.
Caminó hacia la habitación de la cual provenía tu olor. Tu inconfundible esencia.

— Alto ahí, llorón —. Se escuchó la voz de Valentino detrás —. ¿A dónde crees que vas?

Estática...
Más estática...
Y más 3§t@t!cæ...

El Demonio de la Radio se dió la vuelta para mirar a Valentino. Sabía que él había tenido la idea de traerte aquí. Él quería usarte para conseguir más dinero del que podría gastar.
Rápidamente con esa sonrisa que no había dejado de tener en su cara desde que llegó aquí miró a Valentino. Atacó de forma rápida al demonio polilla.
Lo golpeó. Lo mordió. Le arrancó pedazos de carne. Todo mientras el otro intentaba defenderse.
Cuando el demonio polilla calló inconciente (no muerto), el venado se levantó, sacudió sus ropas y entró en la habitación.
Entró y vió como un demonio lobo intentaba tocarte (cosa de la cual te defendías lo más que podías).
Eso fue todo. Odiaba la gente así, que quiere aprovecharse de los más débiles (y además, el ya tenía el ojo puesto en ti para hacerte suya solo tenía que esperar a que crecieras, o al menos hasta que tengas 16 años). Pero ahora si no tendría compasión con este demonio.
El venado se abalanzó sobre el lobo como si fuera un gato cazando un ratón.