HÉROES ANÓNIMOS

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Agosto de 2016

Washington DC.

-Feliz cumpleaños, Ben – Michael sonrió mientras se acercaba a Ben en la mesa del bar –

Ben se dio la vuelta y lo miró con una expresión confundida en su rostro.

-¿Qué dijiste? – preguntó el. Realmente se sentía confundido ante la declaración de su amigo –

-Es tu cumpleaños, ¿no? – Michael lo miró cuidadosamente; no estaba acostumbrado a ver a Ben inseguro de lo que estaba pasando. Ben negó con la cabeza, desconcertado, por lo que Mike decidió decirle las cosas – Me metí a tu archivo una vez, cuando recién me uní a la Estación Echo. Decía que esta fecha era tu cumpleaños...

Michael explicó cuidadosamente, no queriendo que sonar como si hubiera estado husmeando. Sus archivos en su mayoría permanecieron confidenciales, y no todos podían ver el archivo de otro agente por razones de seguridad. Sin embargo, Michael se las había ingeniado para ver el archivo con los registros de entrenamiento de Ben Hirsch y por ello había tomado nota de parte de la información.

Cuando se hicieron amigos y socios, Michael se había esforzado en recordarlo, porque Ben, como él, no tenía a nadie más para desearle un feliz cumpleaños.

-Soy un huérfano, Michael. No sé cuándo es mi cumpleaños – Ben frunció el ceño al recordar que Michael también era huérfano –

La principal diferencia era que Mike había perdido a sus padres a una edad ya avanzada, mientras que Ben no tenía ningún recuerdo de los suyos. Michael podía recordar todo lo que había hecho junto a su familia antes de unirse a los SEAL's, pero Ben no tuvo la misma suerte.

-Quiero decir... – continuó Ben – Era demasiado joven para recordar. No sé cuándo nací o quiénes fueron mis padres. Ni siquiera sé dónde nací o si alguna vez tuve otra familia. No tengo idea de nada, Michael.

Sonaba triste y Michael pensó que no era de extrañar. Tuvo que ser muy duro para su amigo no tener un solo recuerdo de su familia.

-Vamos, Ben... – dijo con una palmadita amistosa en el hombro – Me parece que sería bueno que hablaras de eso. Te invitaré otra cerveza.

-Somos agentes de la CIA, Michael. Se supone que no debemos ser emocionales con esas cosas – Ben le recordó, aun así, lo siguió hasta la barra –

Un rato después el cantinero les sirvió un gran tarro de cerveza a cada uno, solo así pudieron charlar más tranquilos.

-Cuando estuvimos en Irak jamás me hablaste de tu vida privada... ¿No tienes recuerdos en absoluto? – Michael preguntó cuándo ambos se sentaron con sus cervezas delante de ellos; una espesa espuma cubría el líquido oscuro –

-Ninguno, yo era demasiado joven – Ben suspiró – No sé cómo quedé huérfano, no sé qué pasó. No sé nada de nada. Supongo que anotaron la fecha en que llegué al orfanato como mi fecha de nacimiento; o esa fue la del día que me encontraron. Podría ser cualquiera de los dos, supongo. Creo que fue en esta época del año en que sucedió. Solo tenía conmigo un collar con la Estrella de David.

-¿Qué fecha celebrabas cuando eras joven? – preguntó Michael mientras le daba un trago a su cerveza –

Ben dejó su vaso y lo miró fijamente.

-Michael, estuve en un orfanato. Nadie se tomaba la molestia de encontrar una fecha para que celebraras. Uno o dos de los que realmente recordaron sus cumpleaños de antes fueron felicitados, y solo hacíamos dibujos y cosas así para ellos, pero nadie se molestó en encontrar un cumpleaños para los niños que no tenían uno – Ben estaba girando su vaso muy lentamente mientras hablaba –

El Origen de la Pesadilla e historias del EspiaversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora