Ikki

187 15 19
                                    

Aclaración: los personajes no me pertenecen. Son propiedad de Masami Kurumada y Toei Animación Studios.

Shaun cae al suelo. La piel pálida y suave de sus piernas está enrojecida debido al golpe que se dió. Ella ni siquiera mete las manos para amortiguar su caída, pues las usa para proteger algo más importante.

—Vaya, pero si es la llorona — dice un niño dos años mayor. 

La apelada se gira para ver al chico que la amedrenta. Tiene el pelo oscuro y revuelto, bastante descuidado. Su mirada es burlona y su sonrisa arrogante. Junto a él siempre van dos niños algo más pequeños, pero que albergan la misma actitud sombría. Lo que más sorprende a Shaun es esa capacidad que tienen  de parecer realmente adorables y esforzados delante de sus padres  y los demonios más viles cuando ningún adulto los mira.  

—¿Estás llorando porque te hiciste daño en tus piernitas? – continua el mayor con tono burlón, refiriéndose a las raspaduras que han empezado a sangrar. 

Los otros dos niños se rien. Disfrutan verla humillada, con la cara manchada de arena y los ojos llorosos.

No es la primera vez que la molestan. Ellos suelen jalarle el pelo, quitarle la comida que tanto trabajo le cuesta conseguir a su hermano o simplemente recordarle su desdicha de ser huérfana. Frecuentemente Ikki la defiende, golpeó al más grande de los tres cuando se enteró que, meses atrás, le había cortado su larga cabellera a Shaun. En ese entonces solo era ese niño, pero tiempo después logró conseguir a los otros dos que lo acompañan 

Shaun se limpia las lágrimas con el antebrazo y se levanta, decidida a dialogar con ellos.  No quiere que su hermano se vuelva a involucrar en otra pelea por su culpa. 

—Por favor, dejen en paz a esta tortuguita. Ella solo quiere regresar al océano, no va a molestar a nadie.

El líder del grupo se ríe. Le parece ridícula la forma en la que pide las cosas.

—A mi nadie me dice que hacer, y menos una llorona como tú

El niño la empuja otra vez y Shaun cae de espaldas.

—¡Oigan, ustedes, aléjense de mi hermana! — interrumpe una voz hostil.

Shaun la reconoce y con alegría grita el nombre de su hermano quien se pone entre ella y los otros niños

—I…Ikki — exclama el grupo 

Ikki tiene fama de ser un buen peleador, los niños del barrio no saben cómo logra vencer a tipos mucho mayores que él, tampoco saben en cuantas peleas se ha involucrado (imaginan que han sido muchas, pues tiene los nudillos más sólidos que cualquiera), pero lo que sí saben es que no desean probar la fuerza de sus golpes. 

Ikki les ha dejado claro que meterse con su hermana equivale a meterse con él, por eso evitan acercarsele. Era como un león que protege con recelo a un conejo 

Envalentonado por estar en grupo, el niño de mayor edad manda a volar todos sus miedos. Sabe que Ikki les gana en fuerza, pero ellos le ganan en número.

—Ya vino tu mamá a cuidarte —añade con burla el líder del grupo. 

—¿Acaso quieres que te vuelva a romper la nariz? — le recuerda el hermano mayor

Shaun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora