Hyoga

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"Despierta Hyoga..."

Hyoga de cisne abre los ojos por primera vez, despacio. ¿Eso a su alrededor debía ser agua?

"Estoy en el mar", piensa. "¿Pero cómo?"

Cierra los ojos. Tiene que salir de ahí. Lucha contra el extraño entumecimiento que siente en todo el cuerpo y que intenta arrastrarlo a la oscuridad de un profundo abismo marino. Recuerda muy vagamente: había discutido con su maestro en la casa de libra mientras Saori resistía en agonía el poder de la flecha mata dioses, pero no recuerda cómo ha llegado hasta ahí. Hay un gran blanco en su cerebro...¡Si! Camus estaba allí...Había peleado contra él...Había perdido, no le sorprendía. Había sido golpeado con la más grande técnica de su maestro: La ejecución aurora.

No recuerda nada más

"Hyoga..."

Se sobresalta. No esta solo. Esa voz es ...

-¿Mamá?

Abre los ojos, un poco más vigil. No reconoce nada debido a la oscuridad del abismo bajo él, pero está seguro de que la voz de su madre proviene de ahí.

"Hyoga..."

-¡Mamá!

Hyoga se vuelve a relajar; no porque sepa que su madre está ahí, sino porque cada músculo duele y no puede hacer mucho. Deja que su cuerpo descienda por sí sólo hasta ser absorbido por la oscuridad.

"Hyoga, no vengas aquí, debes regresar"

La voz es más clara, Hyoga duda pues sabes que su madre está muerta y los muertos no pueden hablar ¿Es acaso una ilusión? A pesar de todo, en el corazón del caballero se alberga un sentimiento de melancolía, la misma que no lo ha abandonado en todos estos años.

-Mamá...mamá

De entre la penumbra, una tenue luz blanca nace. Hyoga parpadea, acostumbrándose de a poco a la intensidad. Una figura emerge entre la luz, sus curvas le recuerdan a las de una mujer y el cabello largo y rubio le indican que se trata de su madre.

Ella está ahí, extendiendo los brazos para recibir a su hijo. Su gesto es tranquilo y su sonrisa se ensancha cuando tiene a su hijo de frente.

"Hyoga"

El caballero apenas y puede reaccionar. Sus ojos no dejan de recorrerla ¡Todo está ahí! La boca, el cabello, la figura e incluso la voz son idénticas ¿Cómo podría no ser su madre?

-Mamá...de verdad eres tú

La mujer es estrechada con fuerza por su hijo que no hace más que llorar. Ella lo consuela acariciando su cabeza mientras lo envuelve con cariño.

"Hyoga, mi pequeño, debes regresar. Tus amigos están esperándote"

-No, no, mamá. No puedo irme ahora ¡No voy a perderte de nuevo!

"Hyoga, regresa por favor. Aún no es momento de que vengas aquí"

Hyoga no contesta. Tan ocupado está aferrándose a su madre que pasa por alto la fuerte luz que se cierne sobre él

-¿Qué está pasando? - pregunta cuando siente a su madre despegarse lentamente de él

Su madre le acaricia el rostro dulcemente.

"No debes dudar Hyoga. Yo estaré contigo siempre"

El muchacho entra en pánico al ver a su madre desvanecerse lentamente. La luz sobre sus cabezas es cada vez más intensa, al punto en el que Hyoga tiene que cerrar los ojos para no lastimar su vista.

-¿Qué? ¡No! Aguarda... ¡Mamá!

"Te amo Hyoga..."

Hyoga abre los ojos por segunda vez. En esta ocasión su cuerpo no se encuentra flotando en el océano, sino recostado en tierra firme, específicamente en la casa de libra.

-¿Qué sucedió? ¿Quien me salvó?

El caballero se incorpora con lentitud, su cuerpo se siente entumecido, como si hubiera pasado horas en una misma posición. Es hasta ese entonces que logra ver a su compañera recostada junto a él

-¡Shaun! - grita y se acerca rápidamente.

Está inmóvil, su cosmos es muy débil y apenas puede mantenerse despierta

-Hyoga... Te...encuentras bien, qué alegría.

El corazón de cisne da un vuelco. Le parece absurdo que su compañera se preocupe más por su estado de salud que por el propio, aún así, desea saber qué es lo ha dejado a Shaun así.

Andrómeda apenas tiene la energía suficiente para contarle lo ocurrido y Hyoga no puede más que tomar la mano de su compañera. No sabe cómo sentirse. El cosmos de Shaun es casi imperceptible, lo ha usado todo para traerlo de vuelta, para darle una oportunidad más.

-No le veo nada de malo querer salvar una vida

Las palabras de Shaun calan en lo profundo de su corazón. Hasta hace poco su interés era el de salvar a Athena, sin importar lo que ocurriera. Seiya y los demás no eran más que compañeros con los que compartía un interés en común, pero es en ese instante que Hyoga comprende la verdad que se ha negado a ver: ellos no son sus compañeros, ellos son sus amigos

El caballero de cisne Intenta elevar su propio cosmos para salvar a su compañera, tal cual ella lo hizo. Pero, a diferencia de él, el cosmos de Shaun es cálido, como los rayos del sol que desvanecen la escarcha, y por ello no puede hacer nada

Hyoga no puede más y deja caer sus lágrimas. Se culpa a sí mismo por haber orillado a Shaun a sacrificarse y por haber dudado en atacar a su maestro. Pero sobre todo, siente remordimiento al no haber confiado en su compañera cuando estaban en la casa de Géminis.

Hyoga junta su frente con la de Shaun, quien yace inconsciente entre sus brazos. Le promete no volver a rendirse, sin importar de quien se trate, ellos salvarán a Athena.

Su personalidad sería y arrogante se ha disuelto. Antes, su orgullo como caballero de los hielos no le hubiese permitido expresar su gratitud en llanto, pero ahora es distinto. Ya no es el mismo Hyoga. Su anterior personalidad quedó atrás, atrapada en el ataúd de hielo. Es Shaun quien le ha brindado otra oportunidad y es en honor a ese sacrificio que no se permitirá dudar más.

El muchacho se incorpora, sus extremidades han dejado de doler. Toma nuevamente a Shaun entre sus brazos, pero está vez para llevarla cargado hasta la siguiente casa.

Su compañera está viva. Lo sabe porque un cosmos tan cálido y bondadoso como el de Andrómeda no puede desvanecerse tan fácilmente.

Los ojos de Hyoga están hinchados, ese día ha llorado más que en toda su vida. No lo oculta, ni desea hacerlo, sabe que sus lágrimas no son producto de la debilidad, más bien, son lágrimas que han depurado su alma.

Mientras sale de la casa de libra, el caballero de cisne observa las delicadas facciones de su compañera. Nuevas lágrimas nublan su vista hasta desbordarse y caer en la piel pálida del rostro de Andrómeda.

Shaun no lo sabe, pero su noble sacrificio ha hecho que la palabra "amistad" cobre sentido para Hyoga. Ellos no eran simples compañeros. Un compañero no estaría dispuesto a sacrificar su vida por la de otro, tampoco le concederían la oportunidad a alguien más de llevarse la gloria. No. Lo que ellos hacen va más allá de simple camaradería, apoyándose unos a otros

Por eso Hyoga avanza, desea honrar el valor de Seiya, el sentido de justicia de Shiryu, la lealtad de Ikki y la bondad de Shaun encargándose del próximo caballero dorado.



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⏰ Última actualización: Sep 17 ⏰

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