2.- El grupo de Slytherin

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"¡Lo siento muchísimo, muchísimo, muchísimo!" Me disculpo repetidamente escuchando los quejidos de dolor del chico.

Sus ojos se abren con extrema sorpresa, deja de quejarse y se queda en silencio observándome. Todavía cubriendo su cara con las manos ensangrentadas.

"Puedo curarte. Prometo que lo he hecho varias veces, soy buena en esto" digo poniendo mis manos delicadamente sobre las suyas, tratando de evitar tocar las partes con sangre. Él inmediatamente se pone tenso ante el contacto, obligándome a quitar mis manos por temor a incomodarlo.

"Por favor" dice alguien detrás del chico. "Está sangrando demasiado"

Solo entonces me doy cuenta que habían dos chicas paradas ahí observando la escena.

Parkinson y Greengrass.

Volteo a ver nuevamente al chico y ahora me concentro en su cabello rubio y ojos grises.

Draco Malfoy.

"Solo voy a.." murmuro mientras posiciono nuevamente mis manos sobre las suyas. "Episkey" digo concentrandome. Los hechizos sanadores suelen ser algo engañosos aveces. Y solían complicarse aún más al hacerlos sin varita.

Cierra los ojos con fuerza y suelta un quejido, el sentimiento de tus huesos corrigiendose no es muy agradable.

Sujeto sus manos y las quito de su rostro para poder ver que su nariz se haya curado correctamente.

"Como nuevo" sonrío y luego suelto sus manos. Saco un pañuelo de tela de mi bolsillo y se lo pongo en las manos pero luego recuerdo el hechizo que usaba mi tia Andaye hace un tiempo. "Tergeo".

La sangre de su rostro y ropa se limpia con el hechizo y yo sonrío satisfecha.

"Lo siento mucho, en serio" vuelvo a disculparme con él.

Él me observa en silencio y luego gira y se va por el pasillo.

Parpadeo en sorpresa por su actitud.

Supongo que yo tampoco querría hablar con alguien que me haya roto la nariz.

"Lo siento" se disculpó Greengrass. "Él no suele hablar mucho"

Ella era un poco más alta que yo, su largo cabello rubio le caía hasta la cintura, vestía lo que fácilmente podía reconocer como ropa de diseñador de pies a cabeza, su estilo era realmente lindo, vestía mucho rosa y blanco, haciéndola parecer una princesa. Pero lo que más me llamó la atención fue el anillo de plata en su dedo, era exactamente el mismo que tenían mi tía y mi madre de sus años escolares.

La chica Parkinson suelta una risa sin gracia.

"Ojalá así fuera" comenta, ganándose un codazo por parte de la rubia.

"Tú eres la heredera Pendragon, ¿cierto?", señala con sorpresa. Asiento con la cabeza. "Soy Daphne Greengrass" sonríe ampliamente.

"Y yo soy Pansy Parkinson, es un placer" la chica de cabello negro me sonríe también. Al igual que Daphne, viste de diseñador de pies a cabeza, pero su estilo es completamente diferente al de Daphne. Pansy también tiene mucha clase, pero la paleta de colores que eligió era mucho más oscura. También llevaba el anillo de Slytherin. "Henrietta, ¿no?"

Hago una mueca ante mi nombre. Henrietta Generys, los dos nombres mas feos de la existencia y yo los tenía ambos. Merlín, no sé que estaban pensando mis padres.

"Pueden llamarme Rys" me apresuro a decir.

Mi familia siempre me llama Henrietta y mis hermanos decidieron que Etty era el apodo perfecto cuando nací y nunca lo cambiaron. El resto de personas que alguna vez hayan podido acercarse a mi, simplemente me llamaban señorita Pendragon.

El Diario De Morgana | Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora