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— ¡Por los bunkers! — Mauri levantó una cerveza para brindar por el buen show que tuvieron hace un par de horas.

Llevaban un buen rato en ese bar por lo que la mayoría ya estaban medios borrachos. El único que estaba sobrio era el Mauro y solo porque estaba manejando.

— Vamos a bailar — Propuso Álvaro a Francis.

El menor lo miró un poco dudoso porque él bailaba como un tronco, sino es que peor.

— No sé bailar.

— Yapo no seai pesao, solo teni que sentir la música, vamos.

Álvaro arrastró a Francis a la pista y empezó a bailarle, el mayor siempre había bailado bien, en sus shows se tomaba el escenario y se movía al ritmo de la música, para Francis esos momentos eran increíbles, ver fluir la música en el cuerpo de Álvaro era glorioso. El mayor incitaba a qué Francis bailará con él pero este estaba quieto.

— Siente la música — Álvaro tomó la mano de Francis y empezó a saltar — Cierra los ojos.

Ambos cerraron los ojos y la música se apoderó de sus cuerpos, bailaron sin soltarse de la mano y con sonrisas en sus caras.

— Oye, ven — Francis abrió los ojos y fue donde Álvaro lo estaba guiando, salieron del bar a un lugar apartado.

— ¿Qué chucha hacemos acá?

Álvaro ni siquiera le respondió, lo tomó de la chaqueta y le plantó un beso, rápidamente fue correspondido y el beso se torno incluso más desesperado que el que habían tenido hace un par de horas.

El alcohol en sus cuerpos fluía y gracias a esto estaban relajados, se separaron por falta de oxígeno pero al instante retomaron, está vez Francis tomó el control de la situación y empujó al Álvaro contra la pared, entre jadeos alzó un poco su polera e introdujo sus dedos tocando suavemente la piel de su cintura.

— Vámonos de aquí.

— ¿A dónde? — Preguntó Francis aún agitado.

— Al depa, ahí vamos a estar solos.

— No tenemos como volver, ya es tarde y no están pasando micros, además el Mauro tiene las llaves del auto.

Álvaro apoyo su cabeza en el hombro de Francis y suspiró — Bueno, vayamos adentro entonces, pero me debi una.

— ¿Deberte qué?

El mayor lo miró con una sonrisa pícara y solo le dió un beso como respuesta.

Entraron al bar y los chicos estaban ahí buscandolos.

— ¿Dónde estaban? — Preguntó Mauro.

— En el baño.

El Mauri los miraba desde lejos, sabiendo perfectamente que estaban mintiendo, pero mejor ni imaginarse que estaba haciendo ese par.

— Ya nos vamos, es muy tarde y mañana hay que ensayar.

Tomaron sus cosas y se fueron al departamento, al llegar todos se fueron directo a sus habitaciones.

Álvaro y Francis se pusieron pijama y se acostaron.

— Álvaro, deberiamos hablar — El mayor se volteo mirandolo de frente a una distancia prudente — Creo que esto fue un error, a mí me gustan las mujeres.

Álvaro sintió como su pecho se apretaba y sus ojos empezaban a picar, estuvo a punto de salir de la cama cuando una risa lo detuvo.

— Es broma, cómo se te ocurre que después de todo lo que pasó te iba a decir eso — Al parecer el alcohol había puesto un poco gracioso a Francis.

Entre Mis Brazos - FralvaroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora