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Francisco siempre recordaba como era su vida antes de irse a la capital, como cuando caminaba con Álvaro por las calles de Concepción después de salir del liceo.

Generalmente hablaban de música, la banda que tenían en ese tiempo y sobre todo de las chicas que seguían a Álvaro, Francis siempre se sintió celoso de eso, él pensaba que era porque también quería que las chicas se fijarán en él, pero ahora sabe que no era por eso. Estaba celoso porque amaba a Álvaro, y quería ser él quién se ganase ese lugar en su corazón, que caminaran de la mano por el liceo, que el mayor le dedicará sonrisas, guiños y coqueteos sutiles, estaba celoso porque él no era una mujer y por ende Álvaro nunca se fijaría en él.

Se sentía confundido porque eso no era normal, nunca había visto a dos hombres juntos, estar de la mano o besarse, era incorrecto. Seguramente si le contase a alguien sus dudas lo tacharían de enfermo, sabía que existían personas homosexuales pero no había visto a ninguna, hasta ese día de Septiembre de 1997.

Habían salido temprano del liceo por lo que con Álvaro fueron a comprar un helado y caminaron hasta la plaza independencia dónde se sentaron en unas bancas que daban a la fuente de agua.

La Camila es linda y todo pero es muy intensa — Decía el mayor.

Francis ya estaba chato de escuchar siempre lo mismo, prefería hablar de sus bandas preferidas o sobre nuevas canciones que aprendió a tocar en guitarra, no sobre las pretendientes de su amigo.

— Porque no le dejai de hablar mejor, si tú mismo deci que es pesa' — Respondió cortante.

Estai muy chico todavía, cuando tengai mi edad me vai a entender.

Francis rodó los ojos, él si entendía solo que por ahora no eran tan importantes esos temas. Siguió comiendo su helado y mirando a los alrededores mientras Álvaro seguía contando su vida amorosa, hasta que de repente su vista enfocó a dos chicos sentados en el pasto, uno de ellos estaba sentado y apoyaba su espalda en un árbol cercano, tenía pelo negro hasta los hombros con ondas en las puntas y llevaba puesto el uniforme de un liceo que no alcanzaba a reconocer, en su regazo descansaba la cabeza del segundo chico, se veía más pequeño y este tenía el cabello corto de color castaño, era totalmente lacio y algo que llamó su atención era el piercing de su labio, al igual que su acompañante llevaba el mismo uniforme. El pelinegro le hacía cariño en el pelo mientras el castaño mantenía los ojos cerrados, Francisco los observó un tiempo pensando que quizás eran amigos o incluso hermanos, pero en un movimiento rápido el pelinegro besó castamente a su compañero en los labios, fue rápido, si él no los hubiera estado mirando fijamente quizás ni siquiera se hubiera dado cuenta.

Álvaro Llamó Francis — Mira, creo que ellos dos son pololos, se dieron un beso.

El mayor dejó de hablar y miró a la dirección de los dos chicos, nuevamente se dieron un corto beso que Álvaro presenció.

¿Viste? — Preguntó Francis, a lo que el mayor asintió en respuesta — Es un poco raro, ¿Creí tu? Nunca antes había visto a dos gays.

Yo creo que está bien, cuando te gusta una persona te dan ganas de besarla — Dijo Álvaro.

Si, pero. ¿Dos hombres? No sé si es normal.

Que eri cerrao de mente, el amor es algo normal, ¿A ti nunca te han dado ganas de besar a una persona que te gusta?

Francis apretó los labios en un gesto nervioso, desvío su vista de los dos chicos y miró a Álvaro, bajó sutilmente la mirada a sus labios — Si — Respondió rápido, volteando la cabeza para evitar al mayor — Lo he pensando más de alguna vez.

Entre Mis Brazos - FralvaroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora