Enséñame a Amar | TAEKOOK

CAPÍTULO 7

Capítulo 7

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ENSÉÑAME A AMAR

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★彡『 TAEKOOK 』彡★

Jungkook

Se había vuelto una bonita costumbre tener el chocolate listo junto con un trozo de tarta de limón para cuando la pequeña Minya regresará del colegio. Solía sentarse en una de las mesas más cercanas a la barra, terminaba sus tareas, las cuales a veces requerían de mi ayuda y yo lo hacía encantado de la vida. Hoseok siempre la acompañaba. Apenas atravesaba la puerta se quitaba el sombrero, las gafas y desabotonaba los primeros botones de su camisa. Pedía un café y se hundía en su celular hablando con quien sabe, pero alguien que quería porque le sacaba las sonrisas más hermosas que guardaba bajo su semblante serio y eso era bueno.

Habíamos cerrado el café muy temprano. La gente había decidido desaparecer el día de hoy, no sentíamos aliviados de poder regresar a casa antes del anochecer, supuse que Se-hun y Rosé ya habían armado sus planes porque desaparecieron tan pronto como quité el delantal.

Me asegure de cerrar todo y de mantener todo limpio para así poder irme si preocupaciones, al corroborar todo decidí tomar mis cosas y salir de la cafetería cerrando con llave por fuera para que así nadie pueda entrar. Me dirigí al estacionamiento que esta a unos locales después del mío y fui en busca de mi auto, había otras personas ahí, cansados y aburridos, buscando sus autos para también irse a casa a descansar, me despedí de ellos, pues eran los dueños de otros locales cercanos a los míos.

Al estar en mi auto sentí un alivio, suspire y espere unos segundos para prenderlo y poder irme, en el camino prendí la radio y no había ninguna novedad más que los logros y éxitos de idols y actores surcoreanos en el occidental.

Al llegar a casa dejé mi auto en el estacionamiento y subí las gradas para ingresar a la entrada del edificio, no había casi nadie, no era tan tarde así que a lo mejor estaban por ahí divirtiéndose.

En el ascensor revise algunas reseñas nuevas del café y todos los comentarios eran muy buenos y con cinco estrellas, estaba muy bien. Al llegar a mi piso entre en mi departamento y no tenía ganas de cocinar así que ordené una pizza y en lo que esperaba decidí tomar una relajante ducha.

Sentir el agua tibia caer por mi piel era increíble, deshacerme del poco sudor y grasa corporal que todos tenemos era sensacional al salir me puse mi pijama y me sentía fresco y más cómodo, me dirigí de nuevo a la sala y me eché al sofá.

Me serví una copa de vino y busqué en la tv algo de entrenamiento, después de que la pizza llego, comí solamente una rebanada y media. Los ojos comenzaban a sentirse pesados luego de haberme terminado casi media botella, pero el timbre me despertó de repente, con pesadez me levanté y me dirigí a la puerta para abrir caminando, arrastrando los pies y quejándome, no era tan tarde, pero mi alma de viejo quería irse a dormir.

–¿Jimin? – él rubio estaba de pies con una sonrisa luminosa. Fregué mis ojos para verlo bien.