Antes de empezar con el capítulo quiero aclarar que todo el capítulo es mío, es decir. No es canónico en la saga de juegos.
Sin nada más que decir, continúa.
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Un rato después de estar caminando, lograron llegar a tu objetivo. Te encontrabas en frente de tu oficina.
El M. CatNap y el M. Dogday estaban emocionados pues este fue el lugar donde los conociste, y en dónde los acogiste como si de tus hijos se tratarán.
Se veían ansiosos de que abrieras aquella puerta para entrar y verla. Dogday veía con algo de curiosidad a los pequeños peluches que habías llevado contigo a tu casa y que vivieron contigo.
--¿Aquí fue donde los conociste?
--Asi es, Dogday. Solo que ahora no sé cómo se encuentra mi oficina.
Dogday miraba curioso el lugar mientras tú tratabas de abrir la puerta, no fue fácil ya que estaba algo atascada pero tampoco fue imposible.
La puerta se abrió y lo primero que encontraste fue que el lugar estaba algo destruido pero también estaba cuidado.
--Esto es extraño. Todo el lugar está destruido y mi oficina está . . . Algo cuidada.
--Ahora que lo mencionas, estás en lo correcto, ángel.
Los peluches entraron apresurados al lugar, estaban llenos de emoción pues ahí fue donde comenzaron a hacer una familia.
--¡Cuidado niños!
Advertiste a los peluches, ya que se encontraban corriendo de un lado a otro. Viendo el lugar.
Entraste a la oficina y todo estaba como lo habías dejado, sin quitar que unas cosas se encontraban tiradas y una que otra rota.
--Te pondré en el sofá, y empezaré a buscar.
Dogday asintió y lo colocaste en el sofá de la oficina. Para empezar a buscar que ocuparía para arreglar a los juguetes.
Te acercaste al escritorio para empezar a buscar en esos cajones pues recordabas que guardabas algunas cosas importantes o simplemente papeles que olvidarás que existían.
--Espero estén aquí, solo espero que la oficina de Catherine tenga algo que nos pueda ayudar.
Sacaste una pila de papeles, estos se encontraban algo desgastados pero afortunadamente no estaban rotos.
