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Advertencia este capítulo contiene mención sobre el abuso hacía un menor edad, eso puede dañar la sensibilidad de algunos.








Jeongyeon llegó a Hoedong-dong varios días después.

Había encontrado a un viejo beta que llevaba mercancía a esa ciudad, era un hombre mayor que fue bastante amable con ella, le habló sobre su vida y sobre lo mucho que le recordaba a su hija, el cuál había fallecido hace algunos años.

La omega caminó por algunas calles, todo se veía tan diferente, había muchas cabañas, algunas de ellas eran bastante grandes, además de que había muchísima gente corriendo de un lado a otro.

Vió a lo lejos una pequeña cafetería, así que decidió entrar en está pues tenía mucha hambre. Ordenó lo más barato que había y se sentó a disfrutar de la comida, está no era tan buena, ahora entendía porque no había clientes a excepción de ella  y de otro alfa que parecía estar lo bastante borracho cómo para no darse cuenta del sabor.

-¿Señor?

El alfa dueño de aquella cafetería volteó a verlo.

-Creo que necesita un mejor cocinero…

-Contratamos a uno, pero cuándo encontraron nuevas minas con oro se fue…

-Contráteme a mí…

El alfa salió de la pequeña cocina y se acercó hasta ella.

-Sé hacer tartas, pan y galletas… Puede llamarlo “La cocina casera de mamá”

-Me llamo Seojoon…

El alfa extendió su mano mientras le sonreía.

-Tiene trabajo ahora, jovencita…

Jeongyeon sonrió.

-Gracias… Necesito un lugar dónde instalarme…

-Usa el cuarto de la cocinera, está junto a la cocina…

-….

La  omega se veía bastante desconfiada, todos los alfas que había conocido en su vida, siempre trataban de sobrepasarse con ella. Bueno no todos.

-Tiene una buena cerradura, nadie te molestará… Lo prometo…

Fue así cómo Jeongyeon comenzó a trabajar en aquella pequeña cafetería, que al principio estaba vacía y que poco a poco comenzó a ganar clientes, estaba feliz por poder tener al fin un trabajo que le gustaba y que la hacía sentir cómo alguien normal.

Seojoon era un buen alfa, la cuidaba cómo si fuera su hija y era muy respetuoso con ella.

La cafetería tuvo muchos cambios, comenzaron a comprar mejores utensilios de cocina, además de que sus menús se hicieron más extensos, Jeongyeon había aprendido muy bien a cocinar todo tipo de comida y ahora estaba poniéndolo en práctica.

Pasaron tres meses y todo parecía ir mejorando día con día.

Un día mientras la cafetería estaba llena de clientes, Jeongyeon estaba tomando las órdenes, así que estaba bastante ocupada anotando en su pequeña libreta lo que los comensales pedían por lo que no pudo percatarse del alfa que la observaba detenidamente desde una de las ventanas.

Min-jae.

El alfa iba a recoger unos papeles que su jefe necesitaba, cuándo llamó su atención la cantidad de gente que esperaba por entrar en aquel local, había pasado muchas veces por ahí antes y ni siquiera sabía que había una cafetería justo ahí. La curiosidad lo hizo acercarse a ver por una de las ventanas y entonces la vió.

AMOR REDENTOR (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora