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GyuRi | povs

Mamá había llamado a una maquilladora muy conocida entre las celebridades para que me prepare.

Ya era 14 de Abril, el día de la fiesta. Estaba secando mi cabello cuando veo como se abre la puerta de mi habitación. Entraba mi madre con dos mujeres que traían unos maletines.

Saludé a cada una de ellas con una reverencia mientras les agradecía su servicio. Mamá me observaba con detenimiento con esa mirada amenazante.

Me senté frente a un espejo mientras una de ellas empezaba a peinarme, la otra comenzó a aplicar cremas en mi rostro.
Creo que había pasado una eternidad hasta que terminaron con su trabajo.

Analice mi apariencia en el espejo y sin duda no era yo, no me sentía comoda con ese maquillaje, ese peinado y mucho menos con ese vestido. Hacía resaltas mis senos, mis curvas, además, era corto.

—¡Te ves hermosa! —dijo mi madre eufórica.

El vestido lo había elegido ella, yo jamás usaría algo tan revelador, no era lo mio.

Mí mamá salió junto con las dos mujeres dejándome sola.

Me sentía como un títere. Ella me manejaba a su antojo y hacía conmigo lo que quería.
Una de las razones por las que no me negué más al compromiso, fue porque por fin no tendría a mi madre detrás mío, pero también me aterraba el hecho de casarme con alguien a quien no conocía.

La puerta se abrió y vi a mi madre entrar otra vez mientras me miraba de pies a cabeza con una sonrisa.

—Todos quedarán asombrados por tu belleza, hija.

Mis ojos estaban cristalizados, tenía un nudo en la garganta, tenía muchas ganas de largarme a llorar.

—¿Tu crees? —pregunté insegura.

—Sí, GyuRi —miró su teléfono y abrió los ojos en grande—. Ya casi es hora, debes irte ya.

Tomé mi bolso, guardé mi teléfono, un labial y un pequeño perfume.
Mamá me acompañó hasta el auto y besó mi frente.

—Hazlo bien. —me dijo ella.

Yo asentí y entré al vehiculo. En el trayecto del camino solo jugaba con mis manos, tocaba la textura de las uñas que me había hecho anteriormente con una manicurista.
Después de largos minutos, el auto se detuvo, el chofer salió y abrió mi puerta. Salí y agradecí el gesto.

Acomodé mi vestido y caminé hacía la entrada. No pude evitar sentir la mirada de todos los invitados, era mi primera aparición en una fiesta como esta. Me detuve cuando un tipo vestido de negro se paró frente a mi.

—Su nombre. —me dijo mientras miraba su libreta.

—Kim GyuRi. —respondí.

Buscó en su lista y en unos segundos me miró y se hizo aun lado.

—Disfrute de la fiesta.

Sonreí y asentí.

Me adentré al lugar y estaba repleto de gente, mujeres con vestidos preciosos, hombres bien trajeados. Todos hablaban entre sí con una copa en sus manos, bebiendo vino tinto y con musica de fondo.
Me temblaron las piernas cuando la música paró y todos se fijaron en mi. Fueron unos segundos donde quise salir corriendo, luego cada uno volvió a su conversación.

Tomé una copa de vino para ayudar a calmarme. Miraba a cada una de las personas para saber si conocía a alguien y así hablar, pero no.
Miré a mi costado y allí estaba un grupo de hombres que me miraban de pies a cabeza. Me alejé y sin querer choqué con una chica. Esta me miró y sonrió.

forzados | j.jungkook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora