Hajime no Ippo: One-shots.

Mamoru Takamura [ 🔞 ]

Contenido ligeramente explícito.
Lenguaje vulgar, interacción pública.
Si no es de tu agrado, evita leer ésto.
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Habían salido a celebrar la cuarta victoria de Kimura. El hecho de que le estuviera yendo bien y él se mostrara más que feliz es motivo suficiente para celebrar. Además, siendo tu mejor amigo o algo así, sabías lo difícil que podía ser para él. Por eso, siempre estabas ahí, brindándole el mayor apoyo posible para mantener sus ánimos y determinación en lo más alto.

La noche envolvía el ambiente con risas, música y el penetrante olor a alcohol y cigarrillos. Estabas disgustada por ello. No eras de fumar o beber, pero en estas ocasiones, te atrevías a tomar un poco para complacer a tus amigos y no ser etiquetada como "aburrida", como solía llamarte Takamura.

De por sí, Takamura solía decirte tantas tonterías para provocarte molestia y también para captar tu atención. El tipo es un completo idiota, cree que puede tener a cualquier mujer solo por ser un boxeador reconocido y talentoso. Pero en realidad, su actitud no ayuda en absoluto; en lugar de atraer mujeres, las espanta. Lo malo es que a ti te atraía él; quizás estabas mal, pero demonios, está increíblemente bueno. Si tan solo su grupo de amigos supiera cómo Takamura te ruega por un simple beso o caricia, se estarían burlando de él durante todo un mes.

— Dios mío, siento que voy a vomitar... —  te quejaste, entrecerrando los ojos mientras te aferrabas a Kimura con fuerza, temiendo caerte de la silla. Kimura desvió la mirada hacia ti, mostrando una expresión de preocupación.

— Mierda, te ves fatal... ¿Tomaste demasiado? Quizás debería llevarte a casa, ___. —  sugirió mientras terminaba de beber lo que contenía su vaso. Tú negaste rápidamente, no querías arruinar la celebración de tu amigo, no ahora que todos parecían estar pasándosela bien.

— No te preocupes, no bebí mucho. Me habrá sentado mal, es cuestión de tomar un poco de aire y estaré como nueva. — dijiste con seguridad, dedicándole una torpe sonrisa pero lo suficientemente creíble para que Kimura creyera tus palabras. El joven pelinegro te ayudó a ponerte de pie y estuvo dispuesto a acompañarte afuera, pero tú no lo dejaste.

Tras entender que querías estar sola, Kimura te dejó ir y volvió a su lugar, bebiendo más y charlando con el resto.

Por otro lado, Takamura permanecía de pie, apoyando su espalda contra la pared. Observó todo lo sucedido y una idea estúpida cruzó su mente. Estabas ahí afuera sola; el resto estaba más que distraído bebiendo y baboseando por las mujeres. Eso significaba que podría tenerte, pero, ¿de qué forma?

La sonrisa de Takamura era arrogante y extraña, como si estuviera ansioso por verte. Lentamente se dirigió hacia la salida, mirando de reojo a su alrededor, para luego quedarse afuera del local. Con la mirada te buscó y allí estabas tú, de pie contra la pared, sosteniendo tu celular.

— Hace frío aquí, ¿segura de estar afuera y más a estas horas? —  preguntó, colocándose a tu costado con total confianza. Tú arqueaste una ceja, curiosa por su presencia pero no sorprendida.

— Necesitaba un poco de aire. Detesto ese tipo de ambiente. Chicas semi desnudas, alcohol y música estúpida. —  bufaste, frotando tus brazos para darte calor a ti misma. Takamura notó esto, pero él tenía cero caballerosidad e iniciativa. Podría darte su chaqueta, pero ni lo pensó.

— Ja, ¿entonces por qué estás aquí? Déjame adivinar, por Kimura. —  preguntó con molestia. De cierta forma, sentía celos. Tú y Kimura son bastante cercanos, como buenos amigos. Y él no tenía nada de eso, solo rechazos, golpes e insultos de tu parte.