Captitulo 4

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Al llegar al campus, ya estaba lleno de reporteros y gente curiosa, era casi imposible poder llegar a la escena del crimen.

Que no te vean tan cerca de mí, no quiero que piensen que te estoy dando algún tipo de preferencia — Le dije en voz baja mientras cruzábamos la cinta policial.No te preocupes, puedo fingir muy bien. — Me dijo con una sonrisa a medias.


Cuando llegué a la escena, ahí estaba mi jefe con cara de frustración y preocupación. Él sabía que ya eran demasiadas las coincidencias y que necesitábamos resolver esto pronto porque la prensa se le echaría encima y eso acabaría con todas las oportunidades que lo señalaban como el mejor candidato a la alcaldía.

Rossi, no podemos permitirnos estos casos en el departamento, mucho menos cuando las elecciones están tan cerca —- Se dirigió a mi bastante molesto, con un tono reprochador y desagradable como si todo esto fuera mi culpa.Bueno... te he pedido recursos y los has malgastado en otras cosas mucho menos importantes ¿Ahora que los muertos son gente con dinero y que puede hacer ruido en tu carrera estás preocupado? —- Obviamente no me podía quedar callada, no soportaba la doble moral ni el clasismo. Como era posible que le dieran mas importancia a un asesinato de gente millonaria y poderosa y no al de una persona de clase media.Ahora no estoy para debatir sobre intereses, mejor arma un equipo. Quiero esto resuelto lo antes posible, el campus debe de tener cámaras de seguridad que nos entreguen alguna pista — Lo dijo en un tono completamente demandante, como si fuera cuestión de solo tronar los dedos y que todos hicieran lo que él ordenaba.


Simultáneamente, a la distancia, podía ver a Becca tratando de capturar y registrar cada detalle. Mientras yo hablaba con los oficiales, nuestras miradas se encontraban y a ratos sentía que se me iba a escapar una sonrisa, pero trataba de recordar la situación en la que estaba para mantener controlados cada uno de los arranques que provocaba en mí. Se pasaron las horas y nos perdimos entre el caos de la investigación.

En el transcurso del día decidí regresar a la oficina para ver qué podría encontrar sobre esta nueva víctima. No podía concentrarme, no dejaba de pensar en ella, tenía que verla de nuevo y afortunadamente tenía el pretexto perfecto para mandarle un mensaje.

¿Alguna novedad Millan? —- Le mandé el mensaje más incómodo y ridículo, como si dirigirme a ella con su apellido fuera a disimular las ganas que tenía de hablar con ella o como si aquello construyera un espacio de "respeto".Justamente estaba a punto de mandarte un texto, necesito enviarte algo ¿me pasas tu email?.¿Siiii? Pues que afortunada, ya hasta nos llamamos telepáticamente — Lo se, soy malísima para coquetear.Ya te mandé el archivo, me dices que piensas, aunque creo que podríamos discutirlo mientras comemos o cenamos ¿Qué dices?.¿Estás poniendo de pretexto el caso para invitarme a salir o esto es exclusivamente laboral?Claro que es laboral, pero no tiene nada de malo que nos relajemos un poco ¿o no? Anda, no te hagas del rogar, es solo una comida, no te estoy pidiendo matrimonio 😋 — Cerró el mensaje con el emoji sacando la lengua, que para mi que soy millennial, considero que es una forma de coqueteo usado por los adolescentes.Va, ya que eres nueva en esta ciudad, déjame invitarte a uno de mis lugares favoritos de esta encantadora ciudad — Le contesté conteniendo la emoción porque lo bueno de los textos es que no reflejan ni los nervios, ni los suspiros, ni la emoción ¿o me equivoco?.


Al abrir el archivo que me mandó Becca, mi cabeza comenzó a correr a mil por hora. Mason Price (la víctima), era hijo de un juez con muchas influencias que hace unos años había estado involucrado en un escándalo; a Mason se le había acusado de drogar y abusar de una chica pero justo antes del veredicto, el verdadero "culpable" se había entregado... Mathew Collins, un recién egresado que pertenecía al grupo de amigos de Mason. Mathew Collins no venía de una familia adinerada, tenía una beca y aunque todo apuntaba a que había sido Mason, la "justicia" decidió que como Mathew confesó, ya no existía otro culpable que perseguir. De la chica que había sido víctima del caso de Mason ya no se había sabido nada, decían que se había regresado a México después de su terrible experiencia.

Inevitable: Entre la justicia y los pliegues del karmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora