El Surgimiento Del Dios Solar

PARTE...8...

Cerca de la casa de Issei

Leiko Hyoudou miró al cielo mientras caminaba hacia la casa de su prima.

"Hmm. Eso es raro. Parece que se avecina una tormenta esta noche. Pero antes parecía mucho más soleado".

Encogiéndose de hombros con indiferencia, Leiko fue a buscar su propia llave de repuesto de la casa de Issei. Girando el pomo, Leiko abrió la puerta y abrió mucho los ojos ante la primera vista en su campo de visión.

Sentada en el sofá de su prima estaba una mujer de piel pálida con largo cabello rojo y ojos dorados. Estaba vestida con un chaleco de motociclista encima de una camisa roja y pantalones cortos de motociclista negros. Encima de su cabello rojo llevaba un sombrero negro de Harvey Davidson.

Leiko se quedó en shock, sin saber qué hacer con esta persona desconocida. La niña estaba acostada boca arriba con una revista que mostraba motocicletas en las portadas. La prima de Issei parpadeó varias veces ante la niña.

Al sentir otra presencia dentro de la casa, la niña desvió su atención de la revista a Leiko.

"..."

"..."

La pelirroja entrecerró sus ojos dorados con molestia.

"Oh, eres solo tú. ¿Qué diablos estás mirando, prima política?" Preguntó la chica con voz áspera pero claramente femenina.

Leiko abrió mucho los ojos ante el tono de voz de la chica. Recordó que alguien más había dicho esas palabras molestas. Alguien que pudiera invocar los miedos y terrores de cualquier mortal con el que se cruzara.

Al dar un paso atrás, Leiko casi se desploma cuando casi choca contra la puerta.

"¡¿E-el Gran Rojo?!"

El Dragón del Apocalipsis levantó una ceja hacia Leiko, quien miraba con horror y confusión la nueva apariencia del Dragón.

"¿A quién más esperabas?" Preguntó el Dragón Verdadero en tono aburrido.

en el inframundo

Mientras observaba a Rossweisse y los demás convocar un portal que servía como transporte, Issei se giró para mirar al Loki sellado, que parecía estar en estado de shock.

El malvado dios nórdico no podía creer lo que le acababa de pasar. Había perdido. Había perdido ante un simple niño. Y todo fue por culpa de él mismo. Lo habían izado por su propio petardo.

'En el momento en que mencioné el poder dentro de los colmillos de mi hijo, el resultado... fue a favor de Issei Hyoudou. ¡¿Cómo pude haber sido tan tonto?!

Mientras Loki se ocupaba en sus pensamientos, Issei se acercó a él y observó la sangre fluir detrás del dios nórdico. El joven entrecerró los ojos cuando notó que el colmillo de Fenrir todavía estaba incrustado en la espalda del dios nórdico.

Entrecerrando aún más los ojos, Issei metió la mano en los sellos y fue a agarrar el colmillo. Loki abrió mucho los ojos ante el dolor inesperado y se estremeció cuando notó que Issei estaba justo detrás de él.

"¡¿Q-qué diablos estás haciendo?!"

"Reclamando mi premio". Issei declaró antes de arrancarle el colmillo a Fenrir de la espalda de Loki.