El Surgimiento Del Dios Solar

PARTE...25...

El abrumador olor a sangre hizo que a Issei se le revolviera el estómago. Hizo que su estómago se revolviera y se revolviera, incapaz de calmarse. El olor no fue lo único que le molestó. De vez en cuando, la sangre subía a su garganta, obligándolo a tragarla o escupirla.

El joven ni siquiera tuvo energía para gritar de dolor. Respiraba con dificultad, como si le estuvieran quitando el aire. Su único consuelo fue que la voz venenosa había desaparecido. Sin embargo, Issei una vez más estaba inquieto por el hecho de que no podía contactar a Ddraig, Yamata-no-Orochi o incluso al clon de Albion. No pudo escuchar sus respuestas. Si hubieran respondido en primer lugar.

Issei respiró hondo otra vez y luchó por levantarse, levantándose con las manos. Sin embargo, tan pronto como se levantó, sus ojos se contrajeron y cayó con un ruido sordo.

"?!"

Gruñó mientras se estrellaba contra el suelo y se tapó la boca, sintiendo el sabor a cobre subiendo por su garganta. El joven miró hacia abajo y al instante se arrepintió al ver el charco de sangre en el que estaba casi sumergido. Los charcos provenían de la sangre que fluía de su espalda y de la sangre de su propia boca.

Con los ojos temblando de dolor, Issei los cerró y tragó la sangre a su garganta, casi enfermando por la cantidad de líquido carmesí. Sintió un dolor constante, la agonía se hacía más pronunciada cuanto más sangre brotaba. Desde ser apuñalado por Ddraig hasta la batalla con Susanoo y su batalla final con Yoru, eso no era nada comparado con cómo se sentía ahora.

Aparte del dolor y la sangre desbordante, hubo momentos en los que Issei pensó que podía escuchar la voz susurrándole, enviándole imágenes mentales. Algunas representaciones involucraban principalmente a Leiko. Hubo casos en los que Leiko le gritó, proclamando su odio hacia él. Después de eso, hubo varias escenas de la muerte de Leiko, que van desde menores hasta verdaderas sangre.

Pero la voz no se detuvo ahí. No sólo mostraba constantemente representaciones de Leiko, sino que también enviaba imágenes mentales que involucraban a Ophis, el Gran Rojo. Hubo escenas en las que el Dragón del Apocalipsis y el Dragón Ouroboros estaban siendo dañados por la aguja de Samael.

Tomando otra respiración profunda, Issei se quedó quieto, temiendo que el más mínimo movimiento le hiciera vomitar la sangre nuevamente. Sintió dolor. Dolor constante.

Se sintió tan...

Roto.

"…No."

El joven tragó otro trago de sangre y comenzó a ponerse de pie, con las rodillas temblando por el esfuerzo.

¿Qué diablos crees que estás haciendo?

Maldición. Era esa voz otra vez.

"…Tranquilizarse." Issei murmuró antes de recuperar el equilibrio.

Oh, estás de pie, ¿verdad? Bueno, no te molestes. Tu 'familia' no se preocupa por ti. A Leiko, Ophis, Great Red, Trihexa y Amaterasu no les podría importar menos. ¿Y tu supuesto mejor amigo, Saji? Él es parte de los Demonios, la misma especie que te hizo daño desde tu primer encuentro con lo sobrenatural.

"..." Issei se enderezó, manteniendo la boca cerrada.

¿Qué pasa? ¿Ya se te acabaron las palabras? ¿No hay más palabras que decir?