❝𝑺𝒆́ 𝒉𝒐𝒏𝒆𝒔𝒕𝒐❞ / 𝘒𝘢𝘵𝘴𝘶𝘋𝘦𝘬𝘶

Capítulo 6 |Extra|

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Nota del autor: Este capítulo es un pequeño "flashback"  a lo que sucedió en la fiesta mencionada en los capítulos anteriores, por si se quedaron con curiosidad~
Las siguientes escenas se sitúan entre el capítulo 3 y el 4.
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[Narra Katsuki]

Sábado, 7:36 p. m. Estoy sentado en el sillón de la sala de estar, en los dormitorios de la U. A, viendo el techo mientras pienso en lo sucedido esta mañana. Me siento más susceptible de lo habitual, preguntándome por qué había sido tan idiota como para llorar frente a él y decir todas esas cosas, pero sobre todo me pregunto por qué me afectó tanto esa conversación qué tuvimos.
Mientras pensaba en esto, escucho voces hablando detrás de mí, en la entrada de la sala, y logro reconocer la de la chica mapache y la de esa rata eléctrica, entre otros extras.

—¡Te digo que no es buena idea colar alcohol en las bebidas, Kaminari!
—¡Oh, vamos, Ashido! ¡Sólo será un poquito! ¡Hará las cosas más divertidas!
—De ninguna manera. ¡Si Aizawa se entera, va a matarnos!

Los escucho discutir, elevando la voz cada vez más, hasta que se vuelve insoportable y me levanto, pegando un grito que se callen.

—¿¡PUEDEN CERRAR LA BOCA DE UNA MALDITA VEZ!?

Ambos se quedan en silencio y dan un salto del susto, volteando su cabeza hacia mí con cara de pánico.
La rata vuelve a hablar.

—¡Hey, Bakugō! ¿No vas a estar en la fiesta? Empieza en media hora.

Me volteo, volviendo a sentarme en el sillón y sacando mi celular, demostrando poco interés en lo que dice.

—Ni sé de qué hablas, ni me interesa saber.

Digo, reposando la cabeza en el respaldo del sofá.
No me interesa perder el tiempo en esas estupideces, sé que a esa hora estaré en la cama, para evitar oír el escándalo. Incluso planeo dormirme antes de que empiece.
Pero algo sale mal, y entre pensamiento y pensamiento, me quedo dormido en el sillón.
No suelo soñar cuando duermo, o al menos nunca recuerdo lo que sueño, si es que lo hago, pero esta vez fue distinto.
Lo primero que siento es humedad en mis piernas. Mi cuerpo se siente pequeño y ligero, me siento más bajo de lo normal y lleno de energía. La luz del sol me mantiene cálido y el ambiente es bastante pesado, es obvio que es verano. Mirando a mi alrededor, soy capaz de reconocer el paisaje instantáneamente. Es una zona en la que solía jugar cuando era niño, y estoy sentado en el lago. Mis piernas duelen, como si hubiera sufrido una caída leve, pero me siento feliz, y poderoso, sobre todo.
Justo cuando estoy a punto de levantarme, una figura aparece corriendo frente a mí, y hace que me sienta confundido. La figura pronto se convierte en una sombra, y esa sombra se acerca a mí, más y más, comenzando a distinguir a un niño de baja estatura. Lo reconozco, por supuesto que lo reconozco. Un nudo se forma en mi garganta, paralizándome ante una versión más joven e inocente de Deku, extendiendo su mano hacia mí.

—¡Kacchan! ¿Estás bien? ¿Te hiciste daño? ¡Déjame ayudarte!

El pequeño habla con una voz aguda, pero realmente parece preocupado, y el miedo y la inseguridad van creciendo poco a poco dentro de mí. Siento una ira incontrolable, y ni siquiera sé de qué parte de mí salen tantas emociones negativas. "¿Cómo se atreve a subestimarme de esta manera?" "¿Por qué quiere ayudarme?" "¿Cree que no puedo solo? ¿Que soy un debilucho?". Este tipo de pensamientos se apoderan de mi mente, y por más que algo muy profundo dentro de mí me pide a gritos que tome su mano, no soy capaz de hacerlo. No soportaría tal humillación.
El miedo se vuelve más fuerte, y cuando esa parte de mí que necesita de su ayuda comienza a ganarle al orgullo, levanto mi mano hasta la suya, intentando tomarla, pero él desaparece. Y pronto todo lo demás también desaparece, poco a poco. Mi visión se oscurece lentamente y comienzo a escuchar voces que no pertenecen a mi sueño.