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彡.。🌻 capitulo dos:
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▬▬¡Nada está bien!
MARÍA QUERÍA GRITAR MALDICIONES a los cuatro vientos, maldiciendo a cualquier divinidad que haya propiciado lo que le ocurría en este momento.
Sus manos se aferraron con firmeza a los extremos de su almohada, y con una mezcla de desesperación y furia, dio duros golpes contra la cómoda cama de tono beige. En medio de este acto de liberación emocional, sus cabellos dorados se agitaron en descontrol, reflejando el caos interior que la consumía. Sus ojos mieles, normalmente serenos, ahora destellaban una tremenda frustración, como si cada golpe y cada movimiento fueran un intento de liberar la intensidad de las emociones que la embargaban en ese momento.
Al abrir los ojos al siguiente día de aparecer aquí, Hizuki se encontró sumida en un estado de confusión y desconcierto. ¿Había sido todo un sueño surrealista de su mente o había perdido definitivamente la razón y necesitaba ayuda psiquiátrica urgente?
Esperaba escuchar la voz de su madre llamándola para despertarse y prepararse para ir a la facultad, pero ninguna de las dos opciones era correcta. Al despertar, se enfrentó nuevamente al impactante cambio que había ocurrido en su rostro y cuerpo. Su característico cabello anaranjado, fruto de un tinte hecho por su compañera de la facultad que estudiaba peluquería (y que le costó pedir por suma vergüenza, pero era mejor que pagar un dineral en una peluquería profesional), y el lunar cerca de su labio, habían desaparecido.
En su lugar, una hermosa chica de cabellos rubios, tan largos que llegaban hasta su cadera, y adorables pecas bajo uno de sus ojos ocupaba su lugar.
Este nuevo reflejo en el espejo la dejó aturdida, preguntándose cómo y por qué había ocurrido todo esto, afligiendola y abrumandola.
Era una chica que solía sobre pensar demasiado las cosas que no comprendía.
María se mantenía encerrada en su habitación desde el momento en que aceptó a regañadientes que se encontraba dentro del anime que adoraba. No podía salir aún sin sentirse fuera de lugar y eso Hisao y su tía lo comprendían, o bueno, pensaban que era por su accidente y la dejaban ser hasta que se recompusiera.
