CAP. 4 ROMANTICOS DE LUNES

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En el restaurante

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En el restaurante...

— ¡Está todo realmente delicioso! — miro cada platillo con emoción, quiero saber a qué sabe cada uno

"Tengo un montón sin probar un Tteokbokki" — pienso

— Te gusta mucho el Tteokbokki, por lo que veo — Mensiona Kaleth sonriente

— Así es, mi abuela solia prepararmelo

— ¿Era Coreana?

— No, pero vivió mucho tiempo en Seúl cuando hizo un intercambio. Una familia de acogida, le enseñó a prepararlo y a ella le quedaba delicioso

— Quizá esté no sepa igual, pero espero que te guste. Come por favor — Dijo señalando el plato

— Si, muchas gracias por la comida. — Inmediatamente meti una cucharada a mi boca

Él tenia razón, no sabia como el de mi abuela; sin embargo, estaba buenisimo. Era un restaurante llamado Bamboo, vendian todo tipo de platillos asiaticos, pero no eran nativos y originalmente no sabrian igual nunca.

— ¿Te gustó? — pregunta luego de haberme saboreado más de la mitad

— Creo que es bastante  obvio, si — Respondo, emgullendo otra cucharada en mi boca

— ¿Ya terminaste? Debemos volver a la oficina — deja la servilleta en la mesa y me mira

— Si, meto dos cucharadas más a mi boca y me levanto de la mesa — él se rie un poco y yo sigo comiendo

— Adelante, te espero... me  gusta verte comer, se ve que lo disfrutas 

Asiento con la cabeza y la boca llena.

De vuelta en la oficina...

— ¿A dónde te llevó ese tacaño? Seguro que comienron ramen, la sopa de fideos esa asquerosa que te gusta tanto ¿verdad? — Nico me empieza a reprochar todo, sin dejarme decir nada

— Nicolás, dejala en paz. Ya ha sido suficiente, deberias apoyarla porque es tu mejor amiga — Elena me defiende y Nico le tuerce los ojos

— Nico... comimos en un restaurante y pedimos comida oriental — Él me miro con desagrado  — No comimos ramen, esta vez pedimos Tteokbokki

— ¡Wow, qué cambio! 

— No seas sarcastico conmigo, sabes que odio cuando haces eso — mi expresión cambia de juego a molestia en el acto y él lo nota

— ¡Es que tú tambien! Valorate — se levanta de la silla — Me voy

— Si, mejor ve a esparcir tu veneno en otra parte — le digo e indignado sale por la puerta

— ¿No crees que estás siendo un poco dura? — pregunta Elena

— ¿No ves como me trata Elena? no merezco que siempre me forme problema por todo lo que hago. Siento que la relación se agota cada que conozco a alguien — suspiro frustrada

Siempre llego tardeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora