capitulo 1

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La noche del décimo cuarto cumpleaños del príncipe aemond fue diferente a cualquier otro que hubiera tenido y que estaba por tener.

Su hermano mayor, Aegon, lo llevó fuera del Palacio sin que nadie se diera cuenta, escabullendose por pasillos y callejones hasta terminar en los lados bajos de la ciudad frente a una casa de placer. El menor veía todo con repulsión. Las calles estaban asquerosas, las meretrises caminaban con el pecho denudo tratando de llamar la atención de algún cliente si esque no estaban fornicando en vista de todos y los hombres ebrios vomitaban frente a las casas.

Aun así el príncipe continuó casi sin quejarse. Su hermano le había hablado maravillas sobre las mujeres y de alguna forma lo logró convencer. Aegon quería cumplir bien su rol de hermano mayor y mostrarle a aemond a ser un hombre por completo.

Cuando entraron a la casa de placer que el frecuentaba las mujeres ahí lo recibieron con caricias y halagos, expresando lo mucho que lo habían extrañado y el solo se limitaba a alimentar su ego mientras su hermano lo veía con credulidad sin procesar del todo lo que le esperaba.

-¡principe Aegon!- una mujer mayor a las otras se acercó con entusiasmo hasta él contoneando sus caderas algo exagerado. -a pasado mucho tiempo desde que tuvimos el honor de su visita, creímos que ya nos había olvidado. - todas hicieron un sonido de lastima al unísono, como si fuera un coro.

Aegon sonrió con suficiencia. - creanme que para mi también fueron unas semanas difíciles, el no poder compartir con ninguna me estaba matando. - las meretrices soltaron risitas alagadas mientras le ofrecían bebida - para compensarlo he traído un obsequio. - señaló al menor que hasta ese momento se había limitado a ver con nerviosismo las transparencias y actitudes vulgares de las mujeres. - mi pequeño hermano quiere estrenarse, alguna seguramente será la indicada para este pequeño.

Aegon quitó la capucha que cubría gran parte del rostro de su hermano dejando ver sus facciones aún inmaduras y la cicatriz que sobre salía del parche en su ojo izquierdo. El rostro del joven enrojecio al instante en que todas las miradas se posaron en él haciéndolo ver aún más adorable, luego de un pequeño silencio debido a que todas veían su sicatris comenzaron los cumplidos. Al igual que con su hermano anteriormente las meretrices se abalanzaron sobre el elogiandolo ya que "un pequeño con una sicatris tan profunda debía ser demaciado valiente" Haciendo que el rostro del joven príncipe fuera un punto rojo entre telas transparentes y cenos de todas las formas y tamaños.

Tan solo minutos después de que la dueña de la casa de placer lo dejara en su respectiva habitación aparecieron frente a él tres mujeres hermosas y seductoras.

Ninguna era parecida a la otra pero despedían la misma aura, como si fueran lobos salvajes y aemond solo una ardilla acorralada. Dos de ellas se deslizaron por la cama gateando exageradamente como si fueran felinos, el príncipe solo se limitó a removerse en su lugar pensando en como se suponía que iba a empezar.

- no se preocupe su alteza. - dijo la chica de piel Morena y cabello negro que un seguía de pie a un costado de la cama. - no tiene que moverse, nosotras nos encargaremos de todo. - con un rápido movimiento quitó unos listones que sostenían la parte de arriba de los vestidos dejando al descubierto por completo los pechos de las mujeres como si hubiera abierto un regalo de Navidad.

-mi nombre es thrista, su pequeña Alteza. - dijo la pelirroja de ojos azules inclinándose un poco para que el príncipe tocará sus pechos, pero este solo se quedó viendolos perplejo.

Llama Prohibida - Aegond (aegon x aemond)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora